Los estadounidenses se arman hasta los dientes tras un año de tensiones
La compra de armas, que ya subió por la pandemia, bate récords en enero debido al asalto al Capitolio y el temor a que Biden dificulte su adquisición
![Una reunión de la Asociación Nacional del Rifle en Indianápolis](https://s3.abcstatics.com/media/internacional/2021/02/05/armas-eeuu-records-kvCB--1248x698@abc.jpg)
Las colas han sido una constante en Estados Unidos en el último año. Para entrar en el supermercado cuando llegó la pandemia. Para votar, en una elección agitada que batió récords de participación. Para hacerse los test de Covid-19, para recibir una ... ayuda alimenticia. Pero, también, para comprar armas . A la vez que los estadounidenses vaciaban los estantes de papel higiénico, se lanzaban a por pistolas y rifles.
No era algo sorprendente. En tiempos de crisis, los estadounidenses se aferran a las armas. Las estadísticas sobre verificación de antecedentes, un proceso necesario para la compra de armas y que gestiona el FBI, registran picos cuando crece la preocupación por la seguridad. Ocurre tras las matanzas de armas de fuego que cada cierto tiempo sacuden al país, ya que florecen las reclamaciones para que se mejore la regulación al acceso a armas y la gente acude a comprarlas por temor a que se lo prohíban. También con cambios políticos, en especial, con la llegada de los demócratas al poder, más proclives a endurecer el acceso. Y en momentos de convulsiones sociales.
En el último año, todos esos elementos han confluido. Y se han rematado con la crisis política de la disputa de los resultados electorales por parte de Donald Trump , culminada el mes pasado con el asalto violento al Capitolio por una turba de sus seguidores para evitar la certificación de la victoria de Joe Biden.
El incidente ocurrió el pasado 6 de enero, un mes en el que se batió el récord de verificación de antecedentes por compra de armas desde que el FBI publica la estadística: casi 4,3 millones.
Tres de las semanas de este enero están entre las diez semanas con más verificaciones desde que el FBI recoge las estadísticas desde finales de la década de 1990. El récord semanal ocurrió a mediados de marzo, cuando se constató la expansión de la pandemia y arrancaron los confinamientos. El FBI recibió casi 1,2 millones de solicitudes de verificación de antecedentes. En 2020, la agencia de seguridad realizó casi 40 millones de estas verificaciones, récord histórico.
Incertidumbre
Estos procesos no explican con exactitud cuántas armas se compran. Es posible comprar más de una con la misma verificación , por ejemplo. Según el análisis de Small Arms Analytics and Forecasting (SAAF), en enero se vendieron 2,2 millones de armas, un crecimiento de casi el 80% respecto al mismo mes del año pasado.
«Enero de 2021 ha comenzado sin duda con una explosión de ventas debida a la conmoción alrededor de la confirmación y la investidura de Biden como nuevo presidente de EE.UU.», reconoció Jurgen Brauer, economista jefe de SAAF, en un comunicado.
«La gente tiene incertidumbre», explicó a «The Hill» Adam Winkler, autor de « Tiroteo: la batalla sobre el derecho a portar armas en EE.UU ». «Y cuando tienes incertidumbre, y te sientes vulnerable, un arma es una de las cosas en las que te fijas para procurar protección».
Es difícil pensar en algo que genere más incertidumbre que una pandemia de la que todavía no sabemos cuándo ni cómo saldremos. Pero eso solo fue el comienzo de las tensiones en EE.UU. A finales de mayo, el último episodio de abusos policiales sobre la minoría negra, la muerte de George Floyd en Mineápolis, desató una oleada de protestas raciales en todo el país. La mayoría de los cientos de manifestaciones que se extendieron durante meses fueron pacíficas, pero en el arranque de las tensiones hubo violencia, destrozos, saqueos, heridos y muertos. En la calle, se impusieron los lemas de «abolir la policía» y «recortes a la policía». En ocasiones, los agentes se vieron sobrepasados por los manifestantes. En muchas grandes ciudades, se dispararon los crímenes violentos. La sensación de inseguridad abrió nuevos camino s: aquellos –como la minoría negra– que sienten que la policía no les defiende; otros, que la vieron incapaz de ofrecer protección y amenazada.
![Cola para adquirir armas en una tienda de California](https://s2.abcstatics.com/media/internacional/2021/02/05/armas-eeuu-reuters-kNYG--510x349@abc.jpg)
El resultado fue que muchos de los que nunca cogieron una pistola fueron a la armería a comprarse una. Según una encuesta de la National Shooting Sports Foundation, casi el 40% de quienes compraron un arma el año pasado lo hacían por primera vez. Casi el 40% fueron mujeres y el grupo racial más representado fue la minoría negra.
Las denuncias de Trump
Después llegó la campaña electoral. Trump avivó su mensaje combativo y denunció fraude incluso antes de que hablaran las urnas. Biden buscó un tono sosegado, pero no lo tenía para quienes se oponen que se limite el acceso a las armas. En campaña, se comprometió a recuperar un veto a la fabricación y venta de fusiles de asalto y de cargadores de alta capacidad. También propuso un programa de recompra de este tipo de armas por parte de las autoridades o la obligación de incluirlas en un registro federal. Trump, al contrario, se ha postulado siempre como el gran defensor de la Segunda Enmienda –el texto constitucional que consagra el derecho a portar armas– y advirtió a sus millones de seguidores que los demócratas «vienen a por vuestras armas».
Los defensores del acceso amplio a las armas asocian el pico de compras con la victoria de Biden. Mark Oliva , director de relaciones externas de la National Shooting Sports Foundation, aseguró a Fox News que «no se puede descartar» que muchas de las compras «se relacionen con las amenazas de la Administración Biden con promulgar la agenda de control de armas más radical y amplia de la historia».
El resultado de este cóctel de tensiones ha sido la venta de casi 23 millones de armas en 2020, según un recuento de «The Washington Post», un aumento del 64% frente al año anterior. Fue el mismo año en el que 19.223 personas murieron por violencia con armas de fuego en el país, un 25% más que en 2019. Es imposible adivinar qué ocurrirá en 2021. Pero la pandemia persiste, la crisis política se ha instalado y en las calles hay más armas que nunca.
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