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Los golpistas sumen a Malí en el aislamiento y la incertidumbre

Se desconoce el paradero del presidente depuesto, aunque los sublevados dicen que está bien

Los golpistas sumen a Malí en el aislamiento y la incertidumbre efe

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Nadie en la escena internacional ha expresado apoyo directo o indirecto a los golpistas de Malí. Ningún país. Ninguna institución . Tampoco en casa los militares levantados, casi todos tropa, son bienvenidos. El espectro que conforman los doce partidos políticos han hecho público un comunicado condenando el golpe.

Los soldados que apartaron del poder el presidente Amadou Toumani Touré el miércoles están solos mientras el país vive cada vez más sumido en la inestabilidad política y económica. Nada se sabe con seguridad del paradero de ATT , siglas con las que se conoce al depuesto mandatario. El líder de los golpistas, el capitán Sanogo, asegura que se encuentra bien, pero no dice dónde está ni si se halla en sus manos. Tampoco están confirmados los rumores que sitúan al presidente en un cuartel de la capital, Bamako, protegido por militares que le son leales.

A las condenas por lo ocurrido se van sumando sanciones en forma de recortes de ayudas extranjeras , tan esenciales para uno de los países más pobres del mundo. La Unión Europea las ha suspendido todas menos la humanitaria. Estados Unidos amenaza con cerrar el grifo de las ayudas materiales y de formación en el campo militar.

Los países vecinos como Senegal, Argelia, Níger o Mauritania tampoco respaldan a los sublevados. Ni la Unión Africana, que ha suspendido a Malí.

En Bamako la situación es de calma tensa . La población empieza a circular más por unas calles en las que se aprecia la presencia de militares aunque los bancos siguen cerrados y las estaciones de servicio empiezan a ser escenario de la pérdida de la paciencia de los ciudadanos.

Los aeropuertos y las fronteras siguen cerrados por orden de los golpistas y en algunos pasos los camiones con alimentos perecederos se acumulan sin permiso para circular. Los mercados empeizan a sufrir la precariedad de la situación.

La Junta Militar se hizo con el poder de los medios de comunicación públicos, suspendió las garantías cosntitucionales, ordenó un toque de queda y atacó el palacio presidencial. Paralelamente ha detenido a algunos de los ministros y otras altas autoridades del país .

Alegan para el levantamiento la incapacidad del presidente y las altas instancias del Ejército para hacer frente a los rebeldes tuarge y los terroristas de Al Qaida en el norte del país, donde el Ejército ha sufrido importantes reveses desde enero. Los tuaregs aprovechan el desconcierto creado en los últimos días para seguir afianzando posiciones en las provincias de Tombuctú, Gao y Kidal, a más de 1.000 kilómetros de Bamako.

La inestabilidad complica cada día más la celebración de la primera vuelta de unas elecciones que están previstas para el próximo 29 de abril.

El alzamiento vino acompañado por el asalto de numerosas sedes de organismos oficiales y casas particulares . También se han producido robos de vehículos particulares. El capitán Sanogo no esconde que en muchos casos son sus hombres los responsables de estos asaltos.

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