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Challenger 2, el coloso tapado: los secretos del tanque sin derrotas que Inglaterra ha entregado a Ucrania

El único de estos carros que ha sido destruido en combate cayó durante un episodio de fuego amigo en las cercanías de Basora, en la invasión de Irak

El único de estos carros que ha sido destruido en combate cayó durante un episodio de fuego amigo en las cercanías de Basora, en la invasión de Irak

Los 'Royal Dragoon Guards' condicen un Challenger 2 durant eunos ejercicios en el desierto de Oman en 2001 ABC
Manuel P. Villatoro

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La tragedia ocurrió en la madrugada del 25 de marzo de 2003, cuando las divisiones acorazadas británicas se hallaban en las inmediaciones de la ciudad de Basora (Iraq). Parecía un día normal para los chicos del '2º Royal Tank Regiment'; todo lo habitual que puede ser defender un puente en mitad de un país ubicado a más de cinco mil kilómetros de casa. De la nada, dos carros de combate cortaron el horizonte; enemigos, o eso parecía. Tras el permiso para disparar de rigor, un 'tanque de batalla principal' ('main battle tank') Challenger 2 inglés escupió plomo explosivo sobre ellos. «¡Fuego!». Y un disparo. «¡Fuego!». Y otro disparo. Un enemigo estalló entre gritos.

Las loas se tornaron rápido en llantos. Al observar con más atención, el jefe del regimiento vislumbró el inconfundible perfil de los carros de combate. Eran también Challenger 2, aunque del 'Queen's Royal Lancers', un regimiento inglés vecino. Sin pretenderlo, acababan de segar la vida de dos de sus compañeros y de destruir uno de los tanques de Su Majestad. Aquello fue una debacle que todavía escuece al otro lado del Canal de la Mancha y que ha generado un sinfín de juicios contra el teniente coronel Lindsay MacDuff, el encargado de haber informado de la posición de aquellos dos díscolos. Los errores también se pagan.

Aquella «tragedia evitable», como fue definida durante el proceso, dio como resultado el único carro de combate Challenger 2 destruido en combate. O eso afirman todavía los británicos, ya sea realidad o un mito replicado por una infinidad de autores. Pero este no es el único récord que atesora el carro que, en las próximas semanas, pisará los campos de batalla de Ucrania de la mano del Reino Unido. Además, esconde uno más positivo: es el tanque que ha abatido un objetivo acorazado a una distancia mayor a lo largo de toda la historia de este tipo de vehículos. Fue en la Guerra del Golfo, contra un tanque iraquí, y a unos cuatro kilómetros.

Pero la realidad, como suele pasar, no es tan blanca como parece. Más bien se halla a medio camino entre los altares a los que le elevan unos, y el barro por el que le arrastran otros. «Su historial es larguísimo: Balcanes, Estados Bálticos, Irak... Es un carro de combate probado en batalla y eficiente. Con todo, Inglaterra pensaba que iba a ser un éxito de exportación similar al F-16 estadounidense, y se ha encontrado con que apenas ha conseguido colocar treinta y ocho a Omán». El que habla es un ya habitual en los análisis armamentísticos de ABC: José Luis Hernández Garvi. Cada cosa en su lugar.

Romper con lo anterior

Cuenta Robert Griffin en su reciente 'Challenger 2: The British Main Battle Tank' que este carro de combate es el resultado de años de perfeccionamiento técnico tras la rudeza de la Segunda Guerra Mundial. El conflicto que sacudió Europa obligó al ejército isleño a enfrentarse a un Tercer Reich que elevó el diseño de blindados a un arte. No se puede negar que, por entonces, los ingleses fueron arrasados a todos los niveles. Los viejos Churchill y Cromwell poco pudieron hacer ante los panzer teutones. Aunque los ingenieros aprendieron de sus errores y, a partir de entonces, cambiaron de paradigma con el objetivo de ponerse a la cabeza del viejo continente.

Sus nuevos mandamientos fueron dar forma a un tanque que priorizara, por este orden, la potencia de fuego, la protección y la movilidad. Atrás quedaron doctrinas desfasadas como la estadounidense, la cual diferenciaba entre carros de combate de infantería y cazatanques; la nueva esencia de la lucha del 'heavy metal' fue la forja de un 'main battle tank'. «Se buscaba hallar un sólido equilibro entre potencia de fuego y protección», añade el experto anglosajón en su obra. Así fue como llegó primero el Chieftain –activo entre 1960 y 1970 y primero de la OTAN en montar un cañón de 120 mm– y, a continuación, y tras varios modelos intermedios, el germen de nuestro protagonista.

Tanque Challenger en 1999 ABC

El Challenger 1 arribó a finales de los años ochenta. Y lo cierto es que no era un mal tanque. Los analistas afirman que contaba con unas prestaciones algo por debajo de los M1 Abrams de primera generación y que, tanto sobre el papel como sobre el terreno, podían hacer frente sin remilgos a los T-72 que el Ejército Soviético acababa de sacar de las fábricas. De hecho, en Irak se desempeñaron bien al causar baja a tres centenares de enemigos. Fue el primero con blindaje compuesto y contaba con un cañón que, según los analistas, se hallaba entre los más precisos del mundo gracias a su ánima rayada. Con todo, demostró haber quedado desfasado frente a los nuevos T-80 del gran oso ruso.

