Suscríbete a
ABC Premium

Johnsen pide a su afición que lleve piedras

ESTOCOLMO. La estrategia maquiavélica noruega para el miércoles va en esta dirección: veinticinco mil forofos gritando a piñón libre en Ullevaal, mucho sosiego, un marcaje «boca a boca» a Raúl, una jugada afortunada para conseguir el gol necesario y un campo de juego «natural», mojado y sin calefacción debajo del césped.

Sin una entrada disponible (se vendieron en 25 minutos) el intenso deseo de todos es que Bore, Rey del Invierno nórdico, convierta Ullevaal en una pista de hielo. Con una expectación que roza la histeria, Noruega se prepara a ganar esta batalla futbolística entre David y Goliat con métodos poco ortodoxos. Las declaraciones al «Aftenposten» (diario de Oslo con covertura nacional) del seleccionador Nils Johan Semb han indignado a los entusiastas del buen fútbol. Explica Semb que aunque la batalla será muy parecida a la librada en Mestalla, «España juega y Noruega se defiende», el escenario es diferente. Tras referirse a las importantes bajas registradas en su equipo y a los jugadores que les sustituirán (Riseht por Berg y Hoseth por Ronny Johnsen) señala que el primer cometido será vigilar de cerca a Raúl, «el mejor jugador que he visto nunca», al tiempo que descubre sus «malvadas» intenciones: «He llamado al jefe de Ullevaal para pedirle que el miércoles moje bien el campo y que quite después el calor instalado debajo del cesped. Todo fútbol debe jugarse al natural, sin ayudas exteriores». No hay duda alguna sobre el maquiavélico propósito de Nils Johan Semb: Con solamente cero grados, o un sólo grado bajo cero, ese campo mojado se convertirá en una peligrosa pista de hielo, terreno sobre el que hay que saber moverse y correr, una técnica que no se aprende en unos días. Por otra parte también preocupan los comentarios de Ronny Johnsen al citado rotatívo: «En Mestalla nos bombardearon con naranjas, helados y todo tipo de cosas. Nosotros somos más correctos, pero espero que en esta ocasión nuestro público lleve consígo piedras pequeñas, huevos y tomate». Un deseo tan perverso como irreal. Johnsen no debe saber que un kilo de tomates cuesta más de 50 coronas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación