venezuela
Maduro, con el enemigo en casa: «No soy un nuevo Stalin, soy hijo de Hugo Chávez»
El líder bolivariano, en un arranque de histeria, conmina a los exministros y exfuncionarios chavistas que ahora se rebelan a situarse de su lado o contra él. «No es tiempo de estar jugando con la unidad del movimiento revolucionario», les advierte
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Nicolás Maduro cree que tiene el enemigo en casa. El líder bolivariano ha tachado de "indisciplinados y desleales" a todos los dirigentes de la revolución que se mantenían firmes con Hugo Chávez, pero que no están en la actualidad precisamente doblando el "espinazo" por él. El presidente venezolano exige máxima fidelidad a los principios del régimen bolivariano, porque "no es tiempo para estar jugando con la unidad del movimiento". Y se los dice directamente a todos los exfuncionarios y exministros chavistas que han osado salir a la palestra para criticar al partido gobernante, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), como recoge la corresponsal de ABC, Ludmila Vinogradoff, en esta información.
De hecho, el pasado miércoles, en un arranque de histeria que ha traspasado fronteras como se puede observar en el vídeo que acompaña, Maduro repudió las críticas vertidas hacia su figura, puesto que la oposición juzga que si el jefe del Gobierno no se toma bien las acusaciones es un síntoma de “resquebrajamiento” y “descomposición interna” del liderazgo bolivariano. El mandatario de Venezuela trató de salir al paso de las nuevas críticas emitidas por exministros chavistas, y tras ubicar a sus detractores dentro de una “izquierda trasnochada”, les reclamó por atacar su gestión en tiempos de combate, cuando “el enemigo” quiere destruirlo. Reaccionó así a la carta difundida el martes por el extitular de Educación y Electricidad, Héctor Navarro, en defensa del exministro y exvicepresidente de Planificación, Jorge Giordani, que también publicó una misiva en la que criticó duramente la gestión del mandatario en materia económica. “Bien desconsiderados son algunos de estos trasnochados de izquierda, atacando en el momento que el enemigo busca cortarnos la cabeza y destruirnos, la historia los juzgará y se secarán, igual que se han secado todos los que han atacado nuestra patria, así lo decreto y así será”, emitió sin ambages el mandatario. Giordani, quien fue relevado en el cargo el día 17 pasado, acusó a Maduro de no transmitir liderazgo, de dar sensación de vacío de poder y de tomar decisiones económicas equivocadas, incluyendo despilfarro en campañas electorales.
Navarro, por su parte, exigió que se investiguen las irregularidades en la entrega de divisas administradas por el Gobierno, un fraude reconocido por el propio Ejecutivo y denunciado por Giordani hace más de un año, y demandó a Maduro que se comporte “como un estadista” en su gestión. Tuvo una contrapartida: fue suspendido como integrante del PSUV de manera férrea.
Al reguero de críticas se unió la extitular de Medio Ambiente, Ana Elisa Osorio, que empleó "la plataforma que brinda Twitter para conminar a la Asamblea Nacional a desempolvar la Ley contra la corrupción y se castigue a los corruptos: esos son los grandes traidores a la Revolución". En palabras de Madudo, no son más que “pequeños burgueses vacilantes que quieren confundir al pueblo, bueno, se verán conmigo de frente donde tenga que verme con ellos, con los vacilantes, con los desleales o los que quieren, con ropaje de izquierda, tratar de confundir, lo que no hicieron jamás cuando fueron ministros y fracasaron toditos”.Reta: «O se está con Maduro o con otros proyectos personalistas»En este sentido, el mandatario desafió a todos los espectadores y oyentes -unas imágenes que están propagándose a velocidad de crucero por el océano de las redes sociales- a situarse o con él o en su contra. En su boca, dijo que “es tiempo de definiciones” y pidió a los chavistas “que cada quien se defina, si está con el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro” o está “con otros proyectos personalistas”.
Que se escore «el cansado de luchar»
Además, sin cortapisas ninguna, Maduro repelió todas las descripciones que lo sitúan como “un nuevo Stalin”. Él no es tal cosa, sugirió, sino que solo es “hijo de Hugo Chávez, que propugnó la revolución bolivariana al tiempo que reiteró que su misión es seguir con su legado". “El que se cansó de luchar y se confundió, que se ponga de lado, el que sienta que no puede seguir porque Maduro es poca cosa para él, para su conocimiento, para su brillo, Maduro es apenas un obrero, que se ponga de lado (…), porque yo contra viento y marea voy a cumplir la misión que me toca cumplir”, pronunció a las claras el presidente elegido en abril de 2013, un mes después de la muerte de su predecesor, de quien dijo continuar al hilo sus directrices. Así que no puede entender la disidencia interna, desde las filas chavistas, para arrojar mimos a los suyos. En su alarido vehemente ante sus correligionarios, Maduro concluyó: “Y los gringos contentos con las críticas. No han podido levantar a nadie para hacer una campaña más o menos creíble dentro del chavismo contra mí, y ahora se están moviendo. Yo sé a quiénes están tocando. Lamento mucho estas actitudes de divisionistas. Se les aflojaron a algunos las fuerzas en esta etapa. Es tiempo de definiciones, y hay que seguir avanzando”
Desde la oposición, otro partido de la oposición, el Copei, trasladó a la agencia Efe a través de su presidente, Roberto Enríquez, que la situación del PSUV no tenía precedente en Venezuela y que se está viendo apenas “la punta del iceberg”. “Un partido intentando sustituir al Estado venezolano: obviamente ésa es una bomba que va a terminar explotándoles en su propia cara”, señaló Enríquez.
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