Luis del Sol Cascajares es uno de los
personajes más importantes en la historia del club bético. Este gran jugador nació en
Arcos del Jalón (Soria) el 6 de abril de 1935. Su familia se trasladó, cuando apenas
tenía unos meses, a vivir a Sevilla. Allí comenzaría una larga y brillantísima carrera
como futbolista.
Los campos del Ferroviario le vieron
formarse y pronto fue incluido en la plantilla del Betis juvenil. Después de un breve
paso por el Utrera, Del Sol llegó al primer equipo verdiblanco en la temporada 1955-56.
Interior fino que dejaba en el campo todo lo que tenía dentro por defender sus colores,
se hizo fácilmente con el beneplácito de la afición, que empezó a reconocerle sus
virtudes y a acogerle como su nuevo ídolo.
Los apodos de «Sietepulmones» o «Cepillito» empezaron a ser familiares para el jugador
soriano. No obstante, en la campaña 1960-61 el todopoderoso Real Madrid se cruzaría en
su camino para hacerse con sus servicios por un montante de ocho millones de pesetas que
vinieron muy bien a las arcas verdiblancas.
En sólo dos años en Chamartín,
conquistó una Copa de Europa y otra Intercontinental, máximos galardones que pueden
alcanzarse a nivel de clubes.
Luego vendría la etapa en Italia, ya que
fue traspasado a la Juventus de Turín por 35 millones de pesetas. Su fama había cruzado
fronteras, cuestión de la que muy pocos jugadores españoles pueden presumir. También
allí los «tifossi» le tuvieron como un ídolo, tanto en su período en «la Juve» como
el posterior en la Roma. Finalmente, en la campaña 1972-73, Del Sol demostró su eterno
amor al Betis, volviendo a vestir durante una temporada la camiseta verdiblanca antes de
abandonar los terrenos de juego.
Posteriormente se dedicó a labores de
entrenador y logró cumplir su mayor sueño: entrenar al Real Betis. Fue en las temporadas
1985-86 y 1986-87, obteniendo además buenas clasificaciones ligueras en Primera División
y consiguiendo el último ascenso del equipo a la máxima categoría del futbol español.
Luis del Sol fue internacional en diecinueve ocasiones, 16 con la absoluta y 3 con la B,
entre 1960 y 1966. En su último encuentro, ante Suiza, conformó una delantera de
auténtico ensueño: Amancio, Del Sol, Peiró, Suárez y Gento; una de las mejores
vanguardias de toda la historia de nuestra selección.