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El malagueño desconocido que bautizó a «Estados Unidos», según reveló George Washington

Aunque no ha recibido reconocimientos en España hasta hace poco, Luis de Unzaga ayudó a lograr la independencia estadounidense y fue el primero en llamar así a la futura potencia, implantar un sistema educativo bilingüe y liberalizar el comercio

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Israel Viana

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El precursor político, militar y diplomático malagueño del que les vamos a hablar hoy tiene una importancia capital en la historia de Estados Unidos y, por lo tanto, en la historia del mundo tal y como la conocemos. A pesar de ello, tanto los historiadores locales como los de España lo han minusvalorado a lo largo de los tres últimos siglos. Únicamente en los últimos años algunas autoridades e investigadores de nuestro país han comenzado a preocuparse por sus hazañas y a poner en valor su papel.

Hablamos de Luis de Unzaga, nacido en Málaga en 1717 y fallecido en la misma ciudad en 1793, pero cuya carrera profesional se desarrolló, principalmente, en América, donde desempeñó diferentes cargos de importancia a las órdenes del Rey Carlos III, como gobernador de las provincias de Luisiana, Venezuela y Cuba y, en la Península Ibérica, de Galicia, las costas de Andalucía oriental y el antiguo Reino de Granada. Prueba de su relevancia es que, entre otras cosas, se le atribuye haber bautizado al país más poderoso del mundo.

En noviembre de 2020, dos profesores malagueños, Frank Cazorla y Rosa García Baena, descubrieron una carta escrita por George Washington, en 1776, a su edecán Joseph Reed. En ella, el primer presidente de la nueva potencia mencionaba por primera vez a «los Estados Unidos de América». Según contaba el mandatario, no obstante, esta mención ya había aparecido en una misiva anterior escrita por el español, desaparecida a día de hoy, en la que nombraba así al país por primera vez.

Según relata Washington a Reed, su hombre de confianza y promotor de la bandera original de los Estados Unidos, acababa de recibir una misiva «muy halagadora» de citado Unzaga –por aquel entonces gobernador de La Luisiana y cuñado de Bernardo de Gálvez– en la que el malagueño escribía exactamente: «He gives me the title of 'General de los Estados Unidos Americanos'». Es decir: «Me otorga el título de 'General de los Estados Unidos Americanos'). Hay que tener en cuanta que en la Declaración de Independencia todavía se hablaba de «los trece estados unidos», de manera puramente descriptiva y en minúsculas.

«Estados Unidos Americanos»

Según Cazorla, fue Unzaga quien, por lo tanto, llamó por primera vez «Estados Unidos Americanos» al país que estaba a punto de nacer, lo que debió agradar tanto a Washington que lo adoptó oficialmente como nombre del futuro Estado. Pero hay una segunda hipótesis que asegura que la carta de Unzaga estaba dirigida, realmente, al general Charles Lee en la primera etapa de la guerra de Independencia, en el verano de 1776, que es a quien se habría dirigido con esa fórmula por primera vez.

Sea como fuere, este detalle era importante porque era la primera vez que un representante de una potencia europea aceptaba el nacimiento de la nueva nación norteamericana. Este hecho de gran trascendencia, el primer reconocimiento de Estados Unidos como país independiente, al general Lee le resultó «positivo y halagüeño», como bien le indicó por carta a Reed. Poco después, el propio Washington habría leído esta misiva que alguien dejó en su despacho, creyendo que iba dirigida a él.

No hay que olvidar que el primer enfrentamiento entre las tropas inglesas y las milicias coloniales en la guerra de independencia se había producido un año antes de la mencionada carta, en la batalla de Bunker Hill de 1775. Un conflicto en el que Luis de Unzaga tuvo un papel importante y poco reconocido, al igual que otros nueve mil soldados españoles que perdieron la vida apoyando a los independentistas. De hecho, no es la primera vez que los dos profesores malagueños sacan a relucir la aportación de papel de nuestro protagonista en este episodio tan importante de la historia. Tras años de investigación, en 2020 confirmaron que el gobernador malagueño fue quien coordinó la ayuda secreta a Washington por medio de una red de espías que puso al servicio de la causa.

Red de espías

Según explican Cazorla, García Baena y José David Polo en la biografía 'El gobernador Luis de Unzaga (1717-1793). Precursor en el nacimiento de los EEUU y en el liberalismo' (Fundación Málaga, 2029), la red pudo montarse a través de una empresa familiar franco-española fundada por el propio Unzaga y su suegro, que también lo era de Bernardo de Gálvez. Con este entramado de informadores, nuestro protagonista podía estar en contacto con los altos oficiales del ejército rebelde y ofrecerles el apoyo que necesitaban, dando refugio a sus barcos o aportándoles suministros desde navíos españoles.

