¿Tenía Cleopatra la piel negra como defiende un polémico documental de Netflix?

Resulta bastante habitual escuchar que Cleopatra no sería hoy vista como una persona atractiva físicamente debido a que su belleza egipcia, con una enorme nariz, no se adecua a los cánones modernos

El misterio histórico tras la muerte de Cleopatra: ¿se suicidó o fue asesinada por su archienemigo?

Adele James interpreta el papel de Cleopatra. netflix

La segunda temporada de 'Reinas de África', una serie documental de Netflix producida por Jada Pinkett Smith (la mujer de Will Smith), aborda la vida de la egipcia Cleopatra, que es caracterizada como una mujer de raza negra en contraste con todas las actrices que en la pantalla se han puesto en su piel antes, desde Vivien Leigh en 'César y Cleopatra' (1945) a Elizabeth Taylor en 'Cleopatra' (1963), pasando por Sophia Loren en 'Las noches de Cleopatra' (1954).

La elección de la británica Adele James ('Casualty', 'Doctors'), ha sido justificado por Netflix como «un guiño a la conversación que ha habido durante siglos sobre la raza de la gobernante», pero lo único que ha servido es para generar una gran controversia en redes sociales y en el propio Egipto. El exministro de Antigüedades Zahi Hawass ha criticado en el periódico 'Al-Masry Al-Youm' la decisión y afirmado que «Netflix está tratando de provocar confusión al difundir hechos falsos y engañosos de que el origen de la civilización egipcia es negra». No conformes, en el país de las pirámides un abogado llamado Mahmoud al Semary ha presentado una denuncia ante un fiscal para que bloquee el acceso a los servicios de Netflix en Egipto por estar «promoviendo el pensamiento afrocéntrico (...) que incluye eslóganes y escritos destinados a distorsionar y borrar la identidad egipcia».

Resulta bastante habitual escuchar que Cleopatra no sería hoy considerada una persona atractiva físicamente debido a que su belleza egipcia, con una enorme nariz, no se adecua a los cánones modernos. Y sí, para el historiador griego Plutarco, no poseía una belleza «tal que asombrara a cuantos la veían; mas la interacción con ella era arrobadora y su apariencia, junto con su habilidad para persuadir en un coloquio y el temperamento con que acompañaba cada intercambio, resultaba muy estimulante. También daba placer con el tono de su voz, pues su lengua era como un instrumento de varias cuerdas».

Pero fuera fea o guapa, el fallo de base es considerar a Cleopatra, cuyo nombre significa 'gloria de su padre', como una mujer representativa del mundo egipcio actual. La egipcia más famosa de la historia era, como su familia, de sangre macedonia y suponía en el país africano una minoría racial y cultural. A pesar del mestizaje que incluyó una religión híbrida greco-egipcia, existió un abismo entre la cultura del pueblo y la de sus gobernantes extranjeros.

Un imperio griego

Lejos de los gloriosos siglos en los que se construyeron las pirámides, Alejandro Magno arrebató Egipto a los persas en el año 331 a. C y uno de sus generales predilectos, Ptolomeo, nacido en Macedonia, logró implantar aquí su propio imperio a la muerte del conquistador. Durante la llamada Guerra de los Diádocos (o los Sucesores), se enfrentaron entre sí los generales del conquistadores en un brutal conflicto, donde tres dinastías lograron perpetuarse en el tiempo: la fundada por Ptolomeo en Egipto, la que estableció Antígono y su hijo en Grecia, y la que Seleuco sembró en el corazón de Asia hasta su destrucción por los romanos siglos después.

La dinastía de los Ptolomeos gobernó Egipto durante casi tres siglos en los que convirtieron su capital, Alejandría, en una ciudad populosa y cosmopolita mezcla de la cultura africana, la griega, la hebrea, la romana y la de los nubios. Lo más sabios del mundo mediterráneo peregrinaban a la ciudad para estudiar en el Mouseion, la primera academia del mundo y consultar su famosa gran biblioteca. En Alejandría, Aristarco postuló una primera teoría sobre el sistema solar heliocéntrico y Eratóstenes calculó la circunferencia terrestre, además la Biblia hebrea se tradujo al griego por vez primera.

Escultura romana de Cleopatra con una diadema real, de mediados del siglo i a. C. ABC

Cuando Julio César llegó a la tierra de los faraones se vio inmerso en la pelea por el trono entre Cleopatra VII y Ptolomeo XIII, a la vez hermanos y esposos. Se sabe muy poco sobre el aspecto físico de Cleopatra, aunque sí que tenía la piel blanca porque lo menciona un poema, pero mucho sobre su inteligencia. Fue la primera de su dinastía en conocer el idioma egipcio y en empaparse, a pesar de su formación helenística, en la cultura local. Lo hizo, sobre todo, por razones políticas y para ganarse el apoyo popular en su disputa por el trono. Además de una brillante diplomática, se la consideró una mujer formada en muchos campos y autora de varios tratados médicos.

La faraona supo atraer a su lecho a Julio César y pudo recuperar con su ayuda el trono, de manera que Ptolomeo XIII fue eliminado de la ecuación. Así y todo, Cleopatra, que vivía a medio camino entre Oriente y Occidente, supo también sobrevivir al asesinato de su protector. Con Marco Antonio, uno de los generales de Julio César, viviría una nueva historia de amor que derivaría en otra tragedia griega. A su muerte, Egipto pasaría a ser una provincia más de Roma.

La teoría sobre el color de piel negro de Cleopatra encontró en el año 2009 una aliada en Sally-Ann Ashton, egiptóloga de la Universidad de Cambridge, quien se propuso reconstruir las facciones de la faraona apoyándose en las escasas esculturas y reproducciones de decoraciones de diversos templos de Dendera, una localidad ubicada al oeste del río Nilo, así como en los grabados de monedas conservadas. La descripción resultante fue la de una mujer de 1.52 metros de estatura, con una piel tirando a morena, leve sobrepeso, una gran nariz y labios muy finos. Para sus críticos, el único problema del trabajo de la egiptóloga es que no tuvo en cuenta que las representaciones políticas no suelen reflejar el verdadero aspecto, sino el que quería proyectar a nivel público. Imitar los rasgos locales podía ser, como hizo al aprender el idioma, una forma más de congraciarse con la población.

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