El Gobierno británico advierte de que no hay salidas comerciales fuera de la Unión Europea

Concluye que relaciones como las que mantienen Noruega, Suiza o Canadá son mucho peores

Un hombre observa el valor de cambio de la libra, el pasado febrero en una oficina de cambio de divisas en Londres EFE

LUIS VENTOSO

Continúa la batalla del referéndum británico , que en realidad se ha convertido casi en la historia de una guerra civil en el Partido Conservador y en el seno del Gobierno . El Ejecutivo de Cameron emitió este miércoles un informe que advierte de que el Reino Unido no encontrará fuera ninguna opción comercial mejor que las que le facilita la UE. Una vez más, concluye que el Brexit sería un castigo para la economía y la seguridad . La réplica llegó de inmediato de boca del titular de Trabajo del propio Cameron, uno de sus seis ministros euroescépticos: «Es un informe poco fiable que no engaña a nadie», dijo Ian Duncan Smith .

La verdad es que constituye todo un extraño espectáculo ver cada día a ministros de un mismo Ejecutivo intercambiando mandobles dialécticos a costa de Europa. El responsable de Exteriores, Philip Hammond , acusó a sus compañeros euroescépticos de ocultar a los ciudadanos cuáles son las opciones reales fuera de la UE, porque la verdad es que no hay ninguna mejor, y les pidió que sean honestos con los británicos y reconozcan que se perderían empleo y crecimiento.

El informe del Gobierno explica que para seguir teniendo pleno acceso al mercado único europeo siendo un país de fuera de la UE hay que aceptar la libre circulación de trabajadores, cumplir las normas comunitarias y hasta contribuir a su presupuesto. Es decir: lo mismo que ahora, pero sin capacidad de influir en el club. Tal es el caso de Noruega , uno de los ejemplos que los partidarios del Brexit suelen citar como p osible vía de futuro.

Como Suiza y Canadá

En cuanto a la posibilidad de firmar tras el Brexit un acuerdo comercial bilateral con la UE como los de Suiza y Canadá, ninguno de ellos ofrece pleno acceso al mercado único. Además el Gobierno británico tardaría un mínimo de dos años en negociar con los 27. Puestas así las cosas, lo más probable es que un Reino Unido fuera de Europa tendría que comerciar con ella acogiéndose a las normas generales de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Ahí los británicos no tendrían que asumir la libre circulación, ni aceptar las leyes comunitarias o pagar a la Unión, pero a cambio «el shock económico sería muchísimo mayor».

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