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El misterio de Attu y Kiska: la invasión más extraña e inexplicable de la Segunda Guerra Mundial

Perdidas, deshabitadas y desconocidas. Así eran las dos islas diminutas del sudeste de Alaska por las que Japón y Estados Unidos se enfrentaron, con un despliegue sin precedentes para el que ningún historiador ha encontrado todavía una explicación

«Esa alimaña cobarde del coronel Casado»: así negoció la República el final de la Guerra Civil

Imagen de reconocimiento aéreo de la isla de Kiska, en 1943 ABC
Israel Viana

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Attu y Kiska son dos islas diminutas situadas en el extremo occidental del archipiélago volcánico de las Aleutianas, al sudoeste de Alaska. En 1942, la primera estaba habitada por medio centenar de personas y tenía 32 kilómetros de largo y 56 de ancho. La ... segunda, con 35 y 10, respectivamente, solo la vigilaban doce soldados. Ninguna tenía importancia estratégica, pues eran prácticamente inaccesibles y se encontraban muy alejadas de las rutas marítimas importantes. Además, el clima de ambas era impredecible, con tormentas, niebla y fuertes rachas de viento de hasta ciento sesenta kilómetros por hora durante todo el año.

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