Ayuntamiento cerrado por falta de sede
POR JAVIER LÓPEZJAEN. El cierre de un establecimiento se deriva tradicionalmente de la reforma o la defunción. Un tercer motivo, el hartazgo, es el esgrimido por el alcalde de Torreblascopedro
POR JAVIER LÓPEZ
JAEN. El cierre de un establecimiento se deriva tradicionalmente de la reforma o la defunción. Un tercer motivo, el hartazgo, es el esgrimido por el alcalde de Torreblascopedro, perteneciente a la provincia de Jaén, Juan María Ruiz, del Partido Andalucista.
Ruiz, hastiado como está por las numerosas trabas impuestas a la construcción del Ayuntamiento, ha decidido, respaldado por su gobierno, cerrar las dependencias que desde hace tres años se utilizan como Consistorio en un municipio que cuenta con más de 3.000 habitantes.
Ruiz asegura que hasta que la Diputación no prosiga las obras de ejecución del Ayuntamiento definitivo no se trabajará en un espacio que no reúne las condiciones necesarias. En concreto, las instalaciones municipales provisionales, ubicadas en la antigua biblioteca, constan sólo de dos habitaciones. Una de 70 metros cuadrados y otra de 14. En la primera se hacinan siete funcionarios y varios concejales.
Despacho conjunto
La otra sirve de despacho del alcalde y de otros ediles, quienes, cuando llega una visita, retornan a la primera sala, a cuyo lado el camarote de los hermanos Marx es la isla de Robinson Crusoe. Es tal la desproporción entre masa humana y superficie que para celebrar los plenos tienen que buscar otro lugar. El del lunes pasado se celebró en la Casa de la Cultura, donde no hay calefacción. De hecho, cuando llega el invierno las sesiones plenarias se celebran en la pedanía de Campillo del Río, distante a 12 kilómetros del pueblo.
Y todo porque la Diputación, según el alcalde, demora el cumplimiento de una obra sufragada con dinero del propio Ayuntamiento.
El edificio tenía que haber sido entregado en diciembre de 2006, pero tal vez con la excusa de que las prisas, como las rondas, no son buenas, la administración provincial se lo ha tomado con tanta paciencia que ha hecho que la pierda el regidor.
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