somalia
Médicos sin Fronteras anuncia el fin de sus programas en Somalia ante las continuas agresiones
En el recuerdo, la reciente liberación de las cooperantes Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, quienes fueron secuestradas en octubre de 2011 en el campo de refugiados de Dadaab
![Médicos sin Fronteras anuncia el fin de sus programas en Somalia ante las continuas agresiones](https://s1.abcstatics.com/Media/201308/14/MSF-REUTERS--644x362.jpg)
La organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) anunció este miércoles el cierre de todos sus programas en Somalia ante las continuas agresiones sufridas por su personal en la zona.
Para MSF, «cada vez más, los grupos armados y los líderes civiles apoyan, justifican y/o toleran el asesinato, la agresión y el secuestro de trabajadores humanitarios ». ¿En el recuerdo? La reciente liberación de las cooperantes Montserrat Serra y Blanca Thiebaut , quienes fueron secuestradas en octubre de 2011 en el campo de refugiados de Dadaab, en la frontera entre Kenia y Somalia; así como el asesinato de dos trabajadores en Mogadiscio en diciembre de ese mismo año.
Sólo en 2012, los equipos de MSF proporcionaron más de 624.000 consultas médicas, atendieron a 41.100 pacientes en sus hospitales , trataron a 30.090 niños por desnutrición, vacunaron a 58.620 personas y asistieron el parto de 7.300 bebés.
No son mera estadística.
Durante la hambruna que asoló Somalia (de forma oficial) entre julio de 2011 y febrero de 2012, al menos 260.000 personas fallecieron . La mitad, menores de cinco años.
Las causas que provocaron esta sangría humana son bien conocidas: Por un lado, la apatía de la comunidad internacional, quien ignoró las denuncias que advertían de una acuciante escasez de alimentos en el Cuerno de África, y por el otro, el papel jugado por la milicia islamista de Al Shabab, al impedir la entrega de ayuda humanitaria en algunas zonas de Somalia. Sin embargo, desde el comienzo hasta el final, MSF fue una de las organizaciones de que forma continua trabajó para paliar la crisis.
«La situación en el país ha creado un desequilibrio insostenible entre los riesgos y compromisos que nuestro personal tiene que hacer, y nuestra capacidad para prestar asistencia al pueblo somalí», reconoce Unni Karunakara, presidente internacional de MSF.
De igual modo, la organización asegura que, «en algunos casos —en particular en el centro y sur de Somalia, aunque no exclusivamente—, los mismos actores con quienes MSF ha negociado las garantías mínimas de respeto a su misión médica humanitaria han tenido una implicación directa en los abusos contra sus equipos , o han dado su aprobación tácita a los mismos».
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