Israel rompe la tregua con Hamás y bombardea la Franja dejando más de 400 muertos

En Gaza quedan 59 rehenes en manos de los grupos palestinos, de ellos se calcula que 24 están vivos. «No tendremos piedad con nuestros enemigos. Seamos claros: Israel no se detendrá hasta que todos nuestros rehenes regresen a casa», adelantó el embajador israelí ante la ONU, Danny Dannon. Israel ya empleó durante 15 meses el uso máximo de la fuerza en Gaza para lograr este objetivo y no tuvo éxito. Ahora los bombardeos se suman al bloqueo total como forma de presión a Hamás en pleno mes de ramadán. Las mezquitas silenciaron las llamadas a la oración y las calles quedaron desiertas.

Netanyahu dijo que los ataques buscan empujar a los islamistas al diálogo, lo que provocó sorpresa porque Hamás no ha abandonado la mesa de negociación tanto de forma indirecta con Israel, como directa con Estados Unidos. En este último caso, a espaldas de Netanyahu, ofreció la opción de entregar a los rehenes estadounidenses israelíes que tiene en su poder, uno vivo y cuatro muertos.

Ante la oleada de llamamientos internacionales para detener los bombardeos, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, comunicó a la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, que Israel «no ha tenido otro remedio» que volver a los bombardeos. Saar dijo que ellos habían aceptado una nueva propuesta de Steve Witkoff para extender el alto el fuego hasta el final del ramadán, pero que Hamás la rechazó en dos ocasiones. Israelíes y estadounidenses parecieron olvidar el acuerdo alcanzado hace dos meses y trataron de imponer un pacto alternativo que no contemplaba el final definitivo de la guerra. Qatar y Egipto, mediadores entre las dos partes desde el comienzo, se pusieron manos a la obra de forma inmediata para intentar que las armas callen lo antes posible y se retome el diálogo.

Estados Unidos cerró filas en torno a su aliado e informó que Trump fue informado antes de los ataques. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Brian Hughes, señaló que «Hamás podría haber liberado rehenes para extender el alto el fuego, pero en lugar de ello optó por la negativa y la guerra». Es una incógnita saber cuáles serán los próximos movimientos de un líder estadounidense que llegó a la Casa Blanca con la promesa de acabar con todas las guerras y se colgó la medalla del acuerdo del 19 de enero. Dos meses después, las bombas vuelven a arrasar las ruinas de Gaza.

Las calles de Jerusalén y Tel Aviv fueron escenario de protestas contra la decisión del primer ministro por el riesgo que supone para los rehenes. Ex cautivos liberados gracias al acuerdo del 19 de enero como Yarden Bibas, Eliya Cohen y Omer Wenkert recordaron en redes sociales que «la presión militar pone en peligro a los rehenes, mientras que el acuerdo les acerca a casa». El gobierno no atendió a las llamadas de los rehenes liberados y sus familias y el ministro de Economía, Bezalel Smotrich, llegó a decir que se les escucha «demasiado».

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La vuelta a los bombardeos a gran escala sirvió para que Itamar Ben Gvir anunciara el regreso de su formación al gobierno de Netanyahu. El líder del partido ultranacionalista sionista Poder Judío abandonó el ejecutivo en señal de protestas por el alto el fuego y dos meses después regresó gracias a la orden del primer ministro. Con su regreso, Netanyahu gana fuerza en la cámara en un momento de inestabilidad interna por sus problemas con la justicia y su idea de apartar de su puesto al jefe del Shin Bet.

Ben Gvir difundió un comunicado en el que aseguró que la vuelta a la guerra a gran escala «es el paso correcto, moral, ético y más justificado que se puede dar con el objetivo de destruir a la organización terrorista Hamás y traer de vuelta a nuestros rehenes. No debemos aceptar la existencia de una organización como Hamás y debe ser destruida».

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Los islamistas no respondieron de manera inmediata a una agresión israelí que colapsó los débiles servicios médicos de la Franja. Las imágenes de cadáveres y más cadáveres recordaron a los gazatíes que la venganza lanzada por el enemigo tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 no ha terminado. «Netanyahu y su gobierno extremista están tomando la decisión de revocar el acuerdo de alto el fuego, exponiendo a los prisioneros en Gaza a un destino desconocido», apuntó Hamás en el comunicado difundido en las redes sociales después de una noche sangrienta. Los islamistas señalaron directamente al primer ministro israelí como culpable de no haber aceptado pasar a la segunda fase del acuerdo, una fase que contempla la liberación de todos los rehenes, pero también la retirada de las fuerzas de ocupación y el alto el fuego definitivo.

El ejército israelí informó de «docenas» de ataques contra responsables de Hamás y Yihad Islámica a lo largo de la jornada. La inteligencia israelí no perdió el tiempo en los dos meses de tregua y en las primeras horas de la nueva ofensiva las bombas alcanzaron a numerosos miembros del brazo político de Hamás, a los que asesinaron junto a sus familias. Medios cercanos al grupo islamista informaron de la muerte de Muhammad Al-Jamasi e Issam Al-Daalis Abu Moaz, miembros del buró político, Yasser Harb, responsable del aparato de seguridad, el general Mahmoud Abu Tafa, responsable del ministerio del Interior, o Ahmed Al-Hatta Abu Omar, parte del equipo al frente del ministerio de Justicia.