ERNESTO MARTÍNEZ ATAZ, Candidato a rector de la Universidad de Castilla-La Mancha:«Recojo el testigo formidable de Luis Arroyo, pero tengo que mirar al futuro con mis ideas»
El doctor en Químicas Ernesto Martínez Ataz será a partir del 11 de noviembre rector de la UCLM. Mano derecha de Luis Arroyo, hoy inicia campaña una electoral intensa, pero sin adversarios.
Para el caso, Ernesto Martínez Ataz ya es rector de la Universidad de Castilla-La Mancha. Después de que el actual titular, Luis Arroyo Zapatero, anunciara en octubre su intención de no volver a concurrir a las urnas de la UCLM, el único candidato a ocupar la máxima responsabilidad de la institución se someterá al juicio de las urnas el 11 de noviembre, pero ya con la victoria asegurada. La incógnita, si cabe, es cuánto respaldo recibirá de entre los más de 30.000 profesores, alumnos y personal de servicios llamados a votar, una comunidad tan inmensa como poco interesada en este proceso de la que, -salvo sorpresa- apenas irá a depositar la papeleta el 10 por ciento.
Prestigoso, ilusionado, con buen humor y con las ideas muy claras, de este doctor en Ciencias Químicas dicen sus compañeros con respeto y pompa que es «un académico», atributo que en la jerga viene a dejar claro que es «un hombre de la universidad» y no «un político», como muchos identifican el talante y la gestión de Arroyo Zapatero.
Su discurso -trabajo en cantidad y calidad para instalar la institución en el espacio europeo de educación superior- es ya el de la Universidad.
- No se si tenía diseñadas dos campañas electorales, una con adversarios y otra para carrera en solitario, pero el caso es que parece que le toca la modalidad más sosegada...
- La única diferencia es que si hubiera tenido contendientes hubiera tenido que planificar con ellos las visitas para no coincidir. Por lo demás pienso hacer la misma campaña que pensaba hacer, visitando todos y cada uno de los centros, con encuentros con los alumnos y el personal de Administración y Servicio de todos los campus. En cuanto al sosiego, quizás menos nerviosismo porque ha desaparecido la incertidumbre.
- ¿En qué medida es usted el heredero de Luis Arroyo Zapatero?
- Yo soy una persona del equipo de Luis Arroyo de la misma manera que otras muchas personas relevantes de esta Universidad han pasado por esos equipos. Con respecto a mí, hay una parte que es continuación de la trayectoria que hemos llevado en los últimos años, y una parte de innovación, de nuevo proyecto universitario. Es lo normal: en la Universidad hay una esencia que se mantiene en el tiempo, que es la docencia, la investigación, y una parte que es la adaptación a los nuevos tiempos, y hay grandes retos a la vuelta de la esquina.
- ¿En qué se va a consistir esa innovación, en que se va diferenciar su gestión de la de Arroyo?
- Pues el cambio normal, tranquilo y sin tensiones, que responde a los nuevos equipos y a las nuevas responsabilidades. Eso lo adelanto con mi programa, que es innovador, diferente, más incluso que los de la mayoría de las universidades españolas que han tenido elecciones en los últimos años. Eso es lo que importa: definir un proyecto universitario, qué personas los encarnan y ver los resultados. Hablar de continuismo o innovación a priori, en la mayoría de los casos suele ser vano. Yo, desde luego, recojo el testigo de la formidable labor que ha hecho toda la comunidad universitaria y su Dirección con Luis Arroyo Zapatero al frente durante 16 años, pero tengo que mirar al futuro, diseñar el futuro con nuestro esfuerzo, con nuestras ideas.
- Pues sin entrar en detalle en ese programa que usted dará a conocer a partir de hoy, ¿qué universidad quiere?
- El gran reto al que nos vamos a enfrentar de forma inmediata, aparte de la adaptación a la Ley Orgánica de Universidades, es la adaptación al espacio europeo de educación superior. Ese es un esfuerzo terrible. El marco de la Unión Europea está perfectamente definido, no hay alternativa. Creo que nosotros tenemos que adelantarnos, estar preparados para ese cambio importante, y nuestra obligación en esta etapa es intentar hacer una universidad europea de calidad en Castilla-La Mancha. Enunciarlo es fácil, hacerlo requiere un gran esfuerzo y tiempo. Pero si es importante que marquemos el norte, el vector de dirección donde queremos ir.
