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EE.UU. considera levantar sanciones al petróleo venezolano para no depender de Rusia

La Administración Biden admite que envió una delegación a Caracas a negociar con el régimen de Maduro

Demócratas y republicanos condenan el acercamiento de Biden a Maduro

Putin no garantiza a Maduro las fortunas chavistas depositadas en la banca rusa

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki Reuters / Vídeo: ATLAS
David Alandete

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La Administración Biden ha admitido que ha entablado contacto con el régimen de Nicolás Maduro con el objetivo de aligerar sanciones e incrementar el flujo de petróleo en el mercado internacional para atemperar los efectos de un embargo al crudo ruso por la invasión de Ucrania. El crudo venezolano está sujeto a sanciones de EE.UU. desde 2019.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo en rueda de prensa este lunes 7 de marzo: «En lo que respecta a Venezuela, el propósito de ese viaje de funcionarios incluía varios asuntos, también la seguridad energética, y también averiguar sobre el bienestar de ciudadanos de EE.UU. detenidos, y son conversaciones separadas»

Psaki admitió que hubo «un diálogo con miembros de la administración los pasados días, y las negociaciones están abiertas». También negó la portavoz que haya ninguna decisión tomada sobre sanciones a Venezuela.

Según dijeron ayer a este diario fuentes de la Administración estadounidense que han solicitado anonimato porque las deliberaciones están aún en marcha, la Casa Blanca está considerando si levanta sanciones parcialmente sobre el crudo venezolano, y por ello envió el fin de semana a los tres funcionarios a Caracas a reunirse con representantes del régimen.

Esos enviados fueron el encargado de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Juan González; el embajador de EE.UU. para Venezuela, que trabaja desde Colombia, Jimmy Story, y el enviado especial del presidente Joe Biden para liberación de rehenes, Roger Carstens.

Tal y como publicó este diario el domingo, la Casa Blanca no avisó a los opositores al chavismo a los que considera representantes legítimos del pueblo venezolano, ni en Caracas ni en su representación diplomática en EE.UU.

En 2019, EE.UU., bajo Donald Trump, rompió relaciones con el chavismo, acusando a Maduro de fraude electoral para perpetuarse en el poder. Desde entonces reconoció a Juan Guaidó y a la Asamblea Nacional como representantes legítimos del pueblo venezolano. Después Trump aplicó un embargo sobre el crudo venezolano, que hizo a Maduro dependiente de Rusia primero y de Irán después.

Durante el viaje, según dijo Psaki, los funcionarios estadounidenses trataron también de liberar a seis ejecutivos de Citgo Petroleum Corp., cinco ciudadanos estadounidenses y uno residente legal, detenidos durante un viaje de negocios a Caracas en noviembre de 2017 y acusados de lavado de dinero, entre otros delitos. Hay además dos soldados retirados de EE.UU. detenidos tras un intento de golpe en Venezuela.

Tras las sanciones, Venezuela ha sido capaz de producir unos 760.000 barriles de petróleo al día con ayuda de sus socios, una cantidad que no es ni una cuarta parte de lo que exportaba en los años 90. Los analistas creen que el chavismo podría llegar a producir, sin las sanciones norteamericanas, alrededor de 1,2 millones de barriles diarios. Según Reuters, en 2021 EE.UU. importó de Rusia más de 20,4 millones de barriles de crudo y productos refinados al mes de promedio. Esto supone el 8% de las importaciones de combustible líquido de EE.UU., según la Administración de Información de Energía.

En diciembre, Carstens, el enviado especial del presidente de EE.UU. para negociaciones de rehenes, viajó con una reducida delegación en Caracas, pudo hablar con los seis detenidos de Citgo y trajo noticias de estos a sus familias. Carstens viajó en un vuelo charter el martes 7 de diciembre y regresó a EE.UU. por la misma vía el viernes 10 de diciembre, según las fuentes oficiales. A los familiares de los presos que están en EE.UU. no se les informó con antelación de esa visita.

El régimen de Maduro es uno de los aliados más firmes del Kremlin en Sudamérica, y ha aplaudido la invasión de Ucrania, repitiendo los mismos argumentos de Vladímir Putin. Venezuela tiene además un sistema de misiles de fabricación rusa y ha recibido asesoramiento militar de Moscú durante las tensiones con la Casa Blanca en la pasada Administración.

La decisión de Biden de enviar emisarios a Caracas ha sido criticada por los republicanos. El senador Marco Rubio dijo el fin de semana: «Que Biden organicesin siquiera informar a los venezolanos que han sufrido y arriesga reuniones secretas con el narcoterrorista Maduro do todo oponiéndose a Maduro es una vil traición».

El gobernador de Florida, Ron de Santis, añadió: «Está mal que la Administración Biden mendigue petróleo de Venezuela y legitime el régimen comunista de Maduro con una visita oficial. EE.UU. debería hacer que Maduro rinda cuentas mientras aumenta la producción nacional para que no tengamos que depender de regímenes hostiles para obtener energía».

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