Sin bandera de España, no: así se enfrentó a la Nasa el inventor granadino del traje espacial
Emilio Herrera nació en 1879 y se convirtió en el ingeniero que creó la «escafandra astronáutica» que la Agencia Espacial adaptó años después para crear los trajes usados por Armstrong y compañía para ir a la Luna
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![Herrera, junto a su traje «estratonáutica»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/historia/2024/09/22/nasa-emilio-herrera-traje-espacial-RXNoqWwuCM3GdG279UrQRRK-1200x840@diario_abc.jpg)
Emilio Herrera no solo fue inventor. También fue aviador, ingeniero, militar, político y aventurero. Desde muy joven en su Granada natal destacó por su curiosidad y su vocación científica, a lo que pronto añadió su sueño de realizar viajes verticales. Por eso comenzó su ... búsqueda de los medios necesarios para lograrlo a principios del siglo XX, inclinándose más por la ciencia y la tecnología y dejando de lado su querencia por la ciencia ficción. Así es como inventó su «escafandra astronáutica», tal y como la bautizó él, que la NASA adaptó para los viajes espaciales décadas después.
La agencia espacial intentó, incluso, contar con sus conocimientos, pero se negó, en un enfrentamiento que plasmaba muy bien su patriotismo y su forma de ser, por las que dejó de lado una fulgurante carrera en la Nasa. Según los testimonio de quienes les conocieron, Herrera era un tipo singular, discreto y paradigmático. También un ferviente católico practicante, además de monárquico, conservador y liberal. Eso no le impidió ser presidente del Gobierno republicano en el exilio entre 1960 y 1962.
Aún así, hasta hace poco no estaba lo suficientemente reconocido ni en su ciudad natal, donde tan solo una plaza y un monolito recuerdan sus aportaciones. Fue en 2017 cuando, por fin, el Parlamento andaluz y multitud de instituciones colaboraron para celebrar el 50 aniversario de su muerte.
Emilio Herrera pronosticó la llegada del hombre a la Luna en 1932 y trabajó para que así fuera. Primero por medio de la carrera estratosférica que se estaba librando en globo. «Toda mi preferencia ha sido siempre por los viajes en dirección normal [perpendicular] a la superficie terrestre, bien elevándome a las nubes, bien descendiendo a las entrañas de la Tierra o bajo el agua de los mares», contaba en 1933, durante su discurso de entrada en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Fue alrededor de esta fecha cuando inventó y diseñó la famosa «escafandra estratonáutica».
No cabe duda de que era más un hombre de ciencia que de política. Sus conocimientos abordaban multitud de materias, hasta el punto de que fue miembro de la Unesco en calidad de consultor para el uso pacífico de la energía nuclear y, addemás, impulsó en Cuatro Vientos el Laboratorio Aerodinámico y la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos. Se codeó también con científicos tan importantes como el mismo Albert Einstein y fue amigo del Rey Alfonso XIII .
Su pasión por volar, sin embargo, se impuso a todos esos proyectos y se acabó convirtiéndose en uno de los primeros pilotos de globo de España. Luego se pasó a los aviones, hasta que, en 1914, protagonizó las portadas de muchos periódicos al ser la primera persona que cruzó el estrecho de Gibraltar en aeroplano.
La escafandra
A pesar de su fracaso en el primer intento de ascensión a más de 22.000 metros de altitud, con el objetivo de establecer el récord de altura con un globo de barquilla abierta, Herrera no se desanimó en su sueño de conquistar el espacio exterior. Su plan inicial era tomar las medidas necesarias para estudiar la radiación cósmica, cuando el hombre hubiera alcanzado la estratosfera.
La escafandra de Herrera puede ser considerada una de las mayores aportaciones europeas a la conquista del espacio. Se trataba de una vestimenta diseñada para protegerse de las temperaturas extremas, la baja presión y la falta de oxígeno de la estratosfera. De ahí que muchos la consideren precursora de los trajes espaciales actuales, como él mismo ya apuntó en 1935, en un artículo publicado en la revista 'Madrid Científico': «Este será el atuendo de los navegantes que en los futuros paseos por la estratosfera podremos admirar brillantes y deslumbradores».
El ingeniero granadino estaba convencido de que primero había que llegar a las capas superiores de la atmósfera para poder intentar después alcanzar el espacio. Para eso defendía que los futuros astronautas necesitarían llevar un traje protector que les permitiera salir de la nave para hacer las reparaciones pertinentes y, llegado el caso, para caminar por la superficie de la Luna.
Las capaz del traje
El suyo contaba con tres capas: una de caucho, otra de lana y una tercera de lona muy resistente. La zona de las articulaciones estaba diseñada como un acordeón reforzado con cables con el que el astronauta podría moverse fácilmente. Y tenía también una capa de aluminio pulimentado y una tela de plata para cubrir el casco y el traje, y que este reflejara los rayos solares. Así evitaría el recalentamiento. Lo que el ingeniero granadino no previó es que, a temperaturas tan bajas, el dióxido de carbono producido por la respiración se congelaría dentro de la bombona que incluyó y obstruiría el sistema.
Por desgracia, Emilio Herrera no pudo probar su traje por el estallido de la Guerra Civil, aunque lo tuviera todo preparado. El traje fue destruido y la tela del globo con el que pensaba ascender hasta la estratosfera fue utilizada por los soldados republicanos para hacer abrigos. Aún así, su invento llegó a oídos de la NASA, que le ofreció trabajo mientras él vivía en el exilio de Francia.
Algunas fuentes aseguran que el granadino declinó la oferta, porque la Agencia Espacial estadounidense se negó a satisfacer su petición: que el satélite en el que se iba a llevar a cabo la misión espacial para probar su prototipo de traje llevara la bandera de España. Según cuenta Carlos Lázaro Ávila en su libro 'La aventura aeronáutica', el ingeniero granadino le dijo a su secretario: «Los americanos son como niños, creen que con el dinero lo pueden comprar todo».
La Alemania nazi
A pesar de ello, jamás abandonó su faceta investigadora. De hecho, antes de que se supiera, él ya sospechó que Alemania estaba fabricando la bomba atómica. Escribió sobre ello en una revista francesa cuya publicación censuraron en la Alemania nazi. También rechazó una gran oferta económica por parte del Tercer Reich para que trabajara para ellos.
En 2019, el Gobierno de Pedro Sánchez, a iniciativa del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, trató de devolver «el honor y la memoria» a este inventor a quien la dictadura de Franco retiró la medalla de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales por razones políticas. «Herrera fue un hombre excepcional, que se implicaba con fuerza y empuje en los proyectos que emprendía. Su historia me es muy cercana por mi formación y trayectoria», destacó a EFE en mayo. «Impulsado por la figura de su padre, que organizaba ferias y espectáculos científicos en Granada a finales del XIX, Emilio se interesó desde muy joven por la ciencia», añadió también Juan F. Cabrero Gómez, físico del Laboratorio de Instrumentación Espacial Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
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