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Sus socios socialdemócratas se revuelven contra Merkel por el espionaje de la NSA

El ministro del Interior, Thomas de Mazière, podría ser la primera víctima de un escándalo que amenaza con erosionar a la canciller

Sus socios socialdemócratas se revuelven contra Merkel por el espionaje de la NSA efe

andreu jerez

El vicecanciller y presidente del Partido Socialdemócrata alemán no buscó ayer eufemismos para referirse al «caso NSA»: «Tras la aparición de los primeros indicios, pregunté dos veces a la canciller Merkel si el conocido como «caso EADS» fue espionaje económico. En ambas ocasiones, contestó que no».

El hombre fuerte de los socialdemócratas alemanes, socios de Gobierno de los democristianos de Merkel, no dudó así en apuntar directamente a la responsabilidad de la canciller en la presunta cooperación ilegal entre los servicios secretos de Berlín y Washington. El SPD pretende así distanciarse de un tema espinoso que le ha explotado en la cara a Merkel. La canciller afronta, sin duda, su mayor desafío desde que llegara al poder hace una década. Gabriel dijo ayer expresamente que no quiere que su partido «se vea arrastrado a ese barrizal» en el que se han convertido las actividades de la NSA en suelo alemán.

La semana pasada, un grupo de medios alemanes informó que los servicios secretos alemanes suministraron durante años información confindencial a la NSA sobre el Gobierno francés, la Comisión Europea y sobre empresas europeas como EADS. En el barrio político de Berlín, es un secreto a voces que los servicios secretos estadounidenses se mueven a sus anchas en suelo germano. Sin embargo, el último capítulo supone un salto cualitativo: si hasta ahora eran la masa ciudadana y también destacadas figuras políticas alemanas (incluida la canciller) el objetivo de la NSA, ahora son un Estado miembro de la OTAN y grandes consorcios las víctimas del espionaje masivo estadounidense. Y ello con el apoyo activo de los servicios secretos alemanes.

El ministro podría ser la primera víctima

«Algo ha cambiado en la Gran Coalición, que ha recibido un golpe del que posiblemente no se recuperará», escribían ayer dos columnistas del semanario «Der Spiegel». Las armonía entre los dos principales garantes de la estabilidad de la Gran Coalición se ha roto, apuntaban. La hasta ahora indestructible credibilidad de la figura política de Merkel entre los ciudadanos alemanes también ha sufrido un daño que parece difícilmente reparable. Y es que cuesta creer que la canciller no estuvo al tanto de la intensa colaboración entre los servicios secretos estadounidenses y alemanes en los diez años que lleva en el poder.

De momento, hoy está previsto que el ministro de Interior alemán, el democristiano Thomas de Mazière, comparezca ante el Parlamento alemán. De Mazière podría convertirse en la primera víctima política del ‘caso NSA’.

Sus socios socialdemócratas se revuelven contra Merkel por el espionaje de la NSA

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