Refranes
Babia, un lugar para estar de reyes... y de vasallos
Dos historias muy distintas explican el origen de esta expresión popular que describe al distraído o embobado
Babia, un lugar para estar de reyes... y de vasallos
«¿Que por qué se dice estar en Babia cuando se está como ausente o ajeno a lo que sucede en torno?», se preguntaba Víctor de la Serna antes de explicar el posible origen de esta popular expresión en su reportaje « Un corresponsal en Babia » publicado el el 29 de julio de 1953 en ABC.
De la Serna, que había viajado a este valle leonés que linda con Asturias, explicaba que «los Reyes de León gustaban, como gente fina que era, de pasar largas temporadas de verano en Babia».
Babia «era una región placentera, bien abastada, bien comunicada, guardada por gente pacífica e hidalga, leal al Rey y, entonces, con buenos cazaderos de oso, corzos y jabalíes» por lo que «Ordoños, Ramiros, Alfonsos y Fernandos se encerraban en Babia muchas veces, huyendo de las intrigas de la Corte y de las ambiciones de nobles y prelados empeñados en instaurar la modalidad feudal».
«A veces, los fieles súbditos leoneses echaban de menos a su Monarca, ausente, mientras los nobles intrigaban. "El Rey está en Babia", repetían. Y con esto daban a entender que Su Alteza no quería saber nada de nada», continuaba el corresponsal en Babia que finalizaba asegurando que «desde entonces, "estar en Babia" se dice de un estado psicológico que está entre el "dolce far niente" y el "no quiero saber nada"».
La misma versión recogía el académico José María Pemán en la Tercera de ABC que publicó el 2 de febrero de 1960 . «En los montes de León, cerca de Murias de Paredes, hay un valle, recoleto y verdoso, que se llama Babia. Era un espléndido cazadero y los reyes de León gustaban mucho de ir a él para ejercitarse en el sano deporte de cacería», explicaba Pemán antes de resaltar cómo a la gente llana le disgusta que los reyes, señores o gobernantes se vayan de cacería. «Querrían que estuvieran siempre cazando leyes, decretos y genialidades sin comprender que muchas veces es bastante más práctico e inofensivo que cacen perdices», ironizaba el escritor y asiduo articulista. Al viejo pueblo medieval leonés, cuando reclamaba al Rey en un difícil momento, se le contestaba a menudo que «el Rey está en Babia» y «la locución quedó como fórmula de desentendimiento e inhibición de funciones».
Pastores trashumantes
El catedrático Manuel Rabanal Álvarez, babiano por línea materna, admitía en 1977 que la explicación de Pemán primaba entre los eruditos leoneses. Él ofrecía, sin embargo, otra popular y entonces -decía- «inédita».
Rabanal Álvarez explicaba que Babia «fue siempre tierra de merinas y de pastores trashumantes» que cada otoño, con el asomo de los primeros fríos y de las más precoces nieves, enfilaban los largos caminos de la meseta rumbo a Extremadura en busca de mejor clima para sus ovejas. «Como buenos astures, los pastores babianos trashumados sentirían a menudo la murria o nostalgia» por lo que «sería frecuente verlos en la lejanía ensimismados, absortos, añorando, por Navidades, por Cuaresma, por Carnavales, la caricia de la aldea propia, del propio hogar y del ausente amor». El catedrático resumía finalmente cómo en el lenguaje de los pastores y de toda la trashumancia en general, «estar en Babia acabaría significando toda suerte de abstracción, de inhibición, de atolondramiento».
El « Romance del pastor que estaba en Babia » avalaría esta versión con su «Ay, pastor que estás en Babia, ay noche qué mal abrigas, los decires sin palabras, las añoranzas no escritas, del pastor que está en su chozo, como un puño en su pellica, siempre clavado en su Babia, tan bien llevada y traída».
«Si el anterior fue un "estar en Babia" de Reyes, es el presente un "estar en Babia" de vasallos. Puede que la amorosa unión de ambos, como en un antiguo reino patriarcal, contribuya a mejor clavar la flecha en la diana de la verdad», finalizaba Rabanal.
Hoy la Asociación Estás en Babia ha tomado por bandera la expresión para dar a conocer y conservar esta hermosa comarca declarada en 2004 Reserva de la Biosfera. En su web se recoge una versión más de esta expresión que recuerdan los oriundos del lugar según la cual el nombre de Babia se remonta a las grandes peregrinaciones medievales hacia Santiago. Cuando los peregrinos preguntaban a los lugareños «¿Va vía Santiago?», éstos respondían «¡Va vía, va vía!».
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