Guinea Ecuatorial, la excolonia española sometida a una dictadura que dura más de cuarenta años
La explosión de un polvorín en la ciudad de Bata, un suceso que ha provocado la muerte de al menos 98 personas y centenares de heridos, ha recordado la opacidad que rodea al régimen de Obiang

Al menos 98 personas han muerto y más de 600 han resultado heridas después de la explosión de un polvorín militar en la ciudad de Bata, en la región continental de Río Muni, en Guinea Ecuatorial, según informaba ayer el vicepresidente del país, ... Teodoro Nguema Obiang, conocido como 'Teodorín'. A través de las imágenes de la cadena pública ecuatoguineana, se podían observar las labores de rescate que se estaban realizando en la zona, donde también se estaba procediendo a la retirada de los cadáveres.
Poco después del suceso, Teodoro Obiang, el dictador que dirige el país desde el golpe de Estado de agosto de 1979, afirmó a través de un comunicado que los hechos se habían producido por culpa de los agricultores , que a menudo queman la maleza de sus terrenos para poder cultivarlos. Debido a un chispazo, el polvorín habría saltado por los aires, provocando una cadena de explosiones que terminaron arrasando vidas y propiedades.
A pesar de la versión oficial, las informaciones confusas sobre los hechos invitan a la desconfianza. Sin una prensa libre que sirva de contrapeso del poder, Guinea Ecuatorial es uno de los países más opacos del continente africano, como denuncia a menudo Reporteros Sin Fronteras (RSF). Con frecuencia, organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Wathch también señalan al régimen por su escaso respeto por los derechos humanos, como prueba la persecución a la que se ven sometidos los adversarios políticos de Obiang. Otros datos no hablan mucho mejor de la dictadura. En una lista de 180 países, Guinea Ecuatorial ocupa el puesto 176 de los más corruptos, según Transparencia Internacional. Además, la esperanza de vida al nacer se sitúa en los 58 años, apunta el Banco Mundial.
Crisis y confusión
«En los 42 años que lleva Obiang, lo suyo es desinformar , para sacar tajada de todo. No hay un solo periódico en Guinea, porque odia a los periodistas», denuncia el periodista ecuatoguineano Donato Ndongo Biyongo (Niefang, 1950). «Yo fui el último corresponsal de la agencia EFE en Guinea, y tuve que salir pitando», recuerda. «El régimen sabe que si hubiera periódicos que dijeran algo que no fueran consignas, se podrían en público todos los abusos que está cometiendo, y eso no le conviene», comenta también el escritor ecuatoguineano Juan Tomás Ávila Laurel (Malabo, 1966). «Desde la independencia, no ha habido una inversión en educación. En Guinea Ecuatorial, hay muchas personas que no saben leer», lamenta.
Por su parte, Ndongo considera que las responsabilidades sobre la explosión del polvorín militar se deben buscar en el entorno de Obiang, antes que en los agricultores de Bata. El hijo del dictador, el vicepresidente 'Teodorín', es el responsable de la Defensa y la Seguridad del Estado. Su cuñado, Victoriano Bibang Nsue Okomo, es el ministro de Defensa. «El pueblo de Guinea Ecuatorial está cansado de estos criminales e ignorantes», afirma el periodista.
«Tardaremos tiempo en saber lo que ha ocurrido de verdad. Hay quienes reivindican que ha sido un supuesto atentado, lo que personalmente no creo. Otros dicen que unos irresponsables estaban quemando hierbas al lado del cuartel, cosa que tampoco creo. La 'BBC' ha dicho que estaban manipulando armamento químico . Para mí, eso puede tener más visos de credibilidad, porque Obiang está armado hasta los dientes», añade Ndongo, recordando que el presidente está rodeado por una corte de mercenarios y asesores militares de varios países.
Dinero perdido
Si alguien paseara por las calles de Malabo, una ciudad de la provincia de Bioko Norte, en Guinea Ecuatorial, se sorprendería ante las churrerías y los supermercados con nombres tan castizos como Hermanos Martínez. Son las huellas del pasado colonial español , que se prolongó desde finales del siglo XVIII hasta la independencia del país, en octubre de 1968. A su frente, se puso el dictador Francisco Macías , más tarde derrocado por Obiang, su sobrino, apenas una década después. En los años 90, el hallazgo del petróleo permitió a Obiang consolidar su poder, aunque los ingresos de esa materia prima no han mejorado las condiciones de vida de los ciudadanos.
«Habría que preguntarle al régimen en qué se gastó el dinero», denuncia Ávila Laurel, detallando varios casos de dispendios inexplicables por orden de las autoridades, a menudo en infraestructuras apenas utilizadas y nada útiles. Es la misma pregunta que se hace Ndongo, que recuerda que los años felices del oro negro, que se sucedieron entre 1995 y 2013, se han terminado, que las empresas están abandonando el país y que la recesión económica empieza a cortar como el filo de una navaja. «El descontento es generalizado. Hasta en la familia de Obiang, donde ya lo cuestionan», afirma. Con 80 años y enfermo, el futuro del dictador pende de un hilo.
Junto a ese análisis, tanto Ndongo como Ávila Laurel tienen sentimientos encontrados sobre el papel de España en el futuro de la excolonia. «Los guineanos nunca nos hemos sentido como un país hispánico , ni hemos sentido la solidaridad que hay con Argentina o con Cuba», explica el periodista. El escritor también lamenta los vínculos más o menos amistosos que unen a algunos políticos españoles con Obiang.
Por su parte, y en apariencia ajeno a estas polémicas, el Gobierno español reaccionó a la explosión del polvorín con el anuncio del envío de ayuda humanitaria , a través de la ministra de Asuntos Exteriores, Aracha González-Laya.
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