- Cuando Arroyo anunció que no iba a repetir, subrayó que ya era hora de «dar el paso a toda una generación de profesores jóvenes» ¿es el perfil que quiere dar a su equipo?
- La composición específica ni la se ni creo que sea conveniente decirla hasta el último momento. El que se presenta a rector soy yo, la confianza se deposita en mi, y eso me dará libertad en el futuro para cambiar los individuos para que se adapten mejor a un proyecto. En el equipo, como ya he dicho que tiene que haber continuidad e innovación, pues también habrá continuidad e innovación, no se si al 50 por ciento, pero en una primera etapa puede que sea algo muy parecido a eso. Con respecto a la juventud, tenemos que ir incorporando gente joven, hemos de ver las ideas, la percepción de realidad, el impulso.
- Esta es una universidad que ha escalado peldaños, pero también tiene asignaturas pendientes, una llamémosle calidad,.. imagino que no se le escapa que, a efectos de la calle, un licenciado por la Universidad de Castilla-La Mancha no es considerado igual que uno de la de Navarra o la Complutense....
- En primer lugar, no nos deberíamos dejar de contagiar por las opiniones que emiten otros, sobre todo si los otros son de la Complutense de Madrid, de la de Navarra o de la de Oviedo. En el reto europeo que tenemos delante, las universidades tienen que homologar y acreditar sus titulaciones en el marco nacional y europeo: todas las universidades tendrán dificultades en la acreditación de alguna titulación, pero si las superamos, quiere decir que tendremos crédito suficiente para que nuestros licenciados y diplomados estén en Europa y tengan el marchamo de calidad. Habrá que ver qué pasa también las grandes universidades, que evidentemente parten con una extraordinaria ventaja. Ahí es donde notaremos la diferencia. A ese terreno competitivo es donde nosotros queremos llegar.
- La UCLM también arrastra cierto estigma de politización, de que el que se mueve no sale en la foto, ¿qué tiene de cierto?
- Creo que esas son opiniones muy respetables, pero que no obedecen a la realidad. Yo lo que quiero es contar con toda la comunidad universitaria, y con toda la sociedad de Castilla-la Mancha que quiera contribuir realmente al progreso de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ese es mi compromiso, esa es mi oferta: abierto a todos, participativo de todo, que ya la vida se encargará de que quien no quiera participar se quede excluido. Pero mire, no hay ningún ánimo más que el de sumar y no restar y que participe el que quiera. Me preocupa el futuro, y el proyecto es de todos, y a todos pido la colaboración.
- Pues hablando de todos, en estas elecciones por primera vez votan todos, aunque son los doctores los que en realidad deciden ¿qué les va a proponer?
- No les voy a proponer nada en concreto, más allá de que tienen que cumplir sus obligaciones como los demás. Y no hay ninguna contrapartida, no he hecho un programa como suma de ofertas y contraofertas. Se lo puedo asegurar, y no lo hubiera hecho ni con un candidato ni con cinco.
- También sabe que la multitud del voto son los alumnos, ¿cómo les va a convencer para que le apoyen?
- El problema de los alumnos no es ese, es que quieran ir a votar, porque en todas las universidades sabemos que el porcentaje es muy bajo, alarmantemente bajo, entre el 6 y el 10 por ciento del total. Pero si encima hay un candidato, pues más bajo todavía. Yo haré un esfuerzo por ilusionar y animar al menos para que vayan a votar, y si me votan, mejor todavía, porque es conveniente que un rector, aunque se presente solo se sienta respaldado para la futura acción de gobierno y para actuar frente a cualquier interlocutor. -- Junto a la integración en el espacio europeo universitario, Arroyo mencionó la internacionalización de estudios y estudiantes y la vinculación con el mundo empresarial como los otros desafíos ¿los asume como tales?