Así fue como se planteó la necesidad de forjar un nuevo coloso británico. La propuesta más jugosa fue presentada por la empresa Vickers Defense Systems, y fue llamada Challenger 2 a pesar de que, según la misma compañía, apenas compartía un 3% de las piezas de su hermano mayor. Tan solo mantuvo su característica estética alargada y su torreta de grandes dimensiones. El proyecto fue impulsado por el Ministerio de Defensa con una inyección de 90 millones de libras. Pero, a más dinero, más requisitos. Desde el Gobierno se entregaron once rigurosos criterios que tenía que cumplir el nuevo vehículo para que se iniciara su producción en serie. Y, aún así, en 1991 se llevó a cabo una prueba comparativa entre nuestro protagonistas y un Leopard 2A5 y un M1A2 Abrams.

Especificaciones

Tal y como explica Garvi a ABC, desde el Gobierno británico estaban tan convencidos de que su versión de exportación –Challenger 2E– sería tan popular, que arrasaría en los mercados del Medio Oriente y entre sus países aliados. La realidad fue que, cuando entró en servicio en 1994, fue un fiasco en este sentido. «Con salvedades, era equivalente a los Leopard y a los M1 Abrams, con los que comparte piezas y características, y ambos eran mucho más vendibles al exterior. Así que estaba condenado», desvela el analista. El resultado fue la adquisición de un número anémico, casi para uso propio: 386 para el ejército británico y 38 para Omán.

El mismo ejército inglés define a la perfección las características del Challenger 2 en varios dossieres. Admiten que su peso –62,5 toneladas, más que su predecesor– y el blindaje que protege el chasis hacen que sea algo más lento y menos maniobrable que sus competidores; pero, a cambio, esgrimen que es uno de los vehículos mejor armados del planeta. Su cañón principal es el L30A1 CHARM de 120 mm y 6,6 metros de largo. En principio es equiparable al de sus competidores, pero cuenta con una diferencia que, según los ingenieros británicos, hacen que esté por delante: su ánima estriada. «En pocas palabras, y aunque es simplificarlo mucho, el ánima lisa da mayor poder de penetración. Esta ofrece mayor distancia de disparo», completa Garvi.

Sus defensas son también características. El Challenger 2 monta un blindaje que ofrece más resistencia que los tradicionales a cambio de aumentar el peso: la segunda generación de la armadura Chobham, formada por placas en forma de baldosa y elaboradas con tungsteno, materiales cerámicos y uranio empobrecido. Los ingenieros ingleses se vanaglorian de que resiste la mayoría de municiones HEAT (pryectiles perforantes de alto poder explosivo) y armas portátiles. Pero, por si no fuera ya poco, puede ser equipado además con módulos de blindaje reactivo y otros tantos de blindaje complementario. Estos, además de cambiar su estética, elevan todavía más el tonelaje hasta un tercio. Por descontado, cuenta también con la misma retahíla de aparatos que sus colegas: protección NBQ, sistemas de extinción de incendios y de detección de infrarrojos...

¿Qué otras ventajas atesora? La más llamativa, una torreta que puede hacer un giro completo de 360 grados en apenas nueve segundos; 11 más rápido que sus equivalentes soviéticos. En lo que más difiere con sus colegas contemporáneos es en que cuenta con una tripulación de cuatro hombres, uno más que la del Leopard 2 y la del M1 Abrams. La razón es sencilla: mientras que sus competidores disponen de un sistema de carga automático o semiautomático, el del Challenger 2 es manual, así que necesita un cargador que lo nutra. «Otra diferencia son sus característicos faldones laterales, que protegen las orugas de proyectiles contracarro e impactos provenientes de otros blindados», afirma Garvi. Por último, destaca por su fiabilidad mecánica.

Por el momento, el Challenger 2 ha dado buenos resultados. Para empezar, ha participado de forma activa en la mayoría de guerras occidentales. Y, según fuentes oficiales, tan solo una unidad ha sido destruida en combate, y por fuego amigo. Sí se han dado muchos casos en los que los contrarios han inutilizado uno, pero siempre ha podido ser recuperado tras unos sencillos (o complejos) arreglos. Los más recordados se sucedieron también en Irak. Allí, en mitad de tierra hostil, dos blindados fueron golpeados por explosivos improvisados y armas anticarro portátiles. A pesar de los severos daños, resistieron. Por desgracia, no se puede decir lo mismo de algunos miembros de sus tripulaciones.

Características, según el ejército británico

Peso: 62,5 toneladas; 75 equipado para el combate con todos los módulos de blindaje adicional.

Tripulación: 4 (comandante, artillero, cargador/operador, conductor)

Armadura: Chobham / Dorchester Nivel 2 (secreta)

Armamento Principal: Cañón estriado L30A1 de 120 mm con 47 cartuchos

Armamento secundario: Cañón automático coaxial L94A1 de 7,62 mm EX-34 (cañón de cadena), ametralladora de escotilla del operador/cargador L37A2 de 7,62 mm

Motor: Perkins CV12-6A V12 diésel 26,1 litros, 1200 CV (890 kW)

Suspensión: Suspensión hidroneumática

Capacidad de combustible: 1592 litros (350 gal imp; 421 gal EE.UU.)

Rango operacional: 550 km en carretera, 250 km campo a través

Velocidad máxima: 59 km/h en carretera, 40 km/h (25 mph) en campo abierto

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