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De señores de la guerra a políticos Somalia

La elección el próximo lunes de un nuevo presidente en Somalia se presenta como un paso determinante para conocer el futuro regional

De señores de la guerra a políticos Somalia afp

EDUARDO S. MOLANO

¿Continuidad o giro sin retorno? Cerca de medio siglo después de vislumbrar su último proceso electoral libre, Somalia afronta la elección, el próximo lunes, de un nuevo presidente como un paso definitivo para enterrar los fantasmas del pasado.

Unos comicios, no obstante, que distan en demasía de ser totalmente democráticos. Tras décadas de amarga espera, el próximo día 20 serán tan solo los representantes de los clanes tribales quienes elijan a 275 nuevos parlamentarios , tras finalizar el mandato otorgado al Gobierno de Transición Federal. Posteriormente, éstos votarán al nuevo mandatario entre la amalgama de candidatos que ya se han presentado.

Y no son pocos, con cerca de 60 aspirantes en las listas oficiales.

Sin embargo, dos factores resultan fundamentales para comprender las opciones reales de cada uno de ellos.

Por un lado, la figura del clan: durante las conversaciones de paz de 2002-2004, los principales actores en conflicto aprobaron una fórmula (denominada 4,5), que ha sido utilizada por las sucesivas administraciones a la hora de repartir cuotas políticas. En ella se articulan tan solo cuatro clanes principales (Darod, Dir, Hawiye y Rahanweyn), mientras que “medio” aglutina al resto de familias. Por supuesto, la decisión ha generado no pocas rencillas.

Por el otro, el apoyo económico con el que cuenta cada postulante. El pasado mes de julio, un informe de Naciones Unidas ya denunciaba la asfixiante corrupción que sufre el país africano: solo en el periodo 2009-2010, el 70% del dinero donado por las organizaciones internacionales al Gobierno de Transición Federal desapareció literalmente de las arcas oficiales.

Así que ante números, parece claro el “continuismo” de estas elecciones .

Como reconoce el analista local Abdirashid Hashi, “la formulación de un Gobierno verdadero, bueno y democrático en Somalia está muy lejos aún”. En esencia, “(las elecciones) son solo la entrega de una autoridad provisional a otra, de una transición a otra”, destaca.

No en vano, entre los principales candidatos se encuentran viejos conocidos de la política somalí como el actual mandatario, Sharif Sheikh Ahmed, o el ex primer ministro Mohamed Abdullahi Mohamed “Farmajo”.

Otros, caso de Mohamed Afrah Qanyare, reivindican un recuerdo aún más amargo del pasado de Somalia.

Durante un lustro, este ex señor de la guerra lideró una de las más cruentas milicias de la capital del país, Mogadiscio, compuesta por cerca de dos mil guerrilleros.

Sin embargo, en 2006, recibiría un nuevo encargo. Ese mismo año, el otrora criminal se convertía en uno de los principales líderes tribales financiados por Estados Unidos para acabar con la Unión de Tribunales Islámicos, una asociación pseudo-islamista que tras su desaparición ha servido de germen tanto de los rebeldes de Al Shabab (el actual líder espiritual del grupo, Hassan Dahir Aweys, también lo era de los Tribunales) como del propio mandatario somalí (Sheikh Ahmed sirvió como presidente de las Cortes).

¿El nombre de batalla de esta asociación de señores de la guerra? Más que curioso: La Alianza para la Restauración de la Paz y el Contraterrorismo.

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