'El gobernador Luis de Unzaga'

Imagen - 'El gobernador Luis de Unzaga'
  • Coordinador: Frank Cazorla
  • Editorial: Fundación Málaga
  • Año: 2019
  • Páginas: 235

En aquella primera batalla de Bunker Hill vencieron los británicos, aunque a un precio muy alto: más de mil bajas, un 40% de los efectivos que combatieron. Fue el inicio de una guerra que vivió uno de sus episodios más importantes con la declaración del 4 de julio de 1776, aunque la paz definitiva no llegó hasta siete años después. Como ya contamos hace unos días, ni España ni Unzaga estuvieron al margen en aquellos momentos en los que el Imperio español aún mantenía su monopolio sobre una gran parte del continente americano.

De hecho, el 4 de febrero de 1777, aunque Carlos III dio a conocer públicamente su decisión de no reconocer abiertamente a Estados Unidos como país, apoyó a los colonos de tapadillo. El conde de Floridablanca, primer ministro español, lo confirmó con la siguiente declaración: «El destino de los intereses de las colonias nos importa mucho y vamos a hacer por ellos [los colonos] todo lo que las circunstancias nos permitan». .

Ayuda a España

España, efectivamente, no estuvo al margen. Se puede decir, incluso, que contribuyó de manera igual o más decisiva que Francia a que Estados Unidos lograra su emancipación, aunque fueran los galos quienes pasaron a la Historia por dicho papel. La Monarquía española entró en la alianza en 1779 por resentimiento contra los británicos. Antes, sin embargo, ya colaboraba clandestinamente con la rebelión enviando armas, munición, medicinas, paños y ayuda financiera. También proporcionó refugio a los barcos rebeldes. El conde de Floridablanca estaba convencido de que, antes de implicarse directamente en el conflicto, debía prepararse y disponer de la fuerza militar necesaria para desafiar a una gran potencia marítima como Gran Bretaña.

Los colonos norteamericanos, por su parte, eran conscientes de que únicamente con la ayuda francesa no lograrían la emancipación y tendrían que atraer a los españoles a su causa. Solo si ambos países unían sus flotas era posible equilibrar el poderío de Londres. Así lo advirtió George Washington en el Congreso: «Los ingleses son ahora muy superiores en el mar a los franceses, y seguirá siendo así a no ser que se interponga España». La corte en Madrid aceptó y acabó teniendo una contribución esencial que, hasta la fecha, no ha sido muy reconocida. De hecho, mientras que los galos apoyaron con 5.000 hombres, desde Madrid se envió 11.000, de los cuales se calcula que fallecieron 9.000.

La gloria se la llevaron los franceses porque combatieron junto a George Washington en la célebre batalla de Yorktown en 1781. Como apuntaba José Manuel Guerrero Acosta en una entrevista con ABC en 2017, nuestra contribución es menos conocida por la influencia de la «herencia anglosajona» en el relato oficial de los hechos y a que los españoles nunca fueron «buenos publicistas» de su pasado. Según este experto en historia militar, se trataba, además, de «una ayuda encubierta»: «La Corona no quería que se supiera que ayudábamos a los rebeldes norteamericanos por miedo a que esas ideas se extendieran a sus provincias americanas».

Obama

La importación de la ayuda de España en la independencia de Estados Unidos fue confirmada por Barack Obama, pues durante su presidencia ordenó colgar en el Senado estadounidense un retrato de Bernardo de Gálvez, también malagueño y gobernador de la Luisiana, héroe de la batalla de Pensacola en 1781, que fue decisiva para echar a los ingleses de Florida. Mientras tanto, la figura de su cuñado, Luis de Unzaga, siguió muchos años en la sombra, sin recibir el reconocimiento que merecía.

Todo ello, sin tener en cuenta que, además, como hombre ilustrado que era, creó el primer sistema educativo público bilingüe del mundo, permitió la libertad de comercio de manera pionera y colaboró en la implantación del dólar como moneda comercial transfronteriza antes de convertirse en moneda oficial de Estados Unidos. Una labor que realizó en su época de gobernador de Lusitania, antes, incluso, de su apoyo a los colonos. Aún así, solo muy recientemente han llegado los primeros reconocimientos públicos, con una placa en Málaga colocada en 2022 y un sello de correos dedicado a su figura, que se emitió el año pasado.

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