Casi 7.000 personas condenan en Tudela la muerte de Javier Martínez y exigen más seguridad
Nadie quiso faltar a la cita. Bajo el lema “Justicia para Javi. Asesinato en el centro de Tudela”, cerca de 7.000 personas se concentraron ayer a las 18.00 horas en la plaza de los Fueros de Tudela con un único deseo: condenar la brutal paliza que causó la muerte del joven de 32 años Javier Martínez Llort el pasado domingo en la capital ribera, pedir que se haga “justicia” y exigir más seguridad en la ciudad.
El acto dio comienzo con la lectura de un comunicado por parte del hermano del fallecido, Ramón Martínez Llort, quien acompañado por su madre y su hermana reclamó desde “la serenidad y la calma” que "este asesinato no se quede impune" y que "se castigue a los culpables con toda la severidad que permita la ley".
También se refirió a los tres presuntos autores del crimen que acabó con la vida de Javier, a los que pidió que escuchen "este grito silencioso" de la ciudadanía de Tudela para que puedan "comprender qué es lo que han destruido".
Fueron momentos de emoción contenida e impotencia, tal y como explicaron varias personas cercanas al joven. “Lo único que queremos es que no vuelva a suceder algo así, que se pongan los medios necesarios para evitar otra tragedia de esta clase. Porque Javi no se merecía acabar de esta manera, muerto a manos de unos delincuentes”, declaró uno de los amigos del fallecido.
Tras cinco minutos de silencio, los amigos de Javier caminaron hasta el paseo del Queiles y depositaron un ramo de flores en el lugar donde apareció el cuerpo inconsciente de la víctima el pasado domingo.
Además, varios representantes del Ayuntamiento de Tudela, que se personará como acusación particular en la causa, estuvieron presentes en la concentración. El alcalde de la ciudad, Luis Casado, afirmó que esta muerte ha sido "muy dura para todos" y destacó que "todo el mundo debería de condenar este asesinato".
La movilización tuvo lugar apenas 24 horas después de conocerse el auto del titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Tudela, quien ordenó el ingreso provisional y sin fianza en el Centro Penitenciario de Pamplona de los tres detenidos por su presunta relación con el crimen de Javier Martínez Llort, que murió el pasado día 9 después de ser agredido por tres personas que intentaban robarle.
Los detenidos, que se encuentran en España en situación ilegal, son A. G., de 38 años, M. K., de 20, y K. H., de 19, residentes en Tudela y procedentes de la misma localidad de Argelia. Fuentes judiciales añadieron que inicialmente se les imputa un delito de homicidio y que el “riesgo de fuga”, unido a los antecedentes policiales por robo y hurto de dos de ellos, también influyó en la decisión del juez.
Los hechos tuvieron lugar en torno a las 6.30 horas del pasado domingo, cuando Javier Martínez Llort se dirigía solo a casa tras haber salido por la noche con su novia y sus amigos. Tal y como adelantó ABC, la principal hipótesis que barajan la Policía Foral y el Cuerpo Nacional de Policía después de interrogar a los detenidos y a varios testigos es que uno de los arrestados, tras dirigirse hacia la víctima con la intención de robarle el teléfono móvil, le asestó uno o varios golpes en la cabeza y, ante la resistencia del joven, otro de los implicados le pegó en la nuca con un tablón de un banco. Ése último impacto, tal y como detalla la autopsia, le habría hecho perder la vida apenas quince horas después de la agresión. Por el momento, el grado de participación del tercer detenido en los hechos está siendo investigado. Pero sí parece claro que los tres imputados solían llevar a cabo esa clase de robos con frecuencia “sobre todo por las noches y los fines de semana”, según reveló un testigo al Cuerpo Nacional de Policía.
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