análisis
Diez instantes de miseria británica, según los Murdoch
Recapitulamos los momentos que mejor reflejan los tejemanejes entre política y Prensa, a partir de los correos, SMS o almuerzos desvelados esta semana en Londres por los Murdoch
Diez instantes de miseria británica, según los Murdoch
Rupert Murdoch: «A los políticos les encanta impresionar a la Prensa»
Las comparecencias esta semana de James y Rupert Murdoch, además de los dueños del «Daily Telegraph» y del «Independent», han permitido sacar a la luz instantes íntimos de los tejemanejes entre los poderosos a partir de los correos electrónicos, almuerzos y SMS desvelados por los protagonistas de dos esferas llamadas a ser –en teoría– distantes y vigilantes la una con la otra . «A los políticos les gusta apartarse de su camino para impresionar a la Prensa», afirmaba el miércoles, no sin cinismo, Rupert Murdoch .
Un «reality» de los poderosos
Un inusitado acceso a escenas íntimas del poder facilitado por los elevados niveles de transparencia del juego político-judicial en Reino Unido. «Por eso, en este país, se piden comisiones de investigación independiente cada vez que hay un escándalo», nos explica un ex alto cargo «tory» que prefiere no dar su nombre. «Porque una vez se judicializa, al estilo de la comisión Leveson, todo tiene que salir a la luz porque exigen pleno acceso», añade.
Recogemos a continuación algunos de esos instantes que mejor reflejan la naturaleza íntima de esta relación entre la política y los medios, teniendo siempre presente que, a menudo, son testimonios de parte aportados, eso sí, bajo juramente ante el juez Leveson. Unos instantes que, seguro, se reproducen en España y en países de nuestro entorno, visibles ahora desde el sofá de casa gracias a ese «reality» de los poderosos en que se ha convertido la comisión Leveson.
1. Cena de navidad en casa de Brooks (diciembre 2010)
James Murdoch reconoció el martes que sí abordó la oferta de adquisición de BSKyB –el mayor operador de TV por cable del Reino Unido– por News Corporation con David Cameron, durante una cena de Navidad en 2010 celebrada en la casa de campo de Rebekah Brooks, amiga personal y vecina del primer ministro, y consejera delegada entonces de News International, la rama británica del imperio Murdoch.
La compañía tenía el 39% de Sky, y estaba dispuesta a pagar unos 10.000 millones de pesetas por el porcentaje restante. Durante meses, la oficina del primer ministro no confirmó la velada, hasta que, en julio del año pasado, otro de los presentes –el presentador de TV, Jeremy Clarkson– desveló varios detalles en una columna en el «Sunday Times». «De lo que hablaron Rebekah y Cameron la mayor parte del tiempo fue de perritos calientes», aseguró. «Yo pasé la cena discutiendo sobre medio ambiente con James Murdoch». Este reconoció ayer, sin embargo, que recordaba «haber hablado brevemente con el primer ministro... sobre la propuesta». Una operación multimillonaria sobre la que su gobierno debía tomar la decisión.
2. Cameron, en el yate de los Murdoch en Santorini (agosto 2008)
Las relaciones entre Cameron y los Murdoch vienen de lejos. El miércoles, después de asegurar que no recordaba el encuentro en su declaración escrita, Rupert Murdoch confirmó que el entonces líder de la oposición se desvió de sus vacaciones para reunirse con los Murdoch en el yate de la hija del patriarca, fondeado en la isla griega de Santorini. «Quizás el señor Cameron pensaba que su parada en Santorini me impresionaría, no sé», dijo el miércoles un vengativo Murdoch, quien definió el encuentro estival como «una manifestación del proceso democrático». El entorno de Cameron consideraba fundamental que The Sun» dejara de apoyar a los laboristas y al entonces primer ministro, Gordon Brown. Y así ocurrió.
3. La presunta declaración de guerra de Brown (2009)
Rupert Murdoch –un australiano que ayer afirmó tajante que «no tengo afinidades ni con el partido "tory" ni con los laboristas»– había apoyado a Tony Blair, impresionado por el mensaje reformista de este durante una convención de News Corporation en 1995. Y mantuvo ese apoyo durante el breve mandato de Gordon Brown, hasta que, tal y como esperaban los asesores de Cameron, Murdoch decidió reorientar sus preferencias y apoyar al entonces candidato conservador, que preparaba ya la campaña electoral de mayo de 2010 que le daría la victoria.
Brown dijo en un comunicado que no llamó a Murdoch tras perder el apoyo del «Sun»
Murdoch aseguró ayer ante Leveson que, en 2009, después de que «The Sun» comenzara a apoyar a los «tories», recibió una llamada de Gordon Brown en la que le anunciaba que, «puesto que tu empresa ha declarado la guerra a este gobierno, no nos queda más remedio que estar en guerra con tu compañía». Según el empresario, el entonces primer ministro «no estaba en un estado muy equilibrado» durante la llamada. Pero, en un comunicado emitido el mismo miércoles por la tarde, Brown aseguró que era «totalmente falso» , y negó haber mantenido ninguna conversación con él por el cambio de rumbo de «The Sun».
