referéndum en septiembre
Nervios y desorden en la campaña del «No» a la independencia de Escocia
El presidente escocés, Alex Salmond, da por «destruido» el «farol» de que una unión monetaria sería imposible tras el cruce de declaraciones contradictorias en el campo unionista

El gobierno nacionalista escocés se frota las manos. Las últimas encuestas indican que el apoyo al «No» a la secesión está estancado y los ánimos independentistas al alza. Un escenario de creciente nerviosismo para los defensores de la unión que ha provocado, como era de esperar, graves fallas en el discurso de la campaña Mejor Juntos, responsable de empujar a los escoceses a votar por la permanencia en el Reino Unido. La grieta más grave se abría este sábado con las declaraciones anónimas de un ministro del gobierno de David Cameron poniendo en cuestión el argumento más contundente desplegado hasta ahora por conservadores, laboristas y liberales al unísono : que la independencia implica salirse de la libra esterlina.
Londres podría ceder la libra a cambio de no mover los submarinos nucleares «Por supuesto que habría una unión monetaria» entre una hipotética Escocia independiente y el resto del Reino Unido, aseguraba un ministro del gabinete, no identificado, al diario «The Guardian». «Después de una victoria del "Sí", habría unas negociaciones muy complejas con varias piezas por intercambiar», explicaba el ministro anónimo. «El Reino Unido quiere mantener los submarinos nucleares Trident en [la base naval escocesa de] Faslane, el gobierno escocés quiere una unión monetaria, es fácil ver los contornos de un acuerdo», afirmaba.
Durante todo el debate de cara al referéndum convocado para el próximo 18 de septiembre, la estrategia del nacionalismo escocés ha sido calificar los argumentos sobre el coste de la secesión como «discurso del miedo» y desactivar su impacto prometiendo al electorado que, llegado el momento, Londres sustituirá las amenazas por el pragmatismo negociador. Ahora, las declaraciones de un ministro que, según «The Guardian», «jugaría un papel central en las negociaciones», avalando esta misma tesis caen como jarrones de agua bendita sobre un movimiento pro-independencia que avanza posiciones, aunque el «Sí» todavía va por detrás del «No» en las encuestas.
Salmond se jacta de la «demolición» del argumento
Mientras el gobierno central se lanzaba a la caza del topo -tanto el ministro de Defensa como el jefe de gabinete de Cameron han tenido que rechazar públicamente ser ellos los «garganta profunda»-, Alex Salmond, el líder del gobierno escocés, se regocijaba el domingo en Sky News. Y definía las controvertidas declaraciones como «una importante demolición de la campaña del "No"», y «todos estos faroles y fanfarronadas sobre no compartir la libra como una táctica de campaña ».
Los sondeos pasan de un 61%-39% en diciembre en favor del No a un 58%-42% ahora «No habríamos visto la reacción de pánico de las últimas 48 horas... si la campaña del "No" no se hubiera dado cuenta que su estrategia del miedo hace agua por debajo de la línea de flotación», afirmaba un relajado Salmond, en mangas de camisa, a la cadena Sky News este domingo. Un nerviosismo provocado, en parte, por la evolución de las encuestas. Según las series temporales de la empresa YouGov, la campaña independentista ha logrado reducir la ventaja del "No" a la secesión desde los 22 puntos de diciembre (61% en favor del No contra un 39% por el Sí) hasta los 16 puntos porcentuales que recoge la última encuesta, publicada la semana pasada por «The Times» [puedes consultar aquí los datos ].
Así, el "Sí" ha remontado hasta el 42% mientras que los contrarios a la secesión se sitúan en este momento en el 58% de los encuestados. Según el análisis de Peter Kellner, analista y presidente de YouGov , «los indecisos han comenzado a saltar la valla», para car en el lado del "Sí" a la independencia. Un avance que atribuye, en parte, a que las mujeres van perdiendo poco a poco el miedo a separarse. El mes pasado, un 68% de mujeres consultadas respondía "No" a la independencia, por un 32% de "síes". Ahora, la diferencia se ha reducido a 62-38 según los últimos datos.
Los portavoces del "No" a la secesión llevan, en efecto, 48 horas intentando recomponer sus filas. «Una cita anónima y off-the-record no cambia la dura realidad sobre la moneda», explicaba el fin de semana un portavoz de Downing Street, intentado elevar de nuevo el dique moetario. En el papel del «poli bueno», el ministro para Escocia, el liberal Alistair Campbell, advertía del riesgo de ser arrollados por una campaña independentista mejor organizada y financiada y, sobre todo, más motivada.
«Tienen una capacidad de financiación sin precedentes disponible para esta campaña, debemos ser conscientes de lo que nos viene y, como consecuencia de ello, debemos poner nuestros argumentos en su sitio y afilarlos tanto como ellos los suyos», explicaba a la BBC, con un tono sorprendentemente alarmista.
«Sí pueden ganar», advierte el ministro para Escocia
«Debo decir a todo el mundo que sí pueden [ganar]», advierte el ministro para Escocia. Varios voces pro-unionistas llevan meses advirtiendo que la campaña por el No, agrupaba bajo el lema Mejor Juntos, está dormida en los laureles. Su portavoz, el exministro de Finanzas laborista, Alistair Darling, ha asumido el papel de «poli malo» y ha lanzado en las últimas horas un intento de atar a los partidos nacionales a la promesa de que no habrá una unión monetaria, tal y como exige el nacionalismo escocés, después de haber renunciado a adoptar el euro, tal y como defendían hace años.
«Creo que es casi seguro que los partidos políticos dejarán claro en sus programas electorales que no quieren que Escocia forme parte de una unión monetaria», ha dicho Darling, en referencia a las propuestas para un mayor autogobierno escocés con los que se espera que los grandes partidos concurran a las generales previstas para mayo de 2015. Sería la zanahoria autonomista para animar a los votantes a decir "No" a la secesión a cambio de mayores cotas de autogobierno a partir de 2016, cuando ya está previsto que el parlamento escocés asuma nuevas compatencias.
Pero, además, Darling ha querido introducir un posible cerrojo político a la cuestión al afirmar que cualquier unión monetaria, puesto que implica cesión de soberanía, debería ser votada en un referéndum por los ingleses, galeses y norirlandeses. «Creo que la gente en el resto del Reino Unido necesita ser consultada sobre si quieren o no entrar en una unión monetaria», dijo, puesto que, tal y como ha planteado el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, esta requiere una política fiscal y de gastos común .
Pero los observadores coinciden en que el intento de los partidos defensores de la unidad de Gran Bretaña de elevar el coste económico, político y, sobre todo, financiero de la secesión no parece alcanzar el efecto disuasorio buscado, por mucho que cada vez más voces empresariales hayan corroborado que el coste sería elevado. Así lo cree el profesor John Curtice, uno de los analistas más citados en la carrera escocesa. «Hace tiempo que está claro que la intervención sobre la moneda no ha empujado a la campaña del "No" al alza, y comienza a parecer que las últimas seis semanas han visto, en todo caso, al "Sí" ganar terreno».
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