Una oposición atomizada en Bolivia no evitará el tercer mandato de Evo Morales
Debate en el país andino sobre si la Constitución promulgada en 2009 permite que aspire de nuevo a la presidencia

A año y medio de los comicios en Bolivia, la atomización de la oposición parece imposibilitar una alianza, única vía según los analistas para enfrentarse de forma efectiva a Evo Morales, quien está dispuesto a presentarse a un tercer mandato.
La idea de una coalición nacional para neutralizar al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) cobró fuerza en febrero pasado, cuando en las elecciones a gobernador de Beni la oposición se coaligó frente a la candidata de Morales, una exreina de la belleza a la que los sondeos daban por vencedora.
Contra todo pronóstico, la coalición liderada por el conservador Carmelo Lens logró el 52 % de los votos y se hizo con el departamento amazónico, lo que llevó a la oposición a plantear que esta fórmula sea extrapolada a nivel nacional.
El «multipartidismo» del sistema boliviano «es una ilusión óptica porque desde 2005 predomina el bipartidismo y todos esos candidatos que creen poder enfrentarse a Morales lo único que hacen es fragmentar el voto y facilitar una nueva victoria del MAS», dijo a Efe el analista político Carlos Cordero.
Estiman que se ha aligerado la presión sobre los opositores, hasta ahora «acosados con juicios»
«La única posibilidad de derrotar al MAS en 2014 es una coalición que tome conciencia de que la única opción es ir unidos, especialmente cuando en Bolivia existe la segunda vuelta en la elección presidencial», incidió Cordero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Sostuvo que el caso de Beni es extrapolable a nivel nacional, sobre todo porque el prototipo elector de clase media urbana y asalariada, irritada por consecutivas decisiones del Gobierno, se repite en toda Bolivia.
Además, aventuró como «muy probable», por primera vez en la historia boliviana, una segunda vuelta electoral «a pesar del aura de invencibilidad del MAS».
De momento, los partidos bolivianos ya han comenzado a definir estrategias para las presidenciales de diciembre de 2014, pero todavía no hay un acercamiento de posturas en la oposición.
Parece claro que los conservadores se enfrentarán por tercera vez a Morales, apoyado por su partido para presentarse de nuevo, en medio de un debate sobre si la Constitución promulgada en 2009 permite o no que concurra de nuevo a la presidencia. El Tribunal Constitucional deberá pronunciarse sobre el asunto tras recibir una consulta parlamentaria a instancias del MAS.
Primer paso al frente
Hace pocos días, uno de los más férreos detractores de Morales, el gobernador de la rica región oriental de Santa Cruz, Rubén Costas, fue el primero en mover ficha al proclamarse «abanderado» de la oposición y anunciar que presentará su proyecto en agosto.
Costas, que lidera un partido localista sin representación parlamentaria, ratificó que se presentará a los comicios, y esta semana dio un nuevo paso con la creación del Movimiento Social Demócrata, con el que varias formaciones pretenden enfrentarse a Morales.
Junto a Costas forman parte de esta coalición el gobernador de Beni, Carmelo Lens; los exgobernadores de ese departamento Ernesto Suárez y de Chuquisaca Sabina Cuéllar y algunos parlamentarios opositores de otras regiones.
Sin embargo, en ella no están integrados los otros dos principales líderes de la oposición: Samuel Doria Medina, de la centrista Unidad Nacional, y Juan del Granado, del izquierdista y antiguo aliado de Morales Movimiento Sin Miedo (MSM), cuyo principal feudo es La Paz.
De hecho, la «autoproclamación» de Costas tuvo rápida respuesta desde la Unidad Nacional y el MSM, que a pesar de sus diferencias esta vez coincidieron en rechazar que el derechista político cruceño les represente. Doria Medina aboga por un único candidato opositor y que éste sea elegido por votación popular o encuestas, como se hizo en Beni.
Desde la conservadora y desmembrada Convergencia Nacional proponen formar un «consejo de líderes» nacionales para determinar posibles alianzas y designar un solo candidato, según declaró su jefe de grupo parlamentario en el Senado, Marcelo Antezana.
Refugiado en EE.UU.
Además, otro opositor, el exlíder de Convergencia Nacional Manfred Reyes Villa, también se plantea presentarse con un nuevo partido, a pesar de que está refugiado en Estados Unidos y tiene dos sentencias pendientes en Bolivia.
A esta actividad preelectoral ha contribuido, según Cordero, que en los últimos meses se haya aligerado la presión sobre los opositores, que hasta ahora habían sido «sistemáticamente acosados con juicios».
Esa situación había generado «una especie de autocensura política, de no querer destacar, criticar, porque inmediatamente eran perseguidos», dijo el analista.
La supuesta persecución política que en el pasado inhibió a algunos dirigentes a proyectarse políticamente se ha quebrado, según Cordero, con la demanda marítima de Bolivia contra Chile , ya que Morales ha hecho de ello una cuestión de Estado.
«Ahora el Gobierno ya no tiene un discurso descalificador de ciertos líderes y esto ha despertado la competencia electoral en la oposición», afirmó Cordero.
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