4. El entendimiento «tácito» con Blair
El patriarca Murdoch reconoció el miércoles, con toda naturalidad, que durante el mandato de Tony Blair se reunían mano a mano dos o tres veces al año. Lo contó después de afirmar sin rubor que «nunca pedí nada a Tony Blair, ni recibí nada a cambio». El fiscal le recordó que sus periódicos apoyaron la guerra en Irak, y que en marzo de 2003, al inicio de la invasión, se produjeron tres llamadas de teléfono entre Blair y Murdoch. «Si fue el día 11, debía ser por mi cumpleaños», respondió el empresario.
El fiscal recordó que Andrew Neil, director durante once años del «Sunday Times» (propiedad de News International), afirmó en su día que había existido siempre un «entendimiento tácito» entre los dos. Murdoch, de hecho, recordó detalles de una tarde con Blair en Chequers, la residencia de campo del primer ministro, en la que el australiano le reiteró una de sus obsesiones personales: su oposición a la entrada de Gran Bretaña en el euro, una de las cuestiones más sensibles para el gobierno Blair.
5. Los emails de los asesores del ministro de Cultura (2010-2011)
El golpe más duro lo ha asestado esta semana News International al Ejecutivo que preside David Cameron. El martes, con la comparecencia de James Murdoch, la compañía hizo público un informe de 170 páginas que desvela que, durante meses, los asesores del ministro de Cultura, Jeremy Hunt, mantuvieron abierto un canal de información privilegiada con el «lobista» de los Murdoch en Londres, Jeremy Michel, sobre la marcha del dossier Sky.
Hunt permitió que sus asesores dieran información privilegiada a News Corp.
En enero de 2010, el titular de Cultura y Deportes –y responsable de las Olimpiadas de Londres– asumió la responsabilidad de tomar una decisión sobre la oferta de los Murdoch sobre la totalidad de BSKyB, después de el anterior responsable, el ministro liberal de Industria, Vince Cable, fuera «cazado» por el «Daily Telegraph» afirmando que «odiaba» a los Murdoch. Así, una operación corporativa con un potencial impacto sobre la pluralidad informativa en Reino Unido caía en manos de un político entregado a los Murdoch. Hunt permitió que sus asesores –incluido Adam Smith, que dimitió este miércoles– enviaran a Michel información sobre la marcha del proceso, y consejos sobre la estrategia a seguir ante las reservas del regulador del mercado de las comunicaciones (Ofcom).
«El [Hunt] se ha comprometido a intentar encontrar todos los errores legales que pueda en el informe de Ofcom y a proponer remedios fuertes y de impacto», dice un email de Michel a JRM (James Murdoch) de enero de 2011. Unos días más tarde, Michel le informa de que ha accedido a parte del contenido de una intervención parlamentaria del ministro sobre el asunto al día siguiente. «Confidencial: he logrado obtener algo de información sobre los planes para mañana (aunque es absolutamente ilegal!). Hay muchas cuestiones legales...».
En diciembre de 2010, la demanda de la actriz Sienna Miller contra News International por presuntas escuchas comenzaba a sacar a la luz la magnitud del escándalo de las escuchas en el «News of the World». En julio de 2011, las revelaciones por el diario «The Guardian» echarían al traste al tabloide más leído, pero también la operación corporativa más deseada por James Murdoch. el gobierno Cameron decidió remitir el dossier a Ofcom, que debe emitir un dictamen sobre si los adquirentes serían «operadores íntegros y adecuados».
6. El interesado apoyo del nacionalista Salmond
Los servicios de Hunt, quien deberá comparecer pronto ante el comité Leveson, no fueron los únicos aliados políticos de los Murdoch en la frustrada operación sobre BSKyB. Según desvelan los correos electrónicos aportados por News International a la comisión, el presidente de Escocia, el nacionalista Alex Salmond, se ofreció a presionar a Hunt y a otro miembro del gobierno en defensa de los intereses de los Murdoch. Salmond se abría comprometido a llamar a Hunt durante un almuerzo en marzo de 2011 con el director de la edición escocesa de «The Sun», quien transmitió al líder nacionalista que el diario le apoyaría en la campaña para la reelección (Salmond obtuvo la primera mayoría absoluta en la corta historia de la autonomía escocesa).
«¿Cómo definiría ahora sus relaciones con Salmond? ¿Normales, cálidas...?», le preguntó el fiscal a Rupert el miércoles. «Cálidas», contestó el empresario, que se ha mostrado favorable a la independencia de Escocia.
