Fuster dice que «este mundo está enfermo»
El prestigioso cardiólogo elevó la enfermedad a una doble consideración: la física, la del corazón, y la que invade el mundo, «enfermo de consumismo y hostilidades»

«Por sus destacadas aportaciones en el ámbito de la patología y la terapéutica cardíacas, así como en la prevención de enfermedades cardiovasculares». Esto es, en esencia, el motivo central por el que ayer el prestigioso cardiólogo Valentín Fuster recibió de manos de la Infanta Doña Cristina el Premio Vocento a los Valores Humanos en su séptima edición.
El presidente de Vocento, Santiago de Ybarra, calificó en su intervención a Fuster como «un hombre entrañablemente vinculado a su Cataluña natal y a su patria española». Una personalidad «de tan singular relieve», incidía Santiago de Ybarra, que a través de tres ejes profesionales -docencia, investigación y medicina activa- «ha merecido el reconocimiento y el aplauso de la comunidad internacional».
El presidente de Vocento también tuvo palabras para el sino de la generación de Fuster: el desarrollo fuera de España de su actividad investigadora. Un hecho que ha supuesto, en voz de Santiago de Ybarra, «una aventura que ha sido ya la de toda su vida», pero que también ha logrado «en forma tan desinteresada como admirable, aliviar el sufrimiento de sus semejantes». Por eso, el presidente de Vocento fue más allá de esta cuestión, haciendo votos para que «este ejemplo cree más amplia escuela en nuestro país».
Este premio a la «excelencia», como lo definió Santiago de Ybarra, se añade al Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1996 y al del Colegio Americano de Cardiología de 1993, reconoce, «de un grupo de información, es decir, de la opinión pública», un trabajo desarrollado desde hace más de 35 años. Durante este tiempo, Valentín Fuster ha logrado ser uno de los mayores especialistas mundiales en medicina cardiovascular, destacando la explicación de la patogenia en los síndromes coronarios agudos tales como los infartos agudos de miocardio y la angina inestable.
La enfermedad como clave
Valentín Fuster nació en Barcelona en 1943, trasladándose a Estados Unidos en la década de los setenta para continuar sus estudios. Tras pasar por la Clínica Mayo y la cátedra de Medicina de la Escuela Médica Harvard es, en la actualidad, director del Instituto de Cardiología del Hospital Mount Sinaí de Nueva York. En su intervención, el cardiólogo mostró su faceta más humana, que él ha unido -como reconocía Santiago de Ybarra- a su trayectoria profesional, y tuvo en la enfermedad la clave de su discurso, primero para asegurar que «este mundo está enfermo» y después para tratar esa enfermedad, tanto la física como la moral, desde la medicina. Fuster observó dos componentes en la medicina: el del mundo «técnico, científico, de investigación» y otro, que es «el poder participar del profundo valor humano que genera la persona enferma, y el poder transformarla, sublimarla, como médico, para generar confianza, esperanza y, en no pocas ocasiones, la curación».
Estas dos vertientes son claves, según Fuster, en un mundo «enfermo» y que lo está «por el consumismo, las hostilidades y los egocentrismos». Por ello, recalcó, «la medicina es uno de los instrumentos más eficaces que tiene la sociedad para elaborar más comprensión y entendimiento entre las diversas comunidades y culturas».
Para continuar con su pronóstico de enfermedad para el mundo, el cardiólogo empleó una dualidad al referirse al Premio Vocento, ya que por una parte aseguró «no merecer» el galardón y por otra, mostró su gratitud ante él «porque ensalza algo tan importante que trasciende por encima de nosotros, de nuestros egoísmos y ambiciones: ensalza los Valores Humanos». Valentín Fuster tuvo palabras para contestar a Santiago de Ybarra en cuanto a lo significativo de su ejemplo para las próximas generaciones marcando dos retos para ellas. «Primero, cómo enfocar y canalizar la técnica y la ciencia hacia un respeto por la vida, como ejemplifica la medicina, y no hacia la destrucción; y, segundo, cómo solidificar para un mundo mejor los valores humanos, como también ejemplifica la medicina, así como los valores tradicionales, éticos y morales que, creo, son el fundamento y razón de la existencia y no el de nuestra destrucción».
El vicepresidente y consejero delegado de Vocento, José María Bergareche, destacó de la figura de Valentín Fuster -que también ha recibido los prestigiosos premios de investigación «Gruntzig» y «Lewis A. Conner»- que «ha sabido aunar una intensa labor docente y una extraordinaria actividad investigadora, con una vida entregada a los demás a través de la medicina». Para Bergareche, Fuster «es un ejemplo de rigor, honestidad y sabiduría» y, al mismo tiempo, recalcó la significación que para Vocento tiene este galardón personalizado en Fuster porque «su trayectoria y relevancia profesional y humana acrecienta significativamente el valor y prestigio de nuestro premio».
El consejero delegado de Vocento mostró ante la Infanta Cristina y el Duque de Palma «nuestra adhesión a la Corona que vuestro padre, Su Majestad el Rey, encarna con extraordinario acierto y carisma histórico». Bergareche ensalzó el papel de la Corona en un momento en el que este Premio a los Valores Humanos estrena el nombre de Vocento tras el cambio de nomenclatura del Grupo Correo Prensa Española y que, además, está «consolidado como uno de los más relevantes del sector de la comunicación en nuestro país». Un premio, añadió el consejero delegado de Vocento, con el que se distingue «a una reconocida personalidad que, como ha dicho nuestro presidente, goza del respeto y la admiración de toda la comunidad internacional».
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