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Los «dinosaurios» africanos comienzan su retirada

Mientras Ruanda comienza a dar los primeros pasos para un cambio de régimen, las líneas evolutivas parecen abrirse en buena parte de los Gobiernos regionales

Los «dinosaurios» africanos comienzan su retirada afp

EDUARDO S. MOLANO

Espacio-Tiempo. Un concepto más que relativo en la política africana. Tras casi dos décadas en el Gobierno, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, comienza a dar los primeros pasos en pos de un cambio de régimen.

Según fuentes cercanas al proceso, el mandatario utilizó el reciente comité nacional del Frente Patriótico Ruandés del pasado 8 de febrero para encargar a tres de los principales ideólogos del partido -Tito Rutaremara, Joseph Karemera y Antoine Mugesera- una «fórmula de transición» que proporcione «cambio, continuidad y estabilidad» al Estado a partir de 2017, cuando expire su mandato constitucional.

Recientemente, el propio mandatario (líder ruandés desde 2000, vicepresidente los seis años anteriores) ya reconocía haber sacrificado un modelo de democracia occidental a cambio del fin de la violencia a través de un régimen centrado en la figura presidencial.

La evolución parece ser contagiosa: En los últimos meses, las líneas del cambio parecen abrirse en buena parte de los Gobiernos regionales, quienes comienzan a barajar los primeros candidatos a sucederles. Al menos, a medio plazo.

Éstos son los casos del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, quien ya ha anunciado su intención de no continuar en el cargo una vez alcanzado el límite constitucional de 75 años (el mandatario cuenta con 68 primaveras, 27 de las cuales en el poder) o del dictador zimbabuense Robert Mugabe (el apelativo presidente se queda corto con tres décadas de Gobierno).

Para el primero, una opción comienza a tomar forma: la de su mujer, Janet Museveni, actual ministra para la región de Karamoja. Mientras que para el segundo, es la vicepresidenta del país, Joice Mujuru, quien asumiría la Presidencia una vez consumada la larga enfermedad del mandatario.

Dos situaciones similares a las de Angola, donde el vicepresidente del país (y antiguo responsable de la petrolera estatal Sonangol), Manuel Vicente, se presenta como el principal aspirante a suceder a Eduardo dos Santos.

Sin embargo, el debate no es fácil. Como recuerdan Natasha M. Ezrow y Erica Frantz en la obra «Dictators and Dictatorships: Understanding Authoritarian Regimes and Their Leaders»: En las dictaduras, los asuntos que involucran la sucesión pueden ser especialmente desestabilizadores. Así, cuanto más fuerte e institucionalizado sea el partido, mejor será su guía en el relevo del líder.

Agarrados con uñas y dientes

Por ello, algunos prefieren disipar cualquier duda sobre su retiro. Enfermo de un paternalismo excesivo, el camerunés Paul Biya (30 años de comandancia) ha sesgado cualquier alternativa a corto plazo con las recientes acusaciones de corrupción a sus máximos rivales dentro del partido; como los exministros Titus Edzoa y Jean-Marie Atangana Mebara.

Más enrevesados resultan los casos de Guinea Ecuatorial y Eritrea. A pesar de que el guineano «Teodorín» Nguema Obiang Mangue se posiciona en el camino paterno gracias a su reciente ascenso , esto no parece vaya a producirse a corto plazo. Mientras, en Asmara, el régimen del presidente Isaias Afewerki languidece entre intentonas golpistas sin ninguna alternativa real en el horizonte.

Porque veinte años de Gobierno quizá no sean suficientes.

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