La excepción de Rusia: ¿por qué el Kremlin celebra el desfile del Día de la Victoria sobre Hitler el 9 de mayo?
Cómo ocurre desde hace décadas, el país presidido ahora por Putin sigue conmemorando el final de la Segunda Guerra Mundial un día después del resto de potencias europeas que combatieron en la Segunda Guerra Mundial y de Estados Unidos
La entrevista al gran héroe de la URSS que el Kremlin ocultó medio siglo «por decir la verdad» sobre Hitler
![Zhukov, en el desfile de la Victoria de 1945, en Moscú](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/historia/2023/05/08/desfile-victoria-moscu-zhukov-2-RD3yjIE2Ya38uPzM3fHtXKL-1200x840@abc.jpg)
En el desfile de la Victoria de este martes 9 de mayo, Vládimir Putin intentará separar el triunfo de la URSS en la Segunda Guerra Mundial de los fracasos y errores que Rusia está protagonizando en la guerra de Ucrania. De hecho, el presidente ruso volverá a fomentar la narrativa sobre el enemigo nazi, estableciendo sus habituales y solapadas semejanzas con el régimen actual del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. En medio de todo este debate, no mucha gente se pregunta por qué el Kremlin no celebra la famosa jornada el 8 de mayo, como la mayoría de los países del mundo.
La explicación es más sencilla de lo que pueda esperarse. La rendición del Tercer Reich se había firmado un día antes, y una semana después de que Hitler se quitara la vida en su búnker de Berlín. La crónica en la que Edward Kennedy, corresponsal de guerra de Associated Press (AP), informaba en primicia del final de la Segunda Guerra Mundial comenzaba así: «Reims, Francia. 7 de mayo de 1945. Alemania se ha rendido incondicionalmente al Ejército Aliado ya la Unión Soviética esta madrugada a las 2.41, hora de Francia. La rendición tuvo lugar en una pequeña escuela que sirve de cuartel general al general Dwight D. Eisenhower».
Aquella exclusiva soñada por cual quier periodista y medio de comunicación del mundo, sin embargo, le costó el puesto de trabajo a su autor. La agencia de noticias le despidió por haber revelado una información que el Ejército de Estados Unidos había embargado, razón por la cual también fue expulsado de Europa. Kennedy era uno de los 17 corresponsales elegidos para asistir a la firma de la rendición el 7 de mayo en Reims. En su vuelo de vuelta a París, el Ejército les hizo prometer a todos que no revelarían nada hasta que el anuncio se hiciera oficial por parte de los líderes de las potencias aliadas, que habían acordado, a petición precisamente de la Unión Soviética, hacer una ceremonia oficial en Berlín el 8 de mayo.
Mientras la información estaba embargada, sin embargo, muchos soldados continuaron combatiendo y muriendo en el frente, ignorando que la guerra, de facto, ya había terminado. De hecho, son muchos los historiadores que aseguran que la reunión de Reims no fue un protocolo previo, sino una ceremonia oficial en el cuartel general de Ike Eisenhower ante las naciones aliadas. Stalin , sin embargo, exigió que se celebrara una nueva rendición el 8 de mayo en Berlín, ante el mariscal Georgi Zhukov, enviado del Ejército Rojo a la zona.
Un día después
Esta ceremonia fue la enésima exigencia por parte del dictador comunista, ansioso por que el mundo supiese que la URSS había aplastado al Tercer Reich y que lo celebraba con todo boato en el corazón del imperio nazi. Si esta nueva rendición se celebró el 8 de mayo, según la fecha convenida por Stalin y el resto de potencias aliadas, ¿por qué se celebra el desfile de la Victoria un día después que en la mayoría de los países europeos y Estados Unidos? La explicación es muy sencilla: por el cambio en los husos horarios.
Es cierto que todos los países reconocieron que el documento de capitulación se rubricó en la noche del 8 de mayo, tal y como contó ABC en su portada: «Las condiciones de la rendición entrarán en vigor a las 23.01 de la noche, hora de Europa Central, del día 8 de mayo de 1945». Sin embargo, en ese momento los relojes de Moscú ya marcaban el día 9. Sin embargo, lo más curioso es que el primer desfile de la Victoria ni siquiera se celebró ese día, sino un mes y medio después, el 24 de junio de 1945, en la Plaza Roja de Moscú, con el mariscal Zhukov montado sobre su imponente caballo blanco.
A partir de 1947 la jornada dejó de ser festiva, pero en el vigésimo aniversario de la derrota de Hitler, en 1965, se volvió a recuperar la conmemoración y el desfile, que Putin militarizó a partir de 2008.
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