El choque de Francia y EE.UU. por Aukus sacude a la OTAN
París retira a sus embajadores en Washington y Canberra tras el anuncio de su alianza militar
Silencio en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas ante una de las peores crisis desde su creación

Francia ha llamado a consultas a sus embajadores en Estados Unidos y Australia a consecuencia del anuncio de la creación de la nueva alianza militar que los norteamericanos han creado con el Reino Unido y Australia que supone la anulación de un contrato multimillonario. ... La propia Alianza Atlántica ha recibido con cierta perplejidad el anuncio, teniendo en cuenta que participan dos de sus miembros y por el hecho de que se produce cuando todavía están vivas las heridas causadas por el fracaso estrepitoso de la misión en Afganistán. Los expertos consideran que la situación acabará calmándose, pero que los europeos deben empezar a acostumbrarse a que Estados Unidos tiene otros intereses que ya no pasan necesariamente por esta orilla del Atlántico .
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El síntoma más evidente del nerviosismo en la sede de la OTAN es que no se ha emitido ni un simple comunicado en reacción a este anuncio hecho por dos aliados y un país que tiene lazos de asociación muy fuertes con la organización. De hecho, fuentes de la OTAN se han limitado a recordar que en la última cumbre, celebrada en Bruselas este verano, ya se decidió estrechar las relaciones con los países asociados de la región del Pacífico como Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea «para promover la seguridad común y apoyar el orden internacional basado en reglas» y analizar «los desafíos de seguridad global donde los intereses de la OTAN se ven afectados, a través de un compromiso político más profundo». La situación sería tan normal en apariencia que «los aliados ya se reunieron la semana pasada con los socios de Asia-Pacífico para discutir sobre cuestiones de defensa cibernética», aunque en esa ocasión Australia no informó a nadie de que estaba negociando este acuerdo con EE.UU. lo que suponía la ruptura del contrato con Francia para fabricar submarinos. Más allá de esta posición flemática, en otros medios aliados se da por hecho que las tensiones entre París y Washington van a aflorar de forma muy estridente en las próximas reuniones y se preparan para ello. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, viaja a Estados Unidos a finales de mes y ni siquiera tiene previsto un contacto fugaz con la Administración Biden.
Un mero intermediario
El profesor Frederik Ponjaert, del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas , cree que el papel del Reino Unido en este caso, por más que satisfaga al ambiente del Brexit, ha sido el de un mero intermediario mientras que Francia es claramente el gran perdedor . «No solo pierde dinero, sino prestigio y se debilita su industria militar en general» y por el hecho de que en realidad «es el único país europeo que tiene territorios en el Pacífico, donde viven más de millón y medio de ciudadanos franceses». La situación es más matizada en el caso del conjunto de la UE puesto que por un lado «la primera consecuencia es que China se ve acosada por este movimiento brusco y China es también un adversario de la UE. En la región, todos los aliados europeos importantes, es decir, Japón, Corea, Taiwán o la India, están interesados en contener a China, pero por otro lado esto les aproxima más a los norteamericanos» que a la UE aunque lo más sangrante fue el hecho de que «el pacto se anunciase el jueves, precisamente el mismo día que en que el Alto Representante de la política exterior de la UE tenía que presentar la estrategia europea para la región Asia Pacifico» que ha quedado completamente eclipsada y prácticamente caducada en el mismo momento. De todos modos, Ponjaert cree que el nacimiento de esta alianza, a la que se la ha dado el acrónimo Aukus, va a profundizar en la discusión sobre la utilidad de la OTAN «que dura ya desde hace más de 20 años» aunque ahora resulta que la primera operación en la que la Alianza se proyectaba fuera del espacio europeo, la misión de Afganistán, ha terminado con el catastrófico resultado que se conoce. «Y hay que recordar que eran los europeos los que no querían ir fuera de la zona euroatlántica, porque preferían una OTAN centrada en Europa, y ahora no deberían extrañarse de que los norteamericanos hayan optado por otros socios».
Abanico de alianzas bilaterales
Visto desde Estados Unidos este movimiento puede entenderse también como la guinda del abanico de alianzas bilaterales que ya tiene en la zona con Japón, con Corea del Sur y de algún modo también con Taiwan, siempre dentro de sus intereses privativos. Como dice la norteamericana Michele Chang, profesora en el Colegio de Europa de Brujas donde dirige el departamento de relaciones transatlánticas, «la creación de Aukus indica que las esperanzas europeas de que la elección de Biden marcaba el fin del unilateralismo estadounidense no pueden darse por sentadas. El giro de EE.UU. hacia Asia no es nuevo, y esta asociación de seguridad enfatiza la importancia de esta región para Washington. La OTAN no habría sido el mejor arreglo para este tipo de acuerdo puesto que no todos los países europeos comparten las preocupaciones de Estados Unidos sobre China, lo que convierte a la OTAN en un foro inadecuado para esto. Además, el intercambio de inteligencia artificial y tecnología nuclear, como en Aukus, no puede ocurrir en la escala de una asociación como la OTAN. Sin embargo, esto no hace que la OTAN sea irrelevante, ya que su estructura, recursos y función no se duplican con el nuevo acuerdo. El manejo de Aukus ha alejado a algunos en Europa, particularmente a Francia, pero la OTAN sigue siendo la mejor organización para la defensa colectiva» .
Coincide con esta opinión Niclas Frederic Poitiers, investigador del instituto «Bruegel», uno de los think-thanks más influyentes de Bruselas, para quien la «desilusión» que esta decisión unilateral de Biden ha podido provocar entre los europeos ha de ser vista bajo el prisma de la política norteamericana. «La idea de contener la expansión de China es ahora la primera prioridad de Washington porque es en lo único en lo que están de acuerdo demócratas y republicanos. Biden puede pensar que si los demócratas pierden dentro de cuatro años y Trump regresa al poder, la situación puede ser catastrófica para ellos y para el país. Por eso creo que los europeos deberíamos afrontar esto con paciencia porque tampoco tenemos ningún interés en que Biden fracase».
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