PACO PLAZA, «ABRE EL OJO»
Paco Plaza, gerente del Teatro de Rojas, asume un fuerte compromiso a partir de hoy y mañana. Durante estos dos días se representará en el escenario toledano, donde transcurre su actividad profesional, la obra de Rojas Zorrilla «Abre el ojo», y como director de la misma se encuentra nuestro protagonista para demostrarnos que es hombre de teatro en sus diferentes facetas escénicas. Montar y dirigir teatro clásico tiene sus complicaciones porque los autores de aquel entonces planteaban comedias y dramas con amplios personajes, envueltos en la expresión poética, y con numerosos enredos para entretener y cautivar que es el fin único de las producciones escénicas.
La comedia de Francisco de Rojas «Abre el ojo» necesita de pulso firme para mover a los personajes, talento interpretativo para que salgan airosos de las situaciones, y capacidad de intuición para que la trama esté animada y jamás decaiga. Hay que elegir con tino para que lo que se muestra entre risas y escarceos no pierda actualidad, y adaptar el verbo que llegaba entonces directamente del pueblo, a las modulaciones de ahora mismo para que no distraigan el entendimiento fácil de los espectadores. Y apropiar al montaje los decorados que animen la vestimenta de época, junto a la selección de actores muy duchos en estos menesteres.
Al parecer Paco Plaza ha logrado las metas propuestas si nos atenemos a las críticas favorables que la obra ha recibido en los festivales de Alcalá de Henares y Almagro, pero estrenar en Toledo, en el mismo teatro que gerencia, son palabras mayores que tienen al director de «Abre el ojo» cargado de nervios que tan sólo desaparecerán al escucharse los primeros aplausos. Por estos lares no se suele reconocer, somos así, la calidad de los que comparten la vecindad, pero la magia del teatro se apoderará de los más inquisidores y si la obra tiene la calidad ya demostrada se disiparán las dudas más incrédulas y el reconocimiento de los toledanos será optimista, que es el premio que se merece este nombre propio que ha dedicado su vida a moverse entre los escenarios, asumiendo todas las exigencias que marcan las candilejas, para continuar una labor artística que es en realidad donde se consigue la más acorde templanza sobre una vocación desmedida. Plaza, «abre el ojo», y esperemos que éste se le enturbie debido a la emoción de un gran triunfo.
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