7. La redacción del Telegraph, abierta a Cameron
No solo los Murdoch disfrutan de un acceso semejante a la clase política británica. El lunes testificó ante el juez Leveson Aidan Barclay, presidente del Grupo Daily Telegraph, y heredero de una conocida familia que posee, además, el Ritz y otros hoteles de lujo en la capital británica. «El "Daily Telegraph" es un periódico conservador con "c" minúscula y con "c" mayúscula», dijo sin tapujos en el estrado. Y se refirió a varios mensajes de teléfono móvil que dan cuenta de la cercanía entre el influyente rotativo y el proyecto político «tory». En el más llamativo, Barclay escribe a Cameron en marzo de 2011 para decirle que «he hablado con Tony G [por Tony Gallagher, director del diario entonces], y organizará una llamada diaria durante la campaña, como dijimos».
«Si Cameron quería colocar su mensaje de la manera más eficiente, debería hacer un hábito de llamarle cada día, y eso es lo que les recomendé», explicó el magnate el lunes. Al grano y sin tapujos. Al parecer, luego solo se produjeron dos o tres llamadas durante la campaña de mayo de las elecciones 2010.
El dueño del Telegraph envía SMS a Cameron, encabezados «querido David»
Unos días más tarde, ya en calidad de financiero, Barclay se dirigía así por SMS al aspirate a primer ministro conservador: «Querido David, estoy seguro de que eres consciente de que los mercados de crédito no están bien y que van a empeorar, puesto que todos optan por la prudencia, sumado a nuevas regulaciones Basel 3, más pérdidas de liquidez de la deuda soberana, el apoyo del banco de Inglaterra y potenciales impuestos, todo en el peor momento. Espero que no te importe que lo mencione. Un saludo, Aidan». El empresario aclaró que ni su familia ni el diario habían hecho donaciones a partidos políticos en los últimos 25 años. Influencia pura y dura. Poder. Y punto.
8. Las críticas de Lebedev
Los tentáculos de otro tipo de poder, menos elegante, más rudimentario, es al que intentan hacer frente los Lebedev desde las páginas de la «Novaya Gazeta», el principal diario independiente de Rusia, no sometido al dictado del Kremlin. Su propietario, el oligarca ruso Alexander Lebedev, compró en 2009 el vespertino «Evening Standard» y lo convirtió en un exitoso gratuito, y es dueño además del «Independent».
Su hijo, Evgeny, compareció ante Leveson el lunes y puso al «establishment» británico ante el espejo de la santa madre Rusia. «Aquí los políticos sobrestiman la influencia de los periódicos», dijo, aunque es claro que «ocupamos la misma órbita, circulamos alrededor del mismo planeta», reconoció. Inspirado en la experiencia rusa, el joven Lebedev afirmó: «Si la prensa se debilita, entonces obtenemos lo que llamo la tiranía del consenso, en la que todo el mundo tiene miedo de dar un paso, o hacer un comentario».
9. El «mito» del poder de Murdoch, según Murdoch
Quien no se privó de ninguno fue Rupert Murdoch, quien ayer sorprendió a su entretenida audiencia –aunque la lenta cadencia del empresario octogenario ha obligado a dividir en dos días su comparecencia– asegurando que su capacidad de influencia es un mito. «Quiero aclararlo de una vez por todas, es un mito total que yo utilizo el "Sun" o su presunto poder político para obtener un trato de favor», repitió varias veces el editor. Ante la insistencia del fiscal, Robert Jay, Murdoch culpó al «Guardian» y al «Independent» de tener un tema «recurrente» en su presunta influencia: «Pasado un tiempo, si esas mentiras se repiten una y otra vez permanecen, y si la gente está resentida se las cree», dijo. Como si el dueño de periódicos más temido del mundo fuera una víctima más de un sistema que conoce, adora y manipula.
10. La educación, la página no escrita
Las páginas finales del escándalo de las escuchas del «News of the World» están por escribir. Rupert Murdoch señaló el miércoles que su compañía ha llegado a acuerdos de indemnización con 72 víctimas de la red de espionaje de sus periódicos, y que otras 20 esperan su turno. Scotland Yard tiene abiertas hasta cinco investigaciones paralelas sobre una parte podrida de la sociedad británica que habría afectado a miles de personas, y que tiene en libertad bajo fianza a 42, incluidos una decena de periodistas.
Pero ayer, al final de su comparecencia, Murdoch apuntó al que, según creen muchos, habría sido el siguiente episodio de una larga historia de coqueteo con los políticos: su interés por las escuelas libres, promovidas por el ministro de Educación de Cameron, Michael Gove. Murdoch ha reconocido haber mantenido varias reuniones con Gove, a quien habría expresado el interés de su empresa en abrir una escuela libre –promovidas por la iniciativa privada, según promueve el gobierno– en el este de Londres. La Educación es uno de los sectores estratégicos para News Corporation, presionada a diversificarse ante la pérdida de rentabilidad del negocio de la Prensa.
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