Los lazos comunes del islamismo radical en África
El mando de Estados Unidos para África (Africom) denuncia que la milicia somalí Al Shabab, la nigeriana Boko Haram y Al Qaida en el Magreb Islámico intentan “coordinar esfuerzos”
Acusaciones y “drones”. Tres de las principales milicias islamistas que operan en el continente africano -la somalí Al Shabab, la nigeriana Boko Haram y Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI)- se encuentran, en la actualidad, intentando “coordinar esfuerzos”, según denunció el comandante al frente del mando de Estados Unidos para África (Africom), el general Carter F. Ham.
Durante una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos de África, el militar estadounidense aseguró que, a pesar de que considera a Al Shabab el grupo más “peligroso”, la principal amenaza podría venir de la actual relación entre Boko Haram y AQMI . Sobre todo, dado “el actual desvío de fondos, capacitación e intercambio de explosivos” entre ambas facciones.
A día de hoy, la comandancia del Africom -en teoría, destinada a abrir vías diplomáticas con los conflictos regionales- dispone de cerca de 3.000 efectivos militares afincados en la costa de Yibuti. Aunque la ayuda humanitaria no parece ser su única seña de identidad.
Precisamente, desde el campamento yibutiano de Lemonnier se dirigió, en abril de 2009, el rescate del capitán Richard Phillips, secuestrado por piratas somalíes. Y precisamente, desde esta base, partieron los cuatro helicópteros que, solo cinco meses después, acababan con la vida de Saleh Ali Nabhan, por aquel entonces líder de operaciones de Al Qaida en el Cuerno de África.
Sin embargo, las crecientes asociaciones entre los movimientos en la región parecen despertar ahora la beligerancia (verbal y activa) del Africom.
A principios de año, el portavoz de Boko Haram reconocía la lealtad espiritual que esta milicia profesa a la red terrorista Al Qaida (tan solo unos días después de pronunciar estas palabras, Abu Qaqa -seudónimo bajo el que caminan todos los representantes públicos del grupo-, era capturado por las autoridades nigerianas).
De igual modo, tras la toma -el pasado marzo- de Gao por los rebeldes tuareg, al menos un centenar de combatientes de Boko Haram se dirigieron a esta ciudad maliense.
El interés real: asistir a una reunión a gran escala celebrada entre el “león del desierto” Iyad Ag Ghaly, líder del grupo islamista tuareg Ansar Dine, y tres prominentes caudillos de AQMI -Mokhtar Belmojtar, Abou Zéid, y Yahya Abou Al Hammam- para analizar la configuración ideológica de la próxima administración.
Conflicto interno
Más enrevesados se muestran, no obstante, los lazos afectivos y militares entre Al Qaida y Al Shabab.
En febrero, en una grabación de apenas 15 minutos, el líder del grupo somalí -Ahmed Abdi Godane- juraba lealtad “con el libro de Dios y la 'sharia' de su profeta, y obediencia en la orientación y en la obligación” a la red terrorista global. Una decisión que propició no pocas divisiones dentro del movimiento . Entre ellas, las del clérigo radical Sheikh Hassan Dahir Aweys que acusaba a la cúpula de Al Shabab de haber monopolizado la “yihad” en función de sus intereses.
No en vano, dada esta falta de cohesión, el propio general Carter F. Ham reconoce que no todos los miembros de estas milicias islamistas quieren expandir su cruzada terrorista de forma internacional , limitándose por el momento a movimientos locales.
Aunque el castigo sí venga de fuera. Según la organización británica “The Bureau of Investigative Journalism” , solo en el periodo 2007-2012, se han registrado al menos tres ataques con “drones” -aviones no tripulados- estadounidenses en territorio somalí (nueve, en los análisis más pesimistas). ¿Su resultado? Decenas de civiles muertos (entre 11 y 59 dependiendo de las fuentes).
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