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Campaña de amenazas en Turquía contra una reportera del «New York Times»

Ceylan Yeginsu comenzó a recibir mensajes intimidatorios después de que Erdogan calificase uno de sus artículos de «traición»

Campaña de amenazas en Turquía contra una reportera del «New York Times» afp

DANIEL IRIARTE

Si a Recep Tayyip Erdogan no le gusta lo que escribes, lo puedes pasar muy mal. La última víctima de las iras del presidente turco ha sido la joven reportera Ceylan Yeginsu, colaboradora del diario estadounidense «The New York Times», quien hace una semana publicó un artículo titulado «El Estado Islámico atrae una corriente continua de reclutas de Turquía».

En el reportaje, la reportera describía cómo numerosos voluntarios turcos se están uniendo a este grupo yihadista , especialmente desde el barrio de Hacibayram, en Ankara, de donde es originario Oguzhan Gözlemcioglu, uno de los comandantes de la organización en el norte de Siria. La reacción de Erdogan fue furibunda, calificando el artículo de «vergonzoso, inmoral, una traición».

En ese momento se puso en marcha un mecanismo ya ensayado con otros reporteros extranjeros. Los diarios progubernamentales «Takvim» y «Aksam» identificaron a Yeginsu como la autora del artículo, publicando su fotografía en portada, así como información personal sobre ella y su familia. «Aksam» denunció que en este caso, «la operación de formación de opinión fue orquestada en casa», refiriéndose al hecho de que Yeginsu, a diferencia de otros reporteros que trabajan para medios extranjeros, es ciudadana turca.

Una fotografía equívoca

Inmediatamente, la periodista comenzó a recibir amenazas por correo electrónico. «Algunas autoridades turcas y medios de comunicación han montado una campaña coordinada para intimidar y atacar los motivos de la reportera que escribió esta historia. Se le han enviado miles de mensajes que amenazan su seguridad», ha denunciado el director ejecutivo del «New York Times», Dean Bacquet, en un comunicado. «Es inaceptable que se tome como objetivo de esta forma a uno de nuestros periodistas», protesta el estadounidense.

Aparentemente, lo que ha motivado las iras de Erdogan es la fotografía que acompañaba inicialmente el artículo, en la que puede verse al entonces primer ministro visitando la mezquita de Hacibayram. El diario la cambió enseguida y pidió disculpas por la incorrecta asociación de ideas, y señaló que el reportaje en ningún momento permite inferir «que el presidente Erdogan apoye al Estado Islámico o condone el reclutamiento de combatientes en Turquía». Yeginsu ha señalado, sin mucho éxito, que ella no es responsable de la elección inicial de la fotografía.

En los últimos meses, han sido varios los reporteros extranjeros sometidos a un hostigamiento similar. Durante las protestas antigubernamentales por el parque Gezi , la corresponsal de BBC, Selin Girit, ya sufrió un acoso similar tras haber sido señalada como «agente inglesa» por el alcalde de Ankara, Melih Gökçek, quien no dudó en lanzar contra ella una campaña difamatoria en Twitter.

«Enemigos de Turquía»

A finales de mayo, Hasnain Kazim, corresponsal del semanario alemán «Der Spiegel», se vio obligado a regresar a su país tras haber recibido diez mil amenazas en pocos días por un artículo crítico con la actuación de Erdogan durante el desastre de Soma, la peor tragedia minera de la historia de Turquía. Apenas dos semanas después, el entonces primer ministro turco calificó a Ivan Watson, corresponsal de la CNN, de «agente en misión de agitación» . Por incidentes como estos, así como por las crecientes restricciones a la libertad de prensa, Turquía fue degradada al estatus de «País no libre» en el último informe de la Freedom House.

Un día después de que el «New York Times» hiciese su protesta oficial, el diario «Takvim» publicó varios testimonios anónimos de vecinos del barrio de Hacibayram, el reseñado en el reportaje de Yeginsu, en el que estos negaban que el Estado Islámico estuviese reclutando gente en el área. No obstante, la credibilidad de medios como «Takvim» es más que discutible: el año pasado, dicho periódico no dudó en inventarse una entrevista con Christianne Amanpour, la enviada especial de CNN , en la que la corresponsal «admitía» haber recibido dinero para informar en contra del gobierno turco durante las protestas de Gezi.

Sin embargo, estos periódicos han resultado una eficaz herramienta a la hora de movilizar a las bases de simpatizantes de Erdogan contra la prensa extranjera. Según ha comprobado repetidamente ABC en conversaciones con ciudadanos corrientes, muchos partidarios del gobierno consideran a dicha cadena estadounidense y a la británica BBC como «enemigas de Turquía», a pesar de no haber visto jamás uno de sus informativos.

Campaña de amenazas en Turquía contra una reportera del «New York Times»

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