Colosos acorazados y cazas ultramodernos: las superarmas con las que Israel planea aplastar a Hizbolá
Las FDI tienen a su disposición un arsenal cuyo caballo de batalla son los carros de combate Merkava IV, los fusiles de asalto Tavor 21 y los cazas F-35 norteamericanos
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Israel lanza una invasión «limitada» en el Líbano y bombardea con dureza el sur de Beirut

Se rumiaba, y ha sucedido. Tras semanas de 'walkie-talkies' explosivos y misiles antibúnker, Israel ha iniciado una invasión terrestre «limitada» –así lo ha descrito el alto mando del país– de la frontera sur del Líbano. En primera instancia, el Estado hebreo declaró «zona militar ... cerrada» las áreas ubicadas alrededor de las comunidades de Metula, Misgav Am y Kfar Giladi, al norte del país, y exigió la evacuación de tres edificios de un barrio que consideraba afín a Hizbolá. A partir de entonces, comenzaron los movimientos de las FDI, las Fuerzas de Defensa de Israel; un ejército que, según explica a ABC el divulgador histórico y analista militar José Luis Hernández Garvi, «cuenta con armamento puntero que sobrepasa de forma amplia el de sus vecinos árabes».
Hoy, analizamos la evolución de ese equipamiento; los carros de combate, fusiles de asalto y cazas que dotan en la actualidad a unas fuerzas armadas envidiables a ambos lados del Mediterráneo y del Atlántico. «Por experiencia, preparación y armamento, podemos enmarcar al Ejército y a las Fuerzas Aéreas israelíes entre las mejores del mundo. A la combinación de reservistas bien entrenados y profesionales con dilatada experiencia en combate se une la puntera industria de defensa local y el mejor armamento occidental con el que están equipados. Esto hace de las FDI una poderosa fuerza de combate que lleva décadas manteniendo a raya a sus numerosos enemigos», explica Garvi, autor de una infinidad de ensayos históricos como 'La invasión de Polonia' (Pinolia).
Fusiles de asalto
El desarrollo de la industria armamentística israelí arrancó de la necesidad y de interrogantes ante un futuro incierto. A nivel de infantería, y tras la Segunda Guerra Mundial, el estado judío contaba en sus arsenales con una amplia panoplia de fusiles. Entre ellos, los famosos M1 Garand, esos que el general George Patton había definido como «las mejores armas jamás concebidas» ya durante la Segunda Guerra Mundial. Pero el paso de los años obligó a jubilarlos, lo mismo que sucedió con los G3, AK-47, FN-FAL y M-16 que habían adquirido como parche a Europa y Asia. Desde entonces, el objetivo fue diseñar un arma versátil, adaptada al entorno urbano y a los espacios cerrados típicos de la zona, y que acabara con la necesidad de contar con una infinidad de municiones de diferente tipo.
Así, allá por los años noventa, arrancó la creación de un fusil de asalto forjado en el mismo estado judío. La empresa encargada del proyecto fue la actual IMI ('Israel Military Industries') y, según cuenta la leyenda, lo hizo con un diseño plasmado por primera vez en una servilleta. Fuera o no así, la compañía colaboró de forma estrecha con las FDI para, como se explica en su página web, llegar a una solución perfecta para el combatiente: «Debido a los cambios dinámicos que ocurren en el campo de batalla, las amenazas del terrorismo global y las demandantes situaciones de combate, surgió la necesidad de un arma versátil, novedosa y de tecnología altamente avanzada».
El resultado tras ocho años de investigaciones fue el alumbramiento y entrega, en 1998, del fusil de asalto TAR-21 (Tavor Assault Rifle). Un nombre que evoca el monte Tabor, ubicado en la baja Galilea, y el siglo para el que fue ideado: el XXI. En la actualidad, este arma, así como sus sucesivas evoluciones y modelos, está considerada como una de las más fiables del mundo por su resistencia a las condiciones adversas. A su vez, su sistema 'bullpup' –en el que cargador se inserta detrás del disparador– ofrece una considerable longitud del cañón sin sacrificar un tamaño compacto y manejable. Características que lo convierten en una herramienta idónea para entornos urbanos; zonas en las que el M-16, de mayor tamaño, es un engorro para el soldado.

