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EN 1985

El día que los restos del «Titanic» hablaron a Robert Ballard

Hace hoy justo 25 años, el equipo comandado por el oceanógrafo estadounidense halló, 73 años después de haberse hundido, la ubicación famoso trasatlántico

aBC

Á.c.j

Dicen que todo lo que sube, baja. Pero no todo lo que baja, sube. En este caso, una obra faraónica de 269 metros de longitud y de 52.300 toneladas de peso se hundió bajo las aguas del Atlántico. Se trata del lujoso transatlántico «Titanic», un barco en teoría insumergible pero que se hundió en la práctica .

Y vaya si se hundió. Hasta 4.000 metros de profundidad. En las primeras horas de la mañana del 1 de septiembre de 1985, los investigadores apreciaron cambios en el, habitualmente, homogéneo fondo oceánico. En un principio parecían pequeños cráteres de impacto, pero después fueron avistados escombros. El resto del equipo fue despertado inmediatemente. Allí, momentos después, los observadores comandados por el oceanógrafo Robert Ballard descubrieron, a través de las imágenes, una caldera, y poco después el propio casco.

En 2004, Ballard reconocía para ABC que la primera vez que avistó el «Titanic» se emocionó hasta el punto de «incomodar al científico que llevaba dentro». Entonces, «los restos del trasatlántico hundido en 1912 con más 1.500 personas a bordo me hablaron y espero que ahora vuelvan a hacerlo», dijo con motivo de la expedición que organizaba aquel año, junto a National Geographic, para medir el deterioro de trasatlántico más famoso del mundo.

En ese momento la expedición científica franco-norteamericana confirmó el descubrimiento de los restos de la embarcación , para la que habían utilizado máquinas submarinas teledirigidas que descendieron hasta las profundidades del océano para comprobar el estado de una obra majestuosa, ya corroída por el paso del tiempo y partida en dos.

Una estampa fantasmagórica

Pasaron 73 años desde el hundimiento del «Titanic» hasta su descubrimiento bajo las aguas. Fue en 1985 cuando Ballard, puso en práctica un sistema de investigación submarina en colaboración con la Armada estadounidense. Así, en la noche del 1 de septiembre de hace 25 años, un submarino no tripulado captó las imágenes, en las profundidades del Atlántico norte, de lo que parecían ser los restos del transatlántico. Quienes esperaban encontrar una reliquia en buen estado se toparon con una estampa fantasmagórica.

En el hundimiento murieron 1.517 pasajeros por la escasez de salvavidas

El sumergible de control remoto ARGO, equipado para trabajar en la oscuridad, tomó 20.000 fotografías de los restos subacuáticos. El equipo de Ballard realizó 11 expediciones al barco, pero no pudieron hacerse con la exclusividad de los hallazgos . Y tampoco consiguieron guardar el secreto por mucho tiempo, pues varias expediciones se unieron rápidamente no sólo para documentar la pesquisa y obtener piezas del naufragio, sino también para conseguir numerosos objetos preciosos sitos en el barco , pertenecientes primero a los pasajeros del transatlántico, luego al océano y ,por último, a los cazatesoros y saqueadores.

En el hundimiento del Titanic perdieron la vida 1.517 personas, entre otras cosas porque no poseía salvavidas para todos los pasajeros. Quisieron disfrutar de un trasatlántico único en el mundo, con piscina, gimnasio, biblioteca, salones, ascensores e incluso una pista de squash... pero sólo encontraron la muerte.

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