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Roldán, el impostor que acorraló a Felipe González

Con la captura de Luis Roldán se daba por cerrado el mayor dispositivo policial que se haya desplegado jamás en España para capturar a un delincuente, con 144 funcionarios trabajando en cuatro continentes durante diez meses

Roldán, el impostor que acorraló a Felipe González

«¿Ustedes son los policías españoles?», preguntó Luis Roldán en el área de tránsito del aeropuerto de Bangkok, el día de su detención . El Ministerio de Justicia e Interior daba por finalizado, así, mañana hace justo 15 años, el mayor dispositivo policial que se haya desplegado jamás en España para capturar a un delincuente.

La búsqueda del ex director de la Guardia Civil, el prófugo más famoso de la historia de la democracia –acusado de fraude a la Hacienda Pública, prevaricación, abuso de autoridad, falsedad documental y cohecho– llevó a los servicios de seguridad del Estado a recorrer cuatro continentes durante diez meses, en una operación sin precedentes que concentró el esfuerzo de múltiples países. Fue localizado en la península de Indochina, cercado en Kuala Lumpur (Malasia) y Vientiane (Laos) y apresado, finalmente, en la capital de Tailandia, el 27 de febrero de 1995.

«Cuando el presidente del Gobierno me dijo que asumiera la cartera de nueva creación de Justicia e Interior –contaba eufórico el ministro Juan Alberto Belloch, que había accedido al cargo tras la dimisión de Antonio Asunción por la fuga del ex director de la Guardia Civil–, el primer encargo que me hizo fue: es preciso encontrar a Roldán».

La prioridad de Felipe González era máxima. Los escándalos de Roldán –que había acumulado cerca de 1.800 millones en los siete años que estuvo al frente de la Benemérita– y la guerra sucia del GAL contra ETA estaban convirtiendo la tercera legislatura socialista en uno de los periodos de mayor «desprestigio» de la España democrática, como se demostró poco después en las urnas y la dimisión de algunos de sus hombres.

El falso currículo del fugitivo para acceder a su cargo, en el que hacía gala de ser ingeniero, licenciado en ciencias empresariales y máster en Economía, es tan sólo el principio de una larga lista de escándalos a los que tuvo que enfrentarse un hombre que pasó a dirigir la Benemérita a ser perseguido por una orden internacional de búsqueda y captura.

Según los informes de la Policía, 144 funcionarios participaron de manera permanente en la búsqueda de Roldán, a los que había que sumar otros 54 agentes de las policías de otros nueve países, entre ellos siete de la Interpol, «facilitando la tecnología más avanzada con la que contaban», contaba la edición especial de ABC, que se agotaba, a primeras horas de la noche, nada más salir de imprenta y conocerse la noticia.

Todos ellos realizaron operaciones en once países: Alemania, Cuba, Estados Unidos, Venezuela, Suráfrica, Siria, Panamá, República Dominicana, Chile, Uruguay y Argentina, a un ritmo frenético para conseguir «capturar a Roldán antes de las elecciones municipales y autonómicas, convocadas para mayo» de eso año.

Para ello, utilizaron, además, un helicóptero, cinco vehículos de gran cilindrada, otros once de cilindrada media, un todo-terreno, una furgoneta, cuatro motocicletas de cilindrada media, otras cinco motocicletas y tres sistemas de información telefónica, entre otros muchos instrumentos de seguimiento.

«Las horas previas a la detención de Luis Roldán transcurrieron con una gran tensión, aunque estábamos convencidos de que íbamos a verle materialmente», comentaba a ABC Miguel Ángel Alonso , uno de los agentes que primero entraron en contacto con el prófugo.

El ex diplomático Francisco Paesa, también encausado en el sumario que afectaba al ex director de la Guardia Civil, actuó como «gancho» en la detención del «fugitivo más buscado» , proporcionando pistas clave, a cambio de contraprestaciones económicas y el desbloqueo de los bienes que tenía congelados, a petición de la Policía, en países como Suiza.

El mismo Paesa del que Roldan asegura que tiene todo el dinero que él amasó, preguntándose: «¿Por qué no se ha perseguido jamás a Pasea? Es algo que no tiene explicación».

Pero la sentencia hecha pública en 1998, y por la que fue condenado a 28 años de prisión, que después se ampliaron tres más, era clara: «Luis Roldán desarrolló una incesante actividad delictiva amparado en su cargo público con la finalidad de enriquecerse ilícitamente».

«Me equivoqué y lo estoy pagando duramente», aseguraba hace dos años a Telecinco un Roldán que ha visto su pena reducida, finalmente, de 31 a 15 años. El próximo 19 de marzo zanjará su deuda con la justicia y quedará libre sin que se haya aclarado qué ha sido de la más de 10 millones de euros que amasó ilícitamente.

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