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«¿De que chino hablamos?»

Dos horas y media tardaron hoy los comisionados del 11-M en averiguar de que chino se hablaba en la comisión cada vez que el compareciente de hoy, el policía Juan Manuel Calleja, se refería al seguimiento que se le hizo a un "chino" por tráfico de drogas en Parla.

"Hay algo que debemos concretar...«¿de qué chino hablamos?», preguntó finalmente Gaspar Llamazares, gracias a cuya intervención todos supieron que el chino al que se había sometido a escuchas y seguimiento era un tal Abdelelah y no Jamal Ahmidan, este último uno de los autores del 11-M y que se suicidó en Leganés el 3 de abril.

La confusión había planeado por la sesión de la comisión durante toda la mañana y, a medida que se sucedían los interrogatorios, la cosa estaba más liada.

Los diputados que interrogaban iban por un lado y el responsable de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía en Madrid, por otro.

«¿Pero, cuántos chinos hay?», se preguntaban comisionados y periodistas en un receso, pero la respuesta inquietó aún más a todos, ya que los diputados Vicente Martínez Pujalte y Gaspar Llamazares recordaron que hay más de 1.300 millones de chinos en el mundo.

Una vez que el diputado de IU-ICV consiguió que se aclarara la cuestión, los comisionados tuvieron que hacer un esfuerzo de imaginación para no duplicar los chinos y, así, recurrieron a expresiones del tipo "el chino 11-M", "el chino bueno", "el chino 1 frente al chino 2" o, incluso, "nuestro chino" para referirse a Jamal Ahmidan y no confundirle con el de Parla.

Prueba de que andaban ya con pies de plomo es que Vicente Martínez Pujalte llegó a preguntar al compareciente si existía "otro Zouhier" -el confidente policial encarcelado- antes de seguir interesándose por las conversaciones telefónicas intervenidas.

Cuando ya parecía todo claro, el policía estuvo a punto de enredarles de nuevo, ya que explicó que "a todos los miembros de la unidad familiar" de Abdelelah se les conocía como los chinos y que pudiera ser que tuviera algún tipo de parentesco con el otro chino.

Además, explicó que la Policía registró que un ayudante del Abdelelah -el chino 2- recibió en su teléfono móvil llamadas de un tal Jamal, muy posiblemente el chino 1. En esas conversaciones se habla de un pasaporte falso, de una furgoneta, de un viaje y del envío de "un clavo y un chico", cuestiones que en el sumario se interpretan como relativas a la posible preparación de los atentados de Madrid.

Un recordatorio final para no perderse: Ni Jamal Ahmidan ni Abdelelah son chinos, sino árabes.

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