Te han engañado: la primera guerra mundial no fue en 1914, sino en la era de las legiones romanas

–¿El asesinato de César provocó importantes movimientos militares entre los pueblos extranjeros?

Los Idus de Marzo provocaron una gran confusión: Cleopatra, que se encontraba casi con toda seguridad en Roma con el hijo que había concebido con César, tuvo que huir a Egipto para esperar los acontecimientos. Es cierto que muchos intentaron aprovechar el cambio de situación, sobre todo en las fronteras. Los partos intentaron entonces atacar la Siria romana en varias ocasiones, y tenemos noticias de disturbios en la Galia, donde la situación aún no estaba completamente pacificada. También en los Balcanes había bastante tensión. Sin embargo, muchas poblaciones prefirieron aprovechar la discordia entre las facciones romanas para recuperar más autonomía y, al mismo tiempo, ponerse al servicio de una u otra facción. El resultado fue un equilibrio inestable, en muchos casos difícil de reconstruir.

–¿Por qué cree que los catorce años posteriores a los Idus de Marzo fueron una guerra mundial?

Aunque pueda parecer anacrónica, la definición de guerra mundial es importante para entender que el periodo de la llamada 'Revolución romana', es decir, la transición de la República al Principado, no puede verse como una serie de guerras civiles intercaladas con expediciones ofensivas o defensivas contra pueblos extranjeros. Un examen de las fuentes permite comprender la complejidad de las relaciones diplomáticas y militares entre la República romana y las comunidades no romanas, y la interacción de estas últimas con las facciones romanas enzarzadas en guerras civiles.

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–Hablemos de Bogud y sus luchas en las guerras civiles. ¿Fue Mauritania un punto clave en el conflicto romano?

Las fuentes antiguas dan algo de información sobre Bogud. Antiguo aliado de Julio César, Bogud fue el rey de Mauritania Oriental. Su alianza con Roma acabó por ayudarle a aumentar su poder en África. Durante la llamada guerra de Perugia, Lucio Antonio le encargó que interviniera en Hispania. Sin embargo, su lealtad a Antonio le puso en malas relaciones con Octavio, que contaba con la alianza del rey de Mauritania Occidental Boco II, hermano de Bogud. Fue en esta ocasión cuando el rey saqueó Cádiz y el templo de Melqart-Hércules, donde los sacerdotes ya no podían inmolar animales para sus sacrificios debido al largo asedio y la escasez de ganado.

–Afirma que fue un personaje determinante en la llegada al poder de Octavio y la caída de Marco Antonio...

La falta de información no permite entender cuál era la posición de Bogud hasta que Emilio Lépido se hizo con el control de África. Lo más probable es que siguiera manteniendo contactos con Marco Antonio y, en el momento de la caída en desgracia de Lépido en el 36 a. C., tuviera que unirse a él en Oriente. Encontramos a Bogud a su lado en la época de la guerra de Actium, donde murió en Metone, una localidad del Peloponeso. Por tanto, es más que probable que la salida de Bogud de Mauritania contribuyera a alterar el equilibrio geopolítico a favor de Octavio.

–¿Cuál cree que fue el papel de Cilicia en la guerra civil entre Octavio y Antonio? ¿quizá testimonial?

Los romanos siempre se preocuparon de controlar las ciudades costeras de Cilicia y de mantener a raya a las poblaciones del interior, tradicionalmente dedicadas a la piratería. Cilicia era una zona de importancia estratégica por su proximidad a Siria, Chipre y Egipto: no es casualidad que el primer encuentro entre Antonio y Cleopatra, en el 41 a. C., tuviera lugar en la ciudad de Tarso. Una figura interesante es la del dinasta-pirata Tarcondímoto, ya aliado de Pompeyo el Grande, que entonces había formado una alianza con César y más tarde con Antonio. Tarcondímoto apoyó a Antonio hasta el final de la guerra civil con Octavio, donde encontró la muerte en una batalla naval contra la flota de Agripa.

–Hay poca información sobre Artavasdes. ¿Por qué cree que el papel de Armenia fue importante en el conflicto?

Armenia era una pieza clave en el equilibrio de poder en Oriente. Sin embargo, la derrota de los romanos en Carras en el 53 a. C. permitió a los partos recuperar el control del país: Artavasdes se convirtió entonces en vasallo del Imperio iraní. Sólo en el 37 a. C., con las operaciones en el Cáucaso, preliminares de la campaña de Antonio contra los partos, Artavasdes se vio obligado a aliarse con Roma. Antonio le culpó del fracaso de su campaña militar en el 36 a. C., y dos años más tarde decidió atacar Armenia, haciendo prisionero al rey y neutralizando a los partos con el apoyo del rey medo Atropatene. Pero este equilibrio en Oriente se rompió con la última guerra civil entre Antonio y Octavio, y los romanos tuvieron que abandonar Armenia, mientras que Artavasdes, prisionero en Alejandría, fue ejecutado en el 30 a. C. por orden de Cleopatra. En las décadas siguientes, el problema de Armenia siguió siendo uno de los puntos esenciales en el equilibrio entre los dos grandes imperios de los partos y los romanos.

–¿No hay otros momentos en la historia de Roma que puedan considerarse como guerras mundiales?

Conozco al menos dos ejemplos: la Segunda Guerra Púnica, aunque no se extendió a todo el Mediterráneo, ciertamente fue una guerra mundial, y la serie de guerras que libró Justiniano contra persas, vándalos y godos para restaurar el poder imperial en el Mediterráneo.