Dimite un influyente político británico por endosar a su mujer una multa de tráfico
Chris Huhne, ex ministro y actual parlamentario, se declara culpable del cargo de «obstrucción a la Justicia» cuando en 2003 señaló a su mujer como responsable de un exceso de velocidad, para no perder el carnet
El ex ministro Chris Huhne pudo haber sido viceprimer ministro del gobierno Cameron, si no fuera porque el liberal que ocupa actualmente ese puesto, Nick Clegg, le ganó por un puñado de votos en las elecciones por el liderazgo en el Partido Liberal Demócrata. Huhne dimitió el año pasado de su puesto en el Ejecutivo que preside David Cameron, donde ocupaba la cartera de Energía y Medio Ambiente, después de que la fiscalía presentara cargos contra él por obstrucción a la Justicia.
Los hechos se remontan a marzo de 2003, cuando su coche fue captado por una cámara conduciendo a más velocidad de la permitida en la autopista entre el aeropuerto de Stansted y el centro Londres. La policía le acusó a él y a su entonces mujer, Vicky Price, de identificar falsamente al conductor del vehículo en ese momento. Price acusó a Huhne de haberle “obligado” a identificarse y asumir ella la sanción. Al parecer, Huhne tenía un largo historial de incumplimientos del código de circulación, había perdido nueve puntos y estaba a punto de quedarse sin carnet de conducir.
Diez años después, la “trampa” le ha costado la carrera política a uno de los miembros del partido liberal más respetados -y temidos- dentro y fuera de su partido, además de una acusación que podría dar con él en la cárcel por un delito grave de obstrucción.
Alivio para Clegg
“No se haga ninguna ilusión sobre el tipo de sentencia que puede recibir”, le advirtió ayer el juez, que le dejó en libertad sin fianza a la espera de una sentencia. Aunque Huhne había contestado los hechos hasta ahora, ayer sus abogados anunciaron en la vista que su cliente se declaraba culpable de los hechos. En la salida del juzgado, Huhne explicó que renunciaba también a su escaño en la Cámara de los Comunes: “Habiendo asumido la responsabilidad por algo que ocurrió hace diez años, el único camino adecuado para mi es dimitir como diputado por Eastleigh, lo que haré en breve”.
El posible regreso de este acaudalado defensor de la energía eólica, y una de las voces liberales más influyentes del país, fue siempre una posibilidad. Su renuncia será, en realidad, un alivio para Clegg, temeroso siempre de su sombra. Pero desatará la primera batalla electoral entre los socios conservadores y liberales de la coalición de gobierno por un escaño que ambos ambicionan desesperadamente.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete