El duro trabajo de gestionar los muertos por la pandemia
Gestionar la muerte es un trabajo ingrato, pero esencial. Más aún ahora cuando las funerarias...
Gestionar la muerte es un trabajo ingrato, pero esencial. Más aún ahora cuando las funerarias británicas tienen que hacerse cargo del doble de fallecidos, cuando hay docenas de cadáveres a la espera de recibir sepultura o una incineración. Bien lo saben en esta histórica funeraria londinense donde los muertos llegan más rápido de lo que pueden tramitar. En los embalajes mortuorios se ponen estos letreros advirtiendo del trágico contenido. Hay que tomar precauciones. Es lo que le sucede a esta embalsamadora. Va vestida con todas las medidas de seguridad. Asegura que ella sigue haciendo su trabajo lo mejor que sabe, respetando al máximo el cuidado de los fallecidos aunque sus familiares no puedan verlos, ni despedirse de ellos, algo que, por experiencia propia, resulta demoledor. Gran Bretaña lleva ya más de 106 mil fallecidos por coronavirus, pero para el personal de la funeraria los muertos no son solo números. Hay que pensar que tras estas cifras hay cientos de miles de familiares que tienen un sufrimiento añadido. El personal de las funerarias juega un papel vital en la batalla contra la pandemia, pero, a menudo, recibe menos reconocimiento que otros trabajadores de primera línea. Estamos exhaustos, comentan, muy estresados, tanta tragedia nos está dejando muy tocados emocionalmente. Las familias tienen que esperar entre cuatro y cinco semanas para poder celebrar un funeral cuando lo normal era no más de 7 días.
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