- Este verano he estado dándole vueltas a este tema, y luego me alegré de que el profesor Arroyo coincidiera comigo. Ahora tenemos que volver a la visión universal de las universidades, y no solo mirando a Europa, sino a América, y más concretamente a América Latina. Las empresas españolas han invertido más de 20 billones de pesetas los últimos años allí, quiere decir que los intereses de España y los españoles también deben ir fortalecidos por la cooperación científica. Además, las nuevas tecnologías permiten que estemos presentes académicamente en América Latina, y podamos hacer una labor al servicio de la ciencia, del conocimiento, de las universidades y de España que será útil y además, justa.
- Sigue hablando de proyectos de muy largo recorrido, ¿cuántos años de rectorado le van a hacer falta?
- Yo lo que me propongo es marcar el norte, hacer lo más que podamos, y ya veremos en el transcurso del proyecto si la comunidad universitaria se va viendo satisfecha y si Castilla-La Mancha va viendo que su universidad es un portaviones para entrar en la Sociedad del Conocimiento. Es importantísima utilizar sabiamente la Universidad para entrar en el futuro, son importantísimas las herramientas de la Sociedad del Conocimiento, más que los recursos materiales, que la fuerza de trabajo e incluso que los recursos financieros. Por eso vamos a ponernos manos a la obra, tomarle el pulso al proyecto y cuando pase el tiempo nos tendrán que exigir resultados.
- Revisando su currículum, apabulla tanta investigación y tanta representación en órganos científicos ¿lo va a dejar aparcado todo?
- Me temo que toca dedicarme a la gestión universitaria. Sí, tendré que ralentizar sobre todo la investigación, a la que llevo dedicado 30 años casi en cuerpo y alma, y la docencia... pues probablemente también, sobre todo en una universidad multicampus que no te permite saber dónde vas a estar cada día de la semana.
- Parece que le va a costar esta retirada temporal, entonces ha sido una decisión difícil esto de animarse a ser rector
- Qué quiere que le diga... difícil no fue. Lo tenía en cabeza hace tiempo, Luis Arroyo comunicó su decisión de no repetir y yo creí que tenía la experiencia académica y en gestión suficiente para encarnan un proyecto nuevo universitario. Creo que recibí el consenso de compañeros relevantes en el ámbito de la Universidad que me animaron, y ese respaldo fue muy importante, y también ver que nadie discrepa fundamentalmente de mi persona y de mi proyecto, al menos que yo sepa. Y todo con independencia de que hubiera otras personas que tuvieran su proyecto, que creo que hay un buen número de personas que pudieran optar con toda la dignidad del mundo a rector de Universidad. Pero, en mi caso se daban unas circunstancias que casi me empujaban de forma natural.
- Por cierto, ya que lo menciona, ¿qué opinión le merece que nadie haya dado el paso para enfrentarse a usted? Dicen que partía con una ventaja, porque ha ocupado cargos en la Universidad durante años, difícil de contrarrestar
- Perdóneme, pero no puedo evaluar decisiones de otros. Que he estado en la gestión universitaria, pues si, y como todo, tiene su parte buena y su parte mala. Que soy conocido, sí, pero si he estado durante algunos años en puestos de responsabilidad, también podría haber sufrido un desgaste personal grande en vez de lograr hacer mi persona grata. He jugado con las ventajas y los inconvenientes de mi época de gestión universitaria, y además en puestos donde me ha tocado decidir mucho, como en el Vicerrectorado de Profesorado. Y le puedo asegurar que es de los sitios más ingratos y más difíciles de una Universidad.
-Y sobre Arroyo, 16 años de gobierno pesan, ¿cuál cree que debería ser ahora su papel en la UCLM?
- Yo, sinceramente, creo que en un país como el nuestro desaprovechar la experiencia de los anteriores es grave. Y lo digo en política o en política universitaria. No aprovechar el valor en activo de Rafael Puyol en la nueva etapa de la Complutense, con independencia de que el profesor Berzosa haya ganado las elecciones, sería un error. Y yo creo que no aprovechar la experiencia del profesor Arroyo en la nueva etapa, pues también sería un error. Porque han representado y defendido la institución, y seguro que pueden seguir haciéndolo en otros foros nacionales e internacionales. El cainismo en España no debería existir.
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