Luna de miel truncada
El de por sí indiscreto «Facebook» se convertía ayer en obsceno. Buscaba uno al que más sufre ahora, al que se queda, Javier Álvarez Quero, y veía su foto junto a ella, abrazados sobre la cubierta de una embarcación; surcando el mismo mar donde ahora ella reposa. Javier, tan joven, se fue el pasado mayo a Brasil de viaje de novios y ayer se le esperaba de vuelta en su Madrid natal, ya viudo. Sin su Anna.
Anna Negra Barrabeig, barcelonesa de 28 años, es una de las dos personas de nacionalidad española que viajaban en el vuelo 447 de «Air France». A la espera de que se confirme lo más probable, que su vida naufragó en el Atlántico junto al resto de pasaje, los familiares de Anna lloraban ayer su desgracia.
Anna y Javier estaban en Brasil de viaje de novios. Se casaron el pasado 6 de mayo en las cavas Raventós Blanc de Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), propiedad de Manel Raventós, de célebre saga de empresarios del cava y primo hermano de la novia. Desde hacía tres años, la pareja vivía en Dubai (Emiratos Árabes), donde trabajaban en la consultoría Delta Partners, de la que Javier es socio fundador.
El pasado domingo, el avión desaparecido partió de Río de Janeiro rumbo a París con Anna entre su pasaje, pero no con Javier. Él se había ido antes a Dubai, al trabajo. Ella quería aprovechar que aún le quedaban unos días de vacaciones para visitar a su familia en Barcelona.
La peor bienvenida
La noche del pasado lunes, Javier arribó a Dubai. En el aeropuerto le esperaban dos de sus socios, un médico y un psicólogo. Había que darle la peor de las bienvenidas.
En Barcelona, los padres de Anna no querían atender al teléfono. No podían. «La familia sólo espera que encuentren los restos y se acabe todo», decía a ABC un primo de la desaparecida, Enrique, que compartió escuela con la víctima, el Colegio San Ignacio del barrio barcelonés de Sarrià. «¿Que té puedo decir? Era una gran estudiante, muy deportista. La mejor...». Anna era la pequeña de cuatro hermanos. Cursó estudios empresariales en Esade y era feliz en su aventura árabe junto a su Javier. «Era un pareja muy querida entre la colonia española de Dubai», decían fuentes de la embajada española en Abu Dhabi. Era una pareja.
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