Pilar Rahola

TENGO que reconocer que Pilar Rahola nunca fue un personaje que me causara gran simpatía. En el pasado, tanto sus posiciones políticas como su forma, histriónica de defenderlas, me causaban rechazo. A posteriori, su reconversión a tertuliana y su defensa de todas las causas tópicas del establishment catalán así como su postura forzadamente altisonante en los platós me daban la impresión que era más el resultado de una forma, lícita y legítima, de ganarse la vida que algo que mereciera dedicarle mucho tiempo.
De un tiempo a esta parte la evolución en los temas, la presentación de los mismos y los argumentos de Pilar Rahola, me han obligado a cambiar mi opinión sobre ella, en positivo, y ahora me confieso, no sin cierto rubor, lector de sus artículos en un medio de la competencia. Los ataques que Pilar Rahola viene sufriendo las últimas semanas, a cuenta de su opinión sobre Hamás, de la mano de los intelectuales y tertulianos orgánicos, me han convertido definitivamente en fan de Pilar Rahola.
Puede que el presente artículo haga poco favor a Pilar Rahola, pero sus artículos sobre la reforma del Código Civil Catalán, Israel o la situación de la Inmigración en Catalunya son, desde mi modesto punto de vista, notables.
Me atrevo a afirmar que son notables no sólo por su contenido, si no porque son valientes. En la Catalunya tripartita y autocomplaciente en la que vivimos que alguien tenga una opinión propia, que alguien se atreva a alzar la voz es un signo de encomio.
En el caso de Israel, la actitud de Rahola es especialmente meritoria. Los que la atacan creo que responden más a una fobia antisraelí que a un verdadero interés por la desgraciada suerte de la población de Gaza, prisionera de unos terroristas fanáticos que se han apoderado de esa franja de tierra como resultado de años y años de incompetencia y corrupción de Yasser Arafat y sus sucesores como gestores de los destinos palestinos.
Los intelectuales, escritores y artistas que ahora claman contra Israel no tuvieron ni un minuto de tiempo para denunciar los asesinatos organizados y ejecutados por Hamás contra «hermanos» palestinos de Al Fatah antes y después de las elecciones que les dieron la victoria electoral. Hace poco más de tres meses, una de las principales familias de Gaza, simpatizantes de Al Fatah y del Presidente de la ANP Abu Mazen terminó con dicha familia solicitando asilo en Israel. A su vuelta a Gaza fueron asesinados por Hamás.
Como bien escribía la semana pasada un periodista de Haaretz, el principal periódico israelí, el mundo clama contra las muertes provocadas por Israel en sus respuestas a los ataques palestinos o de Siria o de Hezbollah, que suponen el 0,5% de las muertes de árabes en guerra, pero no suelen decir nada sobre las muertes provocadas por las luchas entre árabes.
Israel se enfrenta en práctica soledad a una lucha sin cuartel contra el terrorismo. De su victoria depende, aunque no lo reconozcamos, que el terrorismo islámico no se siga envalentonando y por lo tanto, en gran medida la estabilidad económica y política del planeta así como la integridad personal de los ciudadanos de las grandes ciudades en Oriente y Occidente.
Me pregunto si no será un mal síntoma que al igual que Israel se defiende en práctica soledad no haya más voces en Catalunya más allá de Pilar Rahola que no se pongan del lado de la justicia y la libertad.
Joan López
Secretario General de
Jóvenes Empresarios
de Cataluña
PARECE MENTIRA
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