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ATAQUE EN TÚNEZ

Antonio y Dolors, una pareja catalanista, montañera y respetada en su barrio

ABC recoge los testimonios de los vecinos del matrimonio español muerto en Túnez. En su vecindario barcelonés los querían y respetaban

Antonio y Dolors, una pareja catalanista, montañera y respetada en su barrio Inés baucells

maría jesús cañizareS / ÀLEX GUBERN

«En estos momentos no podemos atenderte, deja de tu mensaje». Es la voz de Antonio Cirera Pérez, de 75 años, que suena en el contestador automático del piso segundo primera del edificio situado en el número 21 de la calle Conca de Barcelona. A este jubilado, muerto este miércoles en el atentado yihadista cometido en Túnez junto a su esposa, Dolors Sánchez Ramí, de 73, lo conocían en su barrio como una persona muy familiar. Una de sus vecinas, con la que anoche, todavía con el dolor de la tragedia reciente, habló ABC, lo describe como un hombre empeñado en mantener unidos a los suyos. Por motivos de trabajo, la familia Cirera tiene a la mayoría de sus integrantes dispersos por toda la geografía catalana. Antonio vivía dedicado a conservar los lazos entre ellos.

En el bar 9Vintage, cercano a la casa de Antonio y Dolors, su responsable asegura que los dos miembros del matrimonio que ayer se dejó la vida en Túnez en el último golpe del terror yihadista eran clientes habituales, Fue en este bar donde, según quien lo regenta, un primo de Dolors se enteró de que algo grave había ocurrido. La noticia de la masacre, cuyas fatales consecuencias sobre su familia aún desconocía la recibió este primo en el 9Vintage: «Vino su hija a explicarle lo ocurrido, creo que en ese momento no se habían confirmado las muertes. Es terrible», cuenta el hostelero. Una joven residente en el mismo rellano asegura que el matrimonio de víctimas eran una pareja muy discreta, que hacían vida de barrio en esta zona popular de la Ciudad Condal. De ellos se sabía que eran «catalanistas y montañeros».

Tenían dos hijos, uno de ellos, Agustín, vive actualmente en Tortosa (Tarragona) y trabaja como técnico municipal en Alcanar. Uno de los dos hijos de Agustín vivía en casa de sus abuelos fallecidos, en Barcelona, donde estudiaba. Los vecinos de este inmueble, confirmaban anoche que la familia era aficionada a la montaña. Al parecer, también les gustaba la caza. La hermana de Antonio, Maria Gracia atendió la llamada de ABC, pero no pudo articular palabra. «No quiero saber nada, no puedo...», apuntó impactada por la noticia.

«Deportistas, con apariencia joven»

Esta mañana, a medida que la noticia se extendía por el barrio, se sumaban nuevos testimonios. Uno de los más conmocionados es Oliver Roig, propietario de la peluqueria situada en los bajos del edificio de los fallecidos. "Eran muy buena gente, deportistas, con una apariencia muy joven para su edad, cada mañana les veía salir del portal para hacer sus caminatas", relata a ABC.

Como el resto de vecinos, no salen de la conmoción. "No te puedes imaginar que algo que siempre ves como lejano, en las noticias, te impacte tan cerca", añade Marta, una comerciante de la zona que junto a José Luis Hurtado, jubilado, no podía esconder la emoción. "Después de tantos años trabajando, unos años que tienen que ser de placer acaban de esta manera", explica éste último sin poder contener las lágrimas.

Si unos vecinos aceptan hablar, otros, los que tenían una relación más directa con Dolors y Antonio, reclaman distancia a los periodistas. Junto a estos, otros que reciben la noticia en ese mismo instante. "No puede ser. Escuché anoche en las noticias sobre la muerte de dos jubilados en Túnez. No sabía que eran mis vecinos", relata apresurada una conocida de la escalera.

Margallo: «La primera vez que salían»

El matrimonio Cirera-Sánchez encontró su final de la manera más cruel. Según ha desvelado al día siguiente del atentado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo , estos dos jubilados habían emprendido su viaje para celebrar sus bodas de oro. Tras cincuenta años juntos, encontraron la muerte de la manera más cruel. Según ha dicho Margallo, con motivo de su celebración, «era la primera vez que salían de casa». La historia terminó mal.

Los dos hijos que sobreviven al matrimonio ya están en Túnez , adonde han llegado en un avión fletado por Exteriores. Allí, acompañados por personal diplomático, completarán los trámites necesarios para repatriar los cadáveres de sus padres. Burocracia que añadir al dolor de la pérdida. El avión de Exteriores los esperará hasta que todo esté listo y los cuerpos de los suyos estén a bordo. En el 9Vintage ya saben que a quien no podrán esperar más es a ese matrimonio mayor que le daba vida a su negocio.

Antonio y Dolors, una pareja catalanista, montañera y respetada en su barrio

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