El líder rebelde congoleño Bosco Ntaganda «se entrega» en Ruanda
Conocido con el apelativo de «Terminator», cuenta con una orden de busca y captura por parte del TPI por crímenes de guerra
![El líder rebelde congoleño Bosco Ntaganda «se entrega» en Ruanda](https://s2.abcstatics.com/Media/201303/18/congo-rebelde-afp--644x362.jpg)
Bosco Ntaganda, líder rebelde congoleño perseguido por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de guerra, «se ha rendido este lunes» en la embajada estadounidense de la capital de Ruanda, Kigali, según aseguró Louise Mushikiwabo, ministra de Exteriores del país africano.
Conocido con el apelativo de «Terminator», Bosco Ntaganda cuenta, desde 2006, con una orden de busca y captura por parte del TPI por crímenes de guerra, así como por el reclutamiento forzoso de centenares de menores para un conflicto, que ha dejado en la región cinco millones de muertos.
Ya en abril, el por entonces fiscal jefe de la corte -Luis Moreno Ocampo- solicitó de nuevo su arresto inmediato, después de que este tribunal condenara a otro ex líder rebelde congoleño, Thomas Lubanga, por delitos similares.
Sin embargo, y pese a su excelso curriculum, el presidente del Congo, Joseph Kabila, recordaba entonces que, aunque su intención era detener al ex líder rebelde, éste no sería entregado a la comunidad internacional.
«Tenemos más de cien razones para arrestarlo y no carecemos de la fuerza o los medios para hacerlo, pero no voy a trabajar bajo presión de la comunidad internacional», aseguró Kabila.
Comandante de la milicia tutsi Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) antes de que esta milicia se integrara en el Ejército congoleño en 2009, Ntaganda es fiel ejemplo de las alianzas pasadas y presentes entre Kinshasa y los rebeldes que operan al Este del país.
A principios de abril pasado, decenas de excombatientes del grupo desertaban de las fuerzas estatales, y generaron un nuevo movimiento denominado M23 (según los acuerdos del 23 de marzo de 2009).
Mientras que para el Gobierno de Kinshasa la única motivación del nuevo grupo era proteger a su líder Ntaganda, los rebeldes siempre han negado esta relación causa-efecto y aseguran que su huida se debía a las «inhumanas» condiciones de vida que sufrían en el Ejército, así como al impago de salarios.
Precisamente, en los últimos meses se había desatado una lucha de poder en el propio M23 entre los partidarios de Ntaganda y del coronel Sultani Makenga, nuevo líder de la facción rebelde. En este sentido, el Gobierno de Kinshasa aseguraba durante el fin de semana que al menos 200 milicianos habrín huido a Ruanda, entre los que estaría el antiguo líder del brazo político del M23, Jean-Marie Runiga, hombre afín a Ntaganda destituido hace un mes.
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