Juan Carlos I Monarquía



Un patrimonio monumental y artístico labrado durante siglos

La Casa del Labrador, a Real Iglesia de San Antonio, el Palacio Real, el Mercado de Abastos, el Palacio de Medinaceli, el Hospital de San Carlos, las colecciones de arte... El listado patrimonial de Aranjuez es amplio, como el número de visitantes que se acercan hasta el Real Sitio, año tras año, para disfrutarlo paseando por sus calles

El casco histórico de Aranjuez es todo un museo, un trazado de calles y plazas salpicado de monumentos y edificaciones en los que se aprecia el mimo con el que surgió esta ciudad desde que los Reyes Católicos la tocaron con la «varita» del favor Real. 

Los sucesivos monarcas españoles continuaron retirándose a Aranjuez durante largas temporadas; actuación tras actuación, fue convirtiéndose en lo que es hoy, nada menos que una villa declarada en 2001 Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por su espectacular capital artístico, monumental, cultural y medioambiental. 

Como sucede también en otras privilegiadas ciudades como San Lorenzo de El Escorial, Alcalá de Henares, La Granja o Toledo, varias joyas se disputan el primer puesto en la corona patrimonial, aunque pocos dudan de que el Palacio Real ostenta por derecho propio ese título en la villa.

El Palacio Real
El todopoderoso Felipe II puso en marcha un viejo proyecto de su padre, el emperador Carlos, y dispuso la construcción de un nuevo palacio al no tener suficiente capacidad el antiguo, levantado por los maestres de la Orden de Santiago. A partir de entonces, la familia Real se alojaría en el nuevo palacio; la servidumbre, en el antiguo. 

Los comienzos de la obra, en 1561, los emprendió Juan Bautista de Toledo, y a su muerte le relevó Juan de Herrera. Veinticinco años después, en 1586, concluyó la obra, al menos en su inicio, porque los sucesivos monarcas prosiguieron con las mejoras del palacio.

Felipe III, tras la muerte de Felipe II, no introdujo muchas mejoras en palacio, tan sólo lo comunicó con el antiguo. También concluyó el Jardín de las Estatuas, lo cerró con muros de Herrera y ubicó una fuente en su centro. 

Felipe IV lo adornó con estatuas. Felipe V se encarga de la ampliación del palacio en 1717, y en 1727 se empieza a derribar el antiguo palacio de los maestres, construyéndose un puente con escalinata para pasar a la isla. 

En 1735 se edifica la muralla en la ría para poder formar la gran plaza de la fachada principal del Palacio Real, unas obras que finalizaron en 1739, ya siendo rey Fernando VI. 

Nueve años después se incendia el edificio, por lo que el rey ordena su restauración a Santiago Bonavía, que realiza en la fachada principal algunos cambios. Tres estatuas de Felipe II, Felipe V y Fernando V, bajo cuyo reinado concluyeron las obras, coronan la fachada. 

Otro monarca, Carlos III, dispuso en 1771 que se añadiesen dos alas unidas a la fachada principal, así como una galería elevada y la parada de Palacio. En todo caso, cada añadido se trazó guardando armonía con lo construido antes, de modo que el conjunto guarda una coherencia total y parece creado en una misma época, pese a que el Palacio Real tardó, finalmente, dos siglos en construirse.
En el interior cuenta con una gran riqueza artística, con pinturas de Lucas Jordán, Vicente López y Esquivel, entre otros. También muebles de diversos estilos, colecciones de relojes, lámparas y esculturas. Tiene especial interés la Saleta de Porcelana, predilecta de Carlos III y construida por la fábrica del Buen Retiro en 1760. 

Junto al monasterio de El Escorial y el Palacio Real de la capital, el edificio monumental ribereño sigue siendo, año tras año, de los más visitados en la región y en todo el país: según datos de Patrimonio Nacional, 221.000 personas lo disfrutaron el pasado año, algo más de un 4 por ciento menos que en 2003, sobre todo por las obras de restauración que se acometieron durante varios meses. 

Casa del Labrador, falúas...
En el patrimonio artístico y monumental de Aranjuez llaman también la atención la Casa del Labrador, ubicada en un rincón del Jardín del Príncipe y diseñada en 1803 por Juan de Villanueva. En la célebre «Casita» destacan sus espectaculares estancias y la Galería de las Estatuas.
<MC>En el propio Jardín del Príncipe se encuentra el Museo de Falúas Reales, levantado cerca del embarcadero y donde se exhiben las embarcaciones en las que los reyes paseaban por el Tajo. Se puede disfrutar aquí de piezas espectaculares como la denominada góndola «de Felipe V» -anterior a 1668- y las falúas de Carlos IV, Fernando VII y la regalada a Isabel II por la ciudad de Mahón.

Otros jardines, como el de la Princesita o el del Rey, también son auténticos centros monumentales, adornados de impresionantes estatuas. 

El listado patrimonial de Aranjuez es extenso: las Casas de Oficios y Caballeros -proyectadas por Juan de Herrera en 1654-, la Real Iglesia de San Antonio, el popular Mercado de Abastos, la Casa de Empleados (sede consistorial, que luce un hermoso reloj centenario), la Casa del Gobernador (sede universitaria), el Palacio de Medinaceli, el Convento de San Pascual, las cocheras de la Reina Madre (actual Centro Cultural Isabel de Farnesio), la bicentenaria Plaza de Toros, la Iglesia de Alpajés, el convento de San Pascual y un larguísimo etcétera.

Nuevos proyectos
A éstos edificios monumentales, además, se le suman otros muchos donde el Ayuntamiento prevé actuaciones, como el Coliseo de Carlos III y el Puente Largo -que se planean rehabilitar-, el Hospital de San Carlos -que se proyecta convertir en un centro de arte vanguardista-, o la Casa de la Monta -antiguas caballerizas que el Ayuntamiento solicita a la Comunidad de Madrid que vuelvan a tener uso-.

El patrimonio monumental y artístico arancetano es amplio, como el número de visitantes que se acercan hasta la villa para disfrutarlo. El compromiso de protegerlo recae en las tres administraciones; el Ayuntamiento, por su parte, ha puesto en marcha una fundación que tutele las actuaciones sobre todo su patrimonio, que, desde 2001, también lo es de toda la Humanidad.