Las FDI y la IMI se han deshecho siempre en elogios hacia esta familia de fusiles de asalto y hacia sus características internas. Según recoge la compañía, el Tavor utiliza un sistema de cerrojo rotatorio que ha sido probado ya en fusiles como el M-16. A su vez, explica que el cuerpo del arma está elaborado en polímero de alta resistencia y que sirve como una suerte de exoesqueleto para sostener todas las partes internas. De lo que más se enorgullecen es de haber instalado un selector de fuego para zurdos y diestros, así como de haber sacado al mercado una infinidad de versiones; desde el X-95 –más pequeño y manejable si cabe–, hasta el modelo 7, que puede montar una munición de mayor calibre –7,62 mm.– que la de la OTAN –5,56 mm.–.
En todo caso, Garvi llama a la calma en este sentido. Aunque admite que la familia TAR es popular, señala que las FDI todavía no han jubilado la totalidad de sus armas norteamericanas. «No todas las unidades cuentan con él. En las fotografías se puede ver a muchos soldados equipados con los M-16 norteamericanos, los de cañón largo, y los M-4. Incluso cuentan con algún que otro IMI Galil, un arma diseñada a finales de los años sesenta», sentencia el experto. También afirma que disponen del fusil de asalto MZ-4P, más compacto. «Es el mismo que ha adquirido la Guardia Civil en los últimos tiempos», completa.
Merkava IV
El caballo de batalla de las FDI a nivel acorazado es el Merkava IV. Su diseño empezó a barruntarse tras la guerra del Yom Kippur, en 1973. Aquel enfrentamiento mostró las costuras de un contingente que, hasta entonces, se había nutrido de viejos modelos desechados por los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Algunos tan famosos como el Sherman, ya desfasado y demasiado ligero para enfrentarse a los blindados del Tercer Reich en los años cuarenta. Hacía falta sangre (o gasolina) nueva. «Comenzó a desarrollarse en 1970 y entró en servicio oficial nueve años después», explica Óscar y Diego Corcoba, autores del ensayo 'Tecnología militar'.
Desde el principio, las Fuerzas de Defensa de Israel establecieron unos pilares básicos alrededor de los que tendría que alzarse el nuevo carro de combate. Entre ellos, la reparación rápida en el campo de batalla, la supervivencia, la rentabilidad y el rendimiento fuera de la carretera. A su vez, también se ideó como una suerte de plataforma que permitiera el desembarco de equipos médicos en el campo de batalla, como una estación de comando y control de avance y como un vehículo que pudiera transportar de forma parcial infantería. Un todo en uno, vaya. El resultado fue ideal, como se demostró en el conflicto del Líbano en 1982, donde superó sin problemas a los T-62 de origen soviético y demostró ser casi invulnerable a las armas antitanque de la época, los AT-3 Sagger y el RPG-7.
El Merkava y sus sucesivas evoluciones (la última, la IV, fue entregada en 2004) han sido una pieza clave en la defensa de Israel; una probada ya en decenas de guerras y bregada en el campo de batalla. Desde su mismo nacimiento ha demostrado que, de los tres atributos que debe tener cualquier buen carro de combate, supera a sus contemporáneos en la protección, les iguala en armamento, y adolece en movilidad. Así lo especificó el especialista en defensa de ABC, Esteban Villarejo en 2014. En sus palabras, su principal característica es la defensa, en la que las FDI pusieron especial énfasis por la habitual superioridad numérica de vehículos enemigos a la que se solían enfrentar.

