Obama intenta relanzar su cuestionado gobierno con la promesa de crear empleo
El presidente de EE.UU. reitera medidas de estímulo económico, pero sin renunciar a controlar el déficit presupuestario
En su empeño por recuperar la confianza de un electorado frustrado por la crisis económica, Barack Obama aprovechó su primer discurso sobre el estado de la Unión para colocar la creación de empleo en el centro de su agenda de gobierno. Durante su ritual comparecencia programática de anoche, el presidente de Estados Unidos asumió algunos errores cometidos en su primer año de gobierno, pero sin considerar como una equivocación el proyecto de reforma sanitaria bloqueado en el Congreso.
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Bajo el principio de que el empleo depende en buena parte de las pequeñas y medianas empresas, el presidente insistió en ofrecer recortes de impuestos específicos. Desde subvenciones por cada nueva contratación a mayores incentivos fiscales para inversiones empresariales. Además de medidas de respaldo dirigidas hacia la clase media, como un aumento de las deducciones fiscales por cada hijo menor de edad o por el ahorro canalizado a planes privados de jubilación.
Ajuste del gasto público
La Casa Blanca también va a seguir apostando por facilitar nuevas inversiones públicas en infraestructura que fomenten la creación de empleo. Con iniciativas como una primera partida de 8.000 millones de dólares para financiar la construcción de trece corredores ferroviarios de alta velocidad. Sector de transporte público en el que Estados Unidos presenta un evidente retraso en comparación a otros países industrializados.
En sintonía con los nuevos presupuestos federales esperados en el Congreso para el próximo lunes, Obama también reiteró su compromiso de plantar cara a la acumulación de números rojos en las arcas públicas de Estados Unidos. Este objetivo de sobriedad en el gasto público empezará por la nómina de la Casa Blanca, ya que el presidente confirmó anoche una congelación del salario de toda su plana mayor y la eliminación de bonificaciones para cargos políticos en el gobierno federal.
Dentro de ese espíritu de contención en el gasto del gobierno —una de las cuestiones que mayor impacto negativo tiene en su popularidad— Barack Obama confirmó su deseo de no aumentar durante tres años la reducida proporción del presupuesto federal que no está vinculada directamente a la seguridad nacional o a toda una serie de gastos sociales obligatorios, como las pensiones o la cobertura sanitaria de los jubilados.
Nombrar una comisión bipartidista
Para hacer frente a los más de 12 billones de dólares de deuda nacional, el presidente también anunció su intención de nombrar su propia comisión bipartidista. Sin embargo, ese grupo no tendrá el poder de forzar ningún tipo de decisión presupuestaria sobre el Congreso, ya que el Senado rechazó esta semana que desde fuera se dicten previsibles recortes de gasto y más impuestos.
Con todo, dentro del prometido ajuste de cinturón defendido por la Casa Blanca habrá excepciones. Ya que el presidente también planteó un aumento de más del 6 por ciento en las partidas de educación. Esfuerzo de 4.000 millones de dólares que la Casa Blanca califica como el mayor incremento presupuestario registrado en un año por los colegios públicos de EE.UU.
El presidente no dejó de reiterar que la reforma de la sanidad sigue siendo una cuestión central para el bienestar económico de los americanos. Pero sin respaldo suficiente, los propios líderes demócratas del Congreso han reconocido que ya no sienten ninguna presión para completar rápidamente la prioridad legislativa en la que han invertido ocho meses de negociaciones, debates y votaciones parciales.
Los últimos sondeos de opinión coinciden en reprochar al presidente una excesiva atención a la reforma sanitaria en detrimento de la lucha contra la crisis económica. Para intentar cambiar esas percepciones y afianzar las prioridades esbozadas ayer, Obama se embarcará hoy, jueves, en una especie de mini-campaña por el decisivo Estado de Florida. Y el martes que viene también llevará su nuevo mensaje hasta New Hampshire. Esfuerzo de visibilidad en el que también participará su equipo económico.
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