referéndum en 2014
El nobel Stiglitz avala la independencia de Escocia... si mantiene la libra esterlina
El economista de Columbia figura entre los autores de un estudio del gobierno escocés que ve «viable» la opción separatista siempre que comparta su moneda con Gran Bretaña

Escocia sería viable como Estado independiente simpre que mantenga una unión monetaria con Gran Bretaña, la libra esterlina como moneda y al Banco de Inglaterra como prestamista de última instancia. Ese es el veredicto de un grupo de economistas formado en marzo de 2012 para asesorar al gobierno nacionalista escocés en su camino hacia una posible separación del Reino Unido. El economista estadounidense y Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, figura entre los miembros del grupo de trabajo sobre política económica y fiscal, que presentaba este lunes su informe con una serie de recomendaciones al gobierno que preside el nacionalista Alex Salmond.
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«El grupo de trabajo recomienda al Gobierno Escocés mantener la libra esterlina como parte de una unión monetaria formal, lo que constituye un marco general sólido para Escocia después de la independencia», escriben sus autores, entre los que figura, además de Stiglitz, otro Nobel de Economía, Sir Jim Mirrlees.
«Escocia es un país rico y productivo, aunque su crecimiento ha sido más lento», dicen
El informe avala, en líneas generales, la viabilidad económica de una Escocia fuera del Reino Unido –«según los estándares internacionales, Escocia es un país rico y productivo», dicen– aunque alertan de que «en los últimos 30 años, el crecimiento económico de Escocia ha ido por detrás del de muchos de sus pares». Entre sus propuestas figura también la creación de un «fondo de estabilidad», inspirado en el caso noruego, para gestionar los ingresos del petróleo del Mar del Norte. En un escenario de secesión, estos pasarían a manos escocesas en más de un 95%, según c oinciden los expertos .
Guerra de informes
El mandato del grupo de economistas, presidido por el conocido empresario escocés Crawford Beveridge, era dibujar una hoja de ruta económica tras una hipotética victoria del «Sí» en el referéndum convocado para el otoño de 2014 . Sus autores trabajan sobre el escenario de un parlamento escocés con competencias sobre el 100% del gasto, e insisten en que «un marco fiscal sano será esencial para una Escocia independiente, especialmente en los primeros años de la independencia».
Y para garantizar ese marco, los miembros del grupo de trabajo coinciden en la conveniencia de que Escocia mantenga la libra esterlina como moneda. El proyecto independentista de Salmond coqueteó en sus albores con la idea de incorporarse al euro pero, por razones obvias, esta alternativa ha perdido capacidad de seducción entre el electorado, dada la situación de crisis que atraviesa la Eurozona. El informe, presentado este lunes [puedes consultarlo aquí en inglés], asegura además que, en un escenario post-independencia, «una moneda común sería también en interés del Reino Unido, dados los lazos comerciales y financieros con Escocia». Escocia representa algo menos del 10% del PIB del reino Unido.
«Escocia tiene un potencial claro para ser una nación independiente exitosa, y un marco macroecnómico basado en disciplina fiscal y estabilidad financiera es un prerrequisito importante», ha declarado Crawford Beveridge, presidente del grupo de estudio. La publicación ha coincidido con la presentación también este lunes del primer informe oficial del gobierno británico. Según el análisis legal de dos reconocidos juristas, una Escocia independiente tendría que renegociar hasta 14.000 tratados internacionales, incluida la adhesión a organismos como la UE, la OTAN, la ONU o la OMC.
En lo que para muchos ha sido el pistoletazo de salida de la confrontación política –educada y a base de argumentos– que vivirá el país hasta el otoño del año que viene, el Ejecutivo que preside David Cameron ha querido poner también sus fichas en el tablero. Ya lo advertía la semana pasada Michael Moore, Ministro para Escocia, en un encuentro con periodistas. «Después de 18 meses de trabajo legal sobre la mecánica del referéndum, pasamos ahora a una nueva fase: exponer nuestros argumentos de por qué queremos que Escocia siga formando parte del Reino Unido», según dijo.
Y, en clave económica, Moore recordó, de forma elegante, lo que para muchos es uno de los talones de Aquiles del proyecto independentista: «Desgraciadamente, la crisis demuestra los beneficios de la unión, el soporte vital para Royal Bank of Scotland y HBOS [dos entidades financieras escocesas] han sido el Reino Unido y el contribuyente británico». En efecto, el RBS está nacionalizado al 81% desde que el Estado tuvo que acudir al rescate del banco británico. En febrero del año pasado, las tres principales agencias de calificación –Standard&Poor’s, Moody’s y Fitch- ya advirtieron por su parte al «Financial Times» que Escocia no «heredaría» de forma automática la calificación crediticia AAA de la que goza el Reino Unido.
«La crisis demuestra los beneficios de seguir unidos», cree el ministro para Escocia
El mismo Cameron apuntaba este domingo, en un comunicado , a las prisas del gobierno escocés. «Ya sé que quienes defienden la independencia están preparando su plan de transición hacia la separación, como si ya lo hubieran obtenido. Para mi eso no está bien, es como pasar la película a los créditos del final antes de que nos dejen ver el filme».
Tras recibir el informe del grupo de trabajo del que forma parte Stiglitz, el ministro escocés de Finanzas, John Swinney, ha explicado, precisamente, que «el estudio demuestra que las preparaciones necesarias están en marcha para asegurarnos de que una Escocia independiente está preparada para afrontar los retos del futuro». Alguien parece estar obviando que las últimas encuestas indican que el apoyo a la opción separatista está en mínimos históricos , con solo un 23%, la opción más baja desde la instauración de la autonomía en 1999.
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