Como consecuencia de la prioridad dada a la protección, desde un primer momento se diseñó un carro con el grupo motorpropulsor en la parte delantera. De hecho, es el único en servicio con esta característica. Otra peculiaridad es que, como consecuencia de esta configuración, se colocó una compuerta en la parte trasera de la barcaza de manera que, en casos muy especiales y eliminando algunos depósitos de munición, se puedan transportar hasta 6 personas. Por último, destaca que en los modelos más recientes del Merkava IV se ha montado un sistema de defensa activo que, mediante un conjunto de sensores situados en la torre, permite detectar la aproximación de misiles o granadas, activándose entonces unos lanzadores de artificios explosivos que destruyen dicha amenaza.
El armamento no se queda atrás. El principal es un cañón de 120 mm. de ánima lisa intercambiable, igual que el Leopardo español. Si bien, en el caso del carro europeo, el tubo es de mayor longitud (55 calibres frente a los 44 del Merkava, 1,30 m de diferencia). Una diferencia es que el Merkava cuenta entre su gama de municiones con un misil lanzado por el cañón –el LAHAT–, algo que hasta la fecha no ha sido contemplado por los ejércitos europeos ni norteamericanos, por considerar que la precisión de sus direcciones de tiro evita recurrir a este tipo de soluciones. Desde Israel, por el contrario, se afirma que es idóneo para acabar con helicópteros ubicados a una distancia media, lo que le ofrecería un punto más de versatilidad.
Superioridad aérea
Las Fuerzas Aéreas de Israel (FAI) disponen de uno de los aviones de combate de quinta generación más avanzados del mundo: el F-35 Lightning II. En 2008, Estados Unidos aprobó la venta de 75 de estos aparatos al estado hebreo por parte de la empresa Lockheed Martin. Y, desde entonces, las entregas se han realizado de forma periódica hasta abril de este mismo año, cuando se confirmó la llegada del último paquete. Sobre el papel, esta máquina destaca por su tecnología furtiva –es capaz de absorber y dispersar las ondas de radar– y, en palabras de la analista Maya Carlin, por contar con «un sistema avanzado de sensores que crean una única imagen integrada del campo de batalla para mejorar la percepción situacional del piloto».
La lista de ventajas es extensa, aunque Carlin sostiene en su artículo 'F-35 Fighter Jets: Dominating the Skies' que el avión ha demostrado ya sus ventajas en diferente juegos de guerra. «En ellos, así como en los ejercicios de fuego real, ha quedado confirmado que puede ver y destruir grandes formaciones de cazas enemigos desde distancias de seguridad en las que no puede ser detectado». Garvi, por su parte, incide en que el aparato se ha convertido en la punta de lanza de Estados Unidos y de una serie de países que lo han adquirido. Desde el Reino Unido, hasta Italia. «El coste del programa ha superado los 1.5 billones de dólares, pero ha merecido la pena por su moderna aviónica y su flexibilidad operacional», sentencia.

Israel dispone de una versión algo diferente de los F-35. En la práctica, el estado hebreo es el único que cuenta con permiso para personalizar estos aparatos con su propia tecnología. De esta guisa alumbró el modelo Adir, característico porque integra un sistema de guerra electrónica de última generación, contramedidas locales y, entre otras cosas, tecnología capaz de interferir las defensas antiaéreas enemigas. Una retahíla de funcionalidades que, aunque difíciles de entender, lo han convertido en un caza «sobresaliente», como lo calificó hace un par de años el general Michael Schmidt, director ejecutivo del programa de estos aparatos.
Con todo, las FAI atesoran una infinidad más de modelos. «Disponen también del F-15, un cazabombardero destinado a la superioridad aérea, o las últimas versiones del F-16. Sumemos a ello aviones de vigilancia electrónica, de abastecimiento en vuelo... Por último, también cuentan con el C-130 Hércules como medio de transporte y el helicóptero AH-64 Apache», sentencia el experto.
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