Los líderes de la UE aceleran los pasos hacia la independencia militar y energética ante Rusia

La 'Declaración de Versalles', pactada en esta reunión informal, deja bien claro que los europeos han tomado conciencia de su debilidad estratégica en todos los campos, como señaló a la entrada el anfitrión, el presidente francés Emmanuel Macron , ya sea en el aspecto energético, en el agrícola, en el de la defensa o en el de los materiales estratégicos. «Ya vimos al inicio de la pandemia el problema que suponía nuestro exceso de dependencia en materiales sanitarios básicos». Ahora no son solo mascarillas o vacunas sino que «lo vemos en materia de energía, de la defensa, de la agricultura, de materias primas, de mocrochips», dijo Macron, que también inistió en vincular estos movimientos «que suponen que Europa ha de repensar su geografía porque esta guerra va a redefinir completamente nuestra arquitectura estratégica», al proceso de reflexión gestionado en la Conferencia sobre el Futuro de Europa.

En el primer objetivo de reducir los precios de la energía para consumidores e industria, e l primer ministro italiano Mario Draghi ha sido el más incisivo en la reclamación de medidas concretas basadas en un endeudamiento comunitario, pero otros países como Holanda han preferido proponer que se utilice lo que queda del actual fondo de reconstrucción para la pandemia, mientras que algunos países bálticos hablaban de acordar ya la prohibición de importar gas o petróleo de Rusia. Macron ha preferido dejar las cosas para que la Comisión presente una propuesta aceptable para el mayor numero de países y que sea aprobada en la cumbre ordinaria del día 24 de este mes.

En el campo de la defensa, el documento pactado por los Veintisiete se refiere expresamente a la necesidad de «aumentar sustancialmente los gastos de defensa» en los campos donde se sabe que las deficiencias son más relevantes a través de «capacidades de defensa desarrolladas de manera colaborativa dentro de la Unión Europea». Igualmente se animan a «estimular las inversiones colaborativas de los Estados miembros en proyectos conjuntos y adquisición conjunta de capacidades de defensa» para lo que existe una Agencia Europea de Defensa que muchos países son reticentes a utilizar. Además, se alienta a los gobiernos nacionales «a invertir más en las capacidades necesarias para llevar a cabo la gama completa de misiones y operaciones, incluso invirtiendo en habilitadores estratégicos como la ciberseguridad y la conectividad espacial» a través de satélites propios, de modo que se aceleren «las sinergias entre la investigación y la innovación civil , de defensa y espacial, e invertir en tecnologías críticas y emergentes y en innovación para la seguridad y la defensa».

Varios paísxes han entrado a la reunión reclamando que se abra una ruta legal excepcional para permitir el ingreso de Ucrania como miembro de pleno derecho. El entusiasmo no ha sido compartido por todos con la misma intensidad, aunque todos querían enviar a Kiev lo que Macrón definió como «una señal política fuerte» de su perspectiva europea. Todos los participantes y particularmente la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen , y el Alto Representante, Josep Borrell, fueron unánimes a la hora de apoyar al país agredido y para condenar los últimos ataques que Macrón calificó de «indignos e innobles» y que el jefe de la diplomacia europea no dudó en calificar como crímenes contra la humanidad.