Muere en Madrid el ex dictador de Venezuela Marcos Pérez Jiménez
El general venezolano Marcos Pérez Jiménez falleció en la madrugada de ayer de un paro cardiaco en su residencia de Madrid. Pérez Jiménez, que ejerció el poder como dictador en el país andino desde 1952 hasta 1958, tenía una salud muy delicada a causa de las graves enfermedades cardio-vasculares que padecía desde hacía tres años. Su deseo de morir en su país no se cumplió.
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«Murió tranquilo. Su vida se fue apagando con la suavidad con que se va apagando una vela», dijo ayer Margot Pérez Jiménez, una de las cuatro hijas del ex dictador venezolano, de 87 años, aquejado de serias enfermedades cerebro-vasculares desde hacía tres años. Falleció a causa de un paro cardiaco a las 4.30 de la madrugada del jueves en su lujosa residencia del barrio de la Moraleja, en Madrid, donde residía desde 1968, año que finalizó su condena de cuatro años en Venezuela. El derrame cerebral por el que fue ingresado en una clínica madrileña hace dos años y medio le había sumido en un estado casi vegetativo, según personas de su entorno.
VIDA Y OBRA
El general Marcos Pérez Jiménez nació en la población de Michelena, en el estado andino de Táchira el 25 de abril de 1914 y gobernó en Venezuela con mano de hierro desde el dos de diciembre de 1952 hasta el 23 de enero de 1958, cuando fue derrocado por un golpe de Estado cívico-militar. Su gestión durante ese periodo presenta luces y sombras, manifestadas por sus partidarios y por sus detractores. Los primeros recuerdan el clima de seguridad ciudadana que imperó bajo su mandato, así como el importante desarrollo en infraestructuras que experimentó el país: la autopista Caracas-La Guaira, el puente sobre el lago de Maracaibo o el centro caraqueño Simón Bolívar. Méritos reconocidos también por sus críticos, pertenecientes a los partidos políticos democráticos, que recuerdan más intensamente la persecución que sufrieron a manos de la temible Policía política del dictador.
Pérez Jiménez comenzó su carrera militar en 1931 cuando ingresó en la Academia Militar y culminó al alcanzar la graduación de general de división en 1956.
Su carrera política, más agitada y vinculada con las conjuras y golpes de estado que predominaron en Iberoamérica durante esos años, incluyen la participación en los derrocamientos de los presidentes Isaías Medina (en 1945) y Rómulo Gallegos (1948). En 1950 Pérez Jiménez se erigió como hombre fuerte de la Junta de Gobierno designada por los militares como ministro de Defensa, y el dos de diciembre de 1952 el general no reconoció las elecciones a una Asamblea Constituyente proclamándose presidente de la república.
La descomposición de su régimen y las operaciones clandestinas de los partidos políticos terminaron con su mandato el 23 enero de 1958, y el dictador huyó a Santo Domingo hasta que se instaló en Miami. Pero el Gobierno venezolano de Rómulo Betancourt logró que Estados Unidos lo extraditara para que cumpliera condena por los delitos de peculado y malversación de fondos públicos.
SU ÚLTIMO DESEO
Flor de María Pérez, otra de sus hijas, aseguró que antes de enfermar su padre «siempre estuvo pendiente de Venezuela» y que su mayor deseo era volver a su país. También declaró que trasladarán sus restos a Venezuela si el presidente Hugo Chávez lo permite. Si así fuera, se le haría una ceremonia «con todo lo correspondiente a su jerarquía y al grado \ de que dispone», según el general Raúl Salazar, embajador de Caracas en Madrid.
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