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¿Quién diantres era Jack el Destripador? El informe secreto que promete desvelar el misterio

Robert Smith aseguró en 2017 que había garantizado la autenticidad de una carta en la que un comerciante de algodón llamado James Maybrick admitía su culpabilidad

Hacen público 136 años después el expediente de Jack el Destripador

Ilustración de tres hombres descubriendo el torso de una mujer; 'El misterio de Whitehall', de octubre de 1888. ABC
Manuel P. Villatoro

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Mencionar a Jack el Destripador es referirse a un criminal cuya identidad sigue siendo un enigma tras más de un siglo y medio. Desde 1888, cuando aterrorizó a la sociedad británica con el asesinato de cinco mujeres, ni las autoridades ni los investigadores han podido desvelar quién era en realidad. Las teorías abundan, al igual que los autores que han obtenido beneficios defendiendo sus hipótesis en libros. Un ejemplo fue 'Tío Jack', donde un descendiente de Sir John Williams, amigo de la reina Victoria, sostuvo que este controvertido médico fue el responsable de los sádicos asesinatos.

Pero como esa, existen otras tantas. En 2014, por ejemplo, el investigador Russell Edwards realizó unos estudios de ADN a una prenda que llevaba puesta durante el crimen una de las víctimas de Jack el Destripador. Para asombro de muchos, el experto aseguró haber identificado al famoso asesino en serie de forma definitiva.

Con todo, esta teoría no es más increíble que aquella que barajó la posibilidad de que Jack el Destripador fuese sir Arthur Conan Doyle, célebre por ser el creador del personaje Sherlock Holmes. Esta posibilidad es analizada en la obra 'Informe policial. La verdadera historia de Jack el Destripador'. En ella, Jesús Delgado Lorenzo da un buen repaso a los informes policiales y médicos, además de a las declaraciones recogidas por la policía de entonces. «Varios testimonios de uno de los crímenes declararon haber visto a la víctima momentos antes de su muerte acompañada por un hombre de unos 30 años con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo y un sombrero altos», determina el autor en el libro.

Sin embargo, tanto esta como el resto de posibilidades han sido desacreditadas a lo largo de los años o carecían del sustento histórico necesario para ser consideradas válidas.

El informe secreto

La última de ellas llamó a la puerta en 2017, y a cargo del investigador Robert Smith. Este afirmó haber hallado al fin el nombre y los apellidos del sádico asesino de Whitechapel. El criminal, según este experto, fue un comerciante de algodón de Liverpool llamado James Maybrick; un sujeto que escribió con su propia pluma un texto privado de unas 9.000 palabras en el que dejaba clara su culpabilidad: «Doy el nombre por el que todos ustedes me conocen, para que la historia pueda saber lo que el amor hace con un hombre nacido como caballero. Su servidor, Jack el Destripador».

El texto, demasiado esclarecedor para ser cierto según los más críticos, y la investigación en torno a él, fueron analizados de forma pormenorizada en el libro '25 Years of The Diary of Jack the Ripper: The True Facts'.

A pesar de lo asombrosa que pueda parecer esta teoría, no era nueva. De hecho, llegó hasta nuestros oídos hace más de tres décadas, cuando un grupo de investigadores se toparon, casi por casualidad, con el volumen escrito por el propio Maybrick. En este caso, la sorpresa dio paso al escepticismo, y no tardó en ser puesto en cuestión. Al fin y al cabo... ¿Cómo podría ser tan sencillo hallar la respuesta a un enigma de tal envergadura? En todo caso, el diario llegó al gran público gracias a un antiguo comerciante de chatarra de Liverpool llamado Mike Barrett, quien afirmó que lo había obtenido a través de un amigo de la familia, Tony Devereux.

Para desgracia de todos los interesados en el caso, este último falleció poco después, por lo que la verdadera procedencia de la obra se perdió. Sin un origen claro y sin capacidad para averiguar de dónde diantres había llegado aquel escrito, en los investigadores no tardó en crecer la idea de que toda esta historia no era más que un laborioso engaño ideado por algún incauto. El texto, no obstante, terminó en las manos del cineasta e investigador del caso Bruce Robinson; un hombre que, según afirmó poco después, pasó años dedicado a profundizar en los orígenes del diario en el que Maybrick confesaba ser Jack el Destripador.

Al final, y en palabras del autor de '25 Years of The Diary of Jack the Ripper: The True Facts', descubrió que había suficientes pruebas para corroborar esta teoría. Entre ellas, la casa del presunto asesino en Liverpool. Vivienda en la que habría sido hallado el texto de 9.000 palabras. Robert Smith se hizo eco de estas investigaciones en la década de los 90, y en 1993 publicó una obra en la que incluía el diario original. Libro que no estuvo muy bien considerado en su momento.

Maybrick afirmó en 2017 que los datos estaban sustentados en férreos pilares. «Cuando el diario salió a la luz, Mike Barrett se negó a dar una explicación satisfactoria sobre su procedencia, pero, después de una investigación minuciosa realizada principalmente por Bruce Robinson, ahora tenemos una pista que nos lleva directamente a la casa de Maybrick», explicó en una entrevista a un diario británico. En la misma, reiteraba estar seguro de que el documento no era una falsificación. «Nunca he tenido duda alguna de que el diario es un documento genuino escrito entre 1888 y 1889», señaló.

La historia de Maybrick no tiene desperdicio. Tal y como se explica en el libro, murió en 1889 en la más absoluta opulencia. Ejemplo de ello fue que disponía de una gran propiedad conocida como 'Battlecrease House', ubicada en el barrio de Merseyside de Aigburth. De momento, poco más se sabe de él, más allá de que admitió ser Jack el Destripador.

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