EE.UU.
Las secuestradas de Cleveland estaban atadas con cuerdas y cadenas
A las tres jóvenes de la casa del horror solamente se les permitía salir a veces al patio de la vivienda

Ariel Castro, el carcelero de las tres chicas liberadas el lunes en Cleveland tras diez años de secuestro, llevaba con frecuencia al parque a la niña que una de ellas, Amanda Berry, tuvo durante el cautiverio. Presumiblemente él sería el padre, pero la Policía no ha aclarado a cuál de los tres hermanos Castro detenidos corresponde la paternidad. También llevaba a la pequeña Jocelyn, de 6 años, a visitar en fines de semana a la madre de los Castro, que él presentaba como abuela.
Hacía esos desplazamientos mientras sus cautivas, que habrían tenido otros embarazos, pero nunca de completa gestación, según apuntan medios locales citando fuentes de la investigación, permanecían en casa encadenadas, tras puertas cerradas con candados. Uno de los pocos detalles desvelados ayer por los investigadores es que en el interior de la casa han sido encontradas cadenas y cuerdas; no se han hallado restos humanos que apuntaran a otras víctimas.
Amanda Berry, Gina DeJesus y Michele Knight, desaparecidas entre 2002 y 2004 cuando tenían 16, 14 y 20 años, respectivamente, continuaban ayer su proceso de recuperación. Amanda y Gina llegaron por la mañana a sus respectivas casas, tras pasar una revisión médica. Vecinos y familia —algo cambiada en estos años, con hermanos casados, sobrinos y, en el caso de Amanda, la muerte de la madre— las recibieron con pancartas y globos. Michele tuvo que seguir en el hospital, pues su estado era de mayor fragilidad.
Sin comparecencia pública
Aunque se anunció una comparecencia ante de los medios de Amanda a la puerta de casa, las palabras fueron finalmente de su hermana. «En este momento mi familia pide privacidad, para que mi hermana, mi sobrina y yo misma tengamos tiempo para recuperarnos», dijo Beth Serrano, que agradeció a medios y población el esfuerzo realizado durante estos diez años para resolver el caso.
Los ciudadanos de Cleveland cuestionan ahora a las autoridades locales, por fallar ante avisos de algunos vecinos de Ariel Castro. Este sacaba a pasear a la pequeña Jocelyn a horas muy tempranas, para no coincidir con nadie. Si le preguntaban aseguraba que era su nieta. De todos modos, algunos aseguran haber tenidos sospechas de que algo estaba pasando. Por ejemplo, la niña era vista muchos días tras la ventana del ático de la casa, cuando se suponía que Castro vivía solo. Otros residentes de la calle incluso hablan de una llamada a la Policía en 2011 tras ver a una mujer —que llevaba un bebé en brazos— pedir auxilio desde el patio trasero de la casa. La Policía habría llegado después y se marchó tras estar un rato llamando a la puerta sin obtener respuesta.
Dos visitas en el registro
Otro testimonio indica que en una ocasión fueron vistas tres mujeres desnudas gateando y gritando en el patio trasero, y con ellas había tres hombres que las controlaban. También los vecinos veían a Castro introducir en casa bolsas de comida en una cantidad mayor de la necesitada para él mismo. Una vez que lo hizo aparcando ante la puerta el autobús escolar que conducía, la Policía fue avisada. Cuando los agentes llegaron, el único requerimiento que le hicieron fue que no volviera aparcar allí el autobús, según cuentan los vecinos.
Las autoridades de Cleveland niegan tener registro de esas alertas y además aseguran que nunca recibieron ninguna denuncia o pista que hubiera podido llevar a encontrar el lugar donde se hallaban retenidas las mujeres.
Oficialmente las autoridades han reconocido que se presentaron en dos ocasiones ante la puerta de la casa, una antes de la desaparición de las jóvenes, a raíz de una llamada de Castro por una pelea en la calle, y otra en 2004, cuando Castro era investigado por una posible indisciplina en su trabajo de conductor de autobús escolar. Nadie respondió a las llamadas a la puerta y Castro fue entrevistado en otro lugar, sin que finalmente se elevaran cargos por haber dejado a un niño dentro del autobús mientras él se iba a comer. Fue echado de ese trabajo en 2012 tras dos nuevas indisciplinas.
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