Cristina Fernández de Kirchner, a la conquista de Angola
«¡Trajimos la Argentina para todos los angoleños!» exclama la presidenta, de visita en el país africano para promocionar productos argentinos
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner , ha visitado recientemente Angola, un país que vive sometido a una dictadura desde hace más de treinta años. Una vez más las palabras de Fernández, abanderada de los derechos humanos en la última década , no encuentran reflejo fiel en sus actos. En rigor, esto no es una novedad. Sí lo es las sorprendentes imágenes recogidas en el vídeo que acompaña a esta información. El señor que le «sopla» cada dos minutos a la oreja es Guillermo Moreno, el secretario de Comercio que obstaculiza las importaciones, pone la pistola en la mesa o saca los guantes de boxeo con los empresarios cuando le viene en gana.
«Ellos nos dan al león africano, y nosotros les traemos a la vaca argentina»
«Carne para todos y leche para todos [...] hasta traje, trajimos, Sastrería González [...], panadería... hemos traído sillones de cuero, un supermercado [...], chicles [...], grifería, batidoras, licuadoras, anteojos, las mochilas [...] es insoportable, es insoportable [...] ¡los limones! ¡los limones, Tucumán! [...] ¡Trajimos la Argentina para todos los angoleños!», exclama Cristina Fernández antes de recibir un premio de manos de las autoridades locales: «Ellos nos dan al león africano, y nosotros les traemos a la vaca argentina».
Los gestos de Cristina, como últimamente se presenta la presidenta, acompañan la presentación de la virtual conquista argentina de Angola . Las palabras, también. Podría ser la toma de una película, haberse rodado en el rastro o ser parte de una verbena de pueblo. Pero no. Ocurrió en Angola y «Ella», con toda su euforia, es quien dice ser. La escena, de principio a fin, es difícil de imaginar con cualquier otro mandatario de protagonista o en otro país. Ni siquiera en Venezuela, segundo y posiblemente último destino donde Cristina sería recibida con los brazos abiertos.
Colofón
El premio final a su actuación lo recibe casi, casi, bailando. Se le acercó una negra y pensó que era cosa de volver a moverse. Se trata de un león de oro de verdad, del que se extrae con el sudor y, como los diamantes, la sangre de los africanos . La mujer que se lo entregó confunde el apellido Fernández con Hernández. Es imposible no esbozar una sonrisa, ahogarse de risa o, como le pasa a algunos argentinos, sentir un poco de verguenza ajena. Ojo a lo que dice y cómo lo dice la señora presidenta. No hay palabras.
* Más historias en el blog